Por Agroempresario.com
En medio de un clima de incertidumbre electoral y denuncias de corrupción que golpean con fuerza al Gobierno, los activos financieros argentinos atraviesan semanas de fuerte presión. El riesgo país volvió a trepar y los precios de los bonos soberanos retrocedieron, reflejando la cautela de los inversores. Sin embargo, en la City aún hay espacio para el optimismo: algunos analistas creen que, si el oficialismo logra un buen resultado en octubre, podría darse una compresión significativa del riesgo y una suba considerable en los títulos públicos, tal como ocurrió en Ecuador y Bolivia en los últimos meses.
El caso que más entusiasma al mercado es el de Ecuador. A principios de año, el riesgo país ecuatoriano había trepado a 1.900 puntos básicos, reflejando el escepticismo sobre la continuidad política. Sin embargo, la reelección sorpresiva del candidato pro mercado Daniel Noboa provocó un derrumbe abrupto: en apenas cuatro días, el indicador cayó a 1.200 puntos y, semanas más tarde, descendió hasta los 750 puntos, su nivel actual.
Este precedente inspira a los analistas que miran con atención a la Argentina. Según un informe de Delphos Investment, un resultado electoral favorable al oficialismo podría generar un movimiento similar en el riesgo país argentino, que hoy ronda los 1.400 puntos básicos.
El ejemplo más reciente se dio en Bolivia. Allí, el riesgo país pasó de 2.240 a 1.200 puntos básicos en pocas semanas, tras unas elecciones en las que el MAS, el partido de Evo Morales, quedó relegado con apenas un 3% de los votos y perdió representación parlamentaria.
Para los inversores, estos casos son una muestra de cómo los resultados políticos pueden cambiar drásticamente las expectativas financieras.
El informe de Delphos sostiene que “el pesimismo preelectoral en Argentina nos parece exagerado, aunque entendible tras el trauma de 2019. Esta vez llegamos con precios muy castigados y con un consenso inversor que teme una floja elección de LLA”.
La consultora Cocos Capital coincidió en ese análisis y aseguró que, si las elecciones son favorables al oficialismo, los bonos soberanos podrían registrar un fuerte rally. En particular, mencionan al título AE38, que podría subir hasta un 13,1% en dólares en un escenario de compresión del riesgo país hacia la zona de 550 puntos básicos.
La conclusión de ambos informes es clara: quien compre bonos argentinos antes de los comicios podría tener ganancias significativas si se confirma un resultado positivo para el Gobierno.
Claro que esta lectura optimista no elimina los riesgos. El mercado también evalúa la posibilidad de un resultado adverso en la provincia de Buenos Aires el próximo 7 de septiembre. Una victoria contundente de la oposición —en particular de Fuerza Patria— tendría un impacto negativo inmediato sobre bonos y acciones, al menos en el corto plazo.
Por eso, la decisión de invertir ahora se asemeja a una apuesta: quienes entren antes de las elecciones podrían ganar mucho, pero también corren el riesgo de nuevas caídas si el resultado electoral es desfavorable.
El economista Ricardo Arriazu aportó una visión más estructural. Destacó que, gracias a las últimas lluvias y las proyecciones agrícolas, la cosecha del año próximo podría aportar USD 6.000 millones adicionales respecto de este año. Además, subrayó que el nivel de deuda externa actual es bajo en comparación con crisis anteriores.
“El problema es que los inversores todavía no confían en Argentina y se preguntan si hay peligro de un nuevo default”, señaló Arriazu. Para el economista, esa desconfianza es el principal obstáculo para que los activos locales reflejen el potencial de recuperación.

La jornada de ayer dejó señales más alentadoras. Los ADR argentinos que cotizan en Wall Street registraron subas generalizadas y los bonos más largos escalaron hasta 1,5%. El dólar retrocedió hasta los $1.345 en el mercado local, en parte gracias a la intervención del Banco Central en futuros y al aumento de tasas de interés.
El objetivo de la autoridad monetaria es claro: evitar que el tipo de cambio se dispare hacia el cierre de contratos de futuros en agosto, lo que obligaría a pagar fuertes sumas a los inversores que compraron cobertura.
La clave, entonces, estará en el resultado electoral de octubre. Si el oficialismo logra un triunfo claro, los analistas creen que la compresión del riesgo país podría ser tan marcada como la de Ecuador y Bolivia. Por el contrario, un revés en la provincia de Buenos Aires o un escenario de fragmentación política podría frustrar cualquier rally.
Para los inversores optimistas, el mensaje es simple: “comprar ahora antes de las elecciones, porque después puede ser tarde”. Para los más cautos, en cambio, lo prudente es esperar y resignar una parte de la suba potencial a cambio de mayor certidumbre.
En cualquier caso, lo cierto es que la Argentina vuelve a estar bajo la lupa del mercado regional e internacional, que observa con atención cómo se desarrollan los próximos pasos de la política y su impacto en la economía.