Según Guillermo Divito, asesor en Agroestudio Viento Sur y asistente técnico de la Regional Necochea de Aapresid, la incorporación del maíz tardío en los sistemas agrícolas es “uno de los avances en tecnologías de procesos más importantes”, ya que permite sembrar el cultivo en ambientes restrictivos.
“La elección de la fecha de siembra, densidad de plantas e híbridos permiten definir las estrategias más adecuadas para cada ambiente”, indicó. Asimismo, sostuvo que al retrasar la fecha de siembra, el objetivo es “ubicar el período crítico para la definición del rendimiento en condiciones de menor probabilidad de deficiencias hídricas debido a una menor demanda atmosférica”.
Además, señaló que “la demora en la fecha de siembra permite que el suelo adquiera mayor temperatura y aumente la tasa de mineralización de nitrógeno”; de esta forma, “es posible que la disponibilidad del nutriente a la siembra y durante el ciclo del cultivo sea mayor para los maíces tardíos respecto de los tempranos”.
Sin embargo, mencionó algunas de las desventajas del maíz tardío: en primer lugar, la imposibilidad de llegar a humedad comercial; esto se debe a la reducción de la demanda atmosférica a partir de marzo. Otro obstáculo es el crecimiento de malezas debajo del cultivo durante la espera para la siembra. La alternativa que propone Divito es la implantación de cultivos de cobertura con el maíz en pie; de esta forma, se restringe el crecimiento de las malezas y le otorga carbono al suelo.