Por Agroempresario.com
En un contexto de creciente incertidumbre económica y política, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió acelerar la absorción de pesos del mercado mediante un aumento de 3,5 puntos porcentuales en los encajes bancarios, medida que generó un fuerte impacto en las tasas de interés. Los bancos respondieron incrementando los rendimientos de los plazos fijos, en algunos casos por encima del 50% anual, con especial atención a grandes inversores que buscan seguridad y rentabilidad ante la volatilidad financiera.
La tasa TAMAR, destinada a depósitos superiores a $1.000 millones, superó ayer el 60% anual, rompiendo lo que el mercado consideraba hasta ahora un techo histórico. Esta suba generó una competencia entre entidades financieras para captar liquidez de empresas que, por otro lado, están rotando sus posiciones en bonos en pesos hacia instrumentos de corto plazo como cauciones bursátiles o plazos fijos a 30 y 60 días.
La decisión del BCRA, liderado por Santiago Bausili, busca controlar estrictamente la cantidad de dinero en circulación para evitar presiones sobre el tipo de cambio oficial, especialmente en días previos a las elecciones en la provincia de Buenos Aires. La entidad monetaria no solo elevó los encajes, sino que también forzó a los bancos a participar en la licitación de nuevos bonos del Tesoro nacional, los cuales podrán utilizarse para cumplir con los requisitos de encaje.
Estas medidas contribuyeron a mantener estable el dólar oficial en torno a $1.370, aunque se anticipan nuevas presiones en los días siguientes, ya que muchos inversores buscarán aprovechar la suba de futuros del dólar a fin de mes. Se estima que la posición vendida del BCRA supera los USD 3.000 millones, y ayer incluso vendió futuros a tasa negativa, es decir, por debajo del valor de contado.
El contexto político también influye en la estrategia financiera. La difusión de audios de Diego Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), denunciando irregularidades en licitaciones de medicamentos, generó tensión política y cierta volatilidad en los mercados. Sin embargo, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street rebotaron hasta 4% tras el derrumbe registrado el lunes, mientras que el riesgo país se mantiene por encima de los 800 puntos básicos.
La prioridad del gobierno es evitar que la crisis y la incertidumbre electoral se trasladen al dólar. Según explicaron fuentes del BCRA, aumentar los encajes tiene un doble objetivo: retirar pesos del mercado y garantizar que los bancos adquieran los nuevos bonos que integrarán los encajes obligatorios.
Para los analistas, la combinación de alta volatilidad y tasas atractivas ofrece oportunidades a inversores que buscan rendimientos superiores al promedio del mercado. Leo Chialva, director de Delphos Investment, indicó que “una derrota por menos de cinco puntos en el bastión del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires sería un escenario favorable para el Gobierno y posicionaría mejor al oficialismo de cara a las legislativas de octubre”.
Chialva agregó que las caídas acumuladas en los ADR argentinos y la debilidad de los bonos ya reflejan escenarios muy negativos, por lo que podrían presentarse oportunidades para quienes estén dispuestos a asumir riesgos en el corto plazo.
El economista también destacó la interacción entre política y economía: “Las decisiones que se tomen durante el proceso electoral definirán el rumbo macroeconómico para los próximos años. La demanda internacional de activos argentinos sigue siendo fuerte, pero se requiere estabilidad y reglas claras para capitalizarla”.
Mientras tanto, los bancos compiten por captar depósitos de grandes empresas mediante plazos fijos de corto y mediano plazo. La tasa TAMAR, superior al 60%, se convirtió en una referencia de referencia para grandes inversores que buscan proteger su capital frente a la inflación y la devaluación. La puja por los fondos de las empresas es intensa, y algunos bancos incluso ofrecieron condiciones especiales para asegurar la colocación de grandes depósitos en los últimos días de agosto.
Este escenario refleja cómo la política monetaria del BCRA y la coyuntura electoral condicionan directamente las decisiones de inversión y la estrategia financiera de las grandes empresas argentinas. El control del dinero en circulación y la oferta de plazos fijos de alta rentabilidad se presentan como herramientas clave para mantener la estabilidad en un contexto marcado por la incertidumbre y la proximidad de los comicios.