Por Agroempresario.com
El Hotel Termal Puente del Inca, inaugurado en 1925, se convirtió en un símbolo del turismo de élite en Mendoza, a 2.770 metros sobre el nivel del mar. Durante décadas, el hotel recibió a viajeros locales, trasandinos y turistas internacionales atraídos por sus aguas termales, el aire puro y el imponente entorno de la cordillera de los Andes, cerca del Aconcagua.
El hotel contaba con 70 habitaciones, capaces de alojar hasta 140 huéspedes, y ofrecía servicios de primer nivel para la época. La alta sociedad de Buenos Aires viajaba directamente al Puente del Inca desde los trenes trasandinos, sin detenerse siquiera en la ciudad de Mendoza, disfrutando de estancias prolongadas de hasta un mes.
El atractivo del hotel no solo residía en la ubicación, sino en sus baños termales, que competían con los de Europa, y en la tranquilidad de un hospedaje enclavado en un entorno natural privilegiado. Conductores que recorrían la Ruta Nacional 7 hacia Chile también se alojaban allí de manera improvisada, especialmente aquellos que no se atrevían a cruzar la cordillera de noche.
Durante su esplendor, el Puente del Inca se consolidó como un centro lleno de historias y anécdotas, donde los visitantes podían disfrutar de tratamientos termales y de la pureza del aire de montaña. La combinación de lujo, naturaleza y tradición convirtió al hotel en un emblema turístico de la región.
En 1965, dos aludes devastaron Mendoza: uno impactó directamente en el Hotel Puente del Inca y otro afectó Las Cuevas. El alud que descendió desde el cerro Banderita Sur destruyó completamente el edificio principal, dejando 40 muertos, en su mayoría trabajadores ferroviarios y sus familias. La iglesia del hotel resistió apenas con daños menores, y quedó como testimonio de aquella tragedia.
Tras el desastre, el hotel nunca volvió a funcionar como antes, y las estructuras restantes pasaron a formar parte de las ruinas históricas que hoy atraen a turistas y curiosos.
Actualmente, los visitantes pueden admirar el Puente del Inca, un puente natural de roca formado por la acción de las aguas termales y minerales, famoso por sus colores naranjas, amarillos y ocres. Las ruinas del hotel permiten observar restos de los antiguos baños termales y estructuras del edificio principal. La iglesia se mantiene intacta y representa un vínculo con la historia del lugar.
Las aguas sulfurosas calientes de la zona continúan fluyendo, ofreciendo un atractivo especial para quienes buscan experiencias terapéuticas y naturales. La combinación de historia, patrimonio cultural y paisaje de montaña hace de Puente del Inca un destino único en Argentina.
Puente del Inca se encuentra a 183 km de la ciudad de Mendoza, sobre la Ruta Nacional 7, camino al Paso Internacional Los Libertadores. Es un punto de interés que combina historia, turismo termal y paisajes de montaña, ideal para quienes buscan explorar la cordillera y conocer un sitio emblemático de la región.
El recorrido permite comprender la magnitud del antiguo hotel y la importancia histórica del lugar, al mismo tiempo que se disfruta de un entorno natural único y de las famosas aguas termales, que han convertido a Puente del Inca en un destino imprescindible para el turismo cultural y natural de Argentina.