Por Agroempresario.com
El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, intensifica su apoyo al presidente argentino Javier Milei, consolidando una alianza que trasciende lo económico para proyectarse en el plano geopolítico. El respaldo incluye un paquete de asistencia financiera, aval al programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y una expectativa clara: que Argentina consolide reformas internas, acuerde con la oposición y limite su relación con China.
En este escenario, Washington no sólo valida el ajuste acordado con el FMI, sino que observa el caso argentino como un modelo exportable para el resto de América Latina, en tiempos donde resurgen experiencias populistas en países clave del continente.
La asistencia financiera proyectada por la Casa Blanca se estructura sobre tres instrumentos centrales que buscan consolidar la estabilidad económica argentina:
Estos tres componentes funcionan como red de contención para sostener el programa económico de Milei en caso de tensiones fiscales, cambiarias o políticas.
Durante la última Asamblea General de la ONU en Nueva York, Donald Trump mantuvo una reunión privada con Javier Milei. La conversación no se limitó al plano bilateral: el exmandatario ve en Milei un caso testigo para América Latina, en medio de un calendario electoral cargado que incluye comicios en Brasil, Chile, Colombia y Honduras.
Trump busca mostrar que su doctrina puede enfrentar exitosamente proyectos populistas. Como en los años 90, cuando el Consenso de Washington sirvió como marco teórico posguerra fría, ahora la “Diplomacia Presidencial” de Trump apunta a construir una red de aliados regionales para contener la expansión china.
El encuentro entre Milei y Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, también se produjo en Nueva York. En ese marco, Georgieva expresó un firme respaldo al rumbo económico adoptado por la Argentina.
“Es muy importante mantener el rumbo de las reformas para que Argentina pueda seguir viendo una bajada de la inflación, un aumento de la actividad económica, la reducción de la pobreza y el aumento del bienestar del pueblo argentino”, dijo.
Sin embargo, el apoyo no es incondicional. Tanto el FMI como la administración Trump exigen que las reformas no se limiten al plano fiscal, sino que se acompañen de una estrategia política que garantice gobernabilidad.
Uno de los puntos donde Washington pone mayor énfasis es la necesidad de que Milei construya alianzas políticas sostenibles. Un presidente sin respaldo legislativo se vuelve vulnerable a los vaivenes parlamentarios y facilita la reorganización de sectores opositores, especialmente el peronismo.
Funcionarios del Tesoro estadounidense sugieren que se retome el diálogo con aquellos espacios de la oposición que mostraron predisposición a acuerdos al inicio del mandato.
Desde la Casa Blanca consideran que un gobierno argentino completamente aislado facilita el avance de actores políticos que rechazan el libre mercado, y pone en riesgo tanto las reformas como el respaldo internacional.
El apoyo estadounidense a Argentina tiene una contraparte implícita: el pedido de distanciamiento respecto de China. Washington identifica a Beijing como su principal competidor global y no está dispuesto a que gane terreno en su esfera de influencia regional.
Actualmente, el Banco Central argentino mantiene un swap vigente con el Banco Popular de China por un monto cercano a los USD 18.000 millones. Para Estados Unidos, la cancelación de este acuerdo sería una señal política clave.
A cambio, la administración Trump está dispuesta a garantizar que el reemplazo del swap se realice sin sobresaltos para la economía argentina. El swap en dólares impulsado por el Tesoro estadounidense cubriría el vacío financiero que dejaría el retiro de fondos chinos.
China, por su parte, ha ofrecido inversiones en infraestructura, financiamiento a largo plazo y acceso a créditos blandos. Su estrategia incluye proyectos ferroviarios, puertos, energía y telecomunicaciones, lo que incrementa su presencia en áreas sensibles de la economía argentina.
En la reciente gala del Atlantic Council celebrada en Nueva York, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, fue el encargado de entregar a Milei el premio “Ciudadano Global 2025”. En su discurso, elogió la transformación impulsada por el presidente argentino.
“El presidente Milei ha transformado Argentina para mejor. En lugar de una burocracia corrupta y derrochadora, su administración ha construido un gobierno austero y eficiente que busca salvaguardar la propiedad, la libertad y la libre empresa de su pueblo”, afirmó.
Bessent también resaltó los logros fiscales de la gestión. “El equilibrio financiero es una piedra angular del crecimiento, y con ese fin ha presentado un plan para lograr un superávit fiscal por tercer año consecutivo. Gracias a su liderazgo visionario, el mundo está empezando a ver a Argentina con nuevos ojos”, concluyó.
La estrategia de la Casa Blanca no es puramente altruista. Trump ve en Argentina una pieza clave en el tablero regional. Milei es su apuesta para demostrar que un modelo liberal, con fuerte respaldo financiero y compromiso con el mercado, puede imponerse en la región.
El éxito de Milei podría servir de modelo para replicar en otros países, mientras que un eventual fracaso pondría en jaque la narrativa republicana frente a sus competidores globales.
Por eso, el respaldo financiero y diplomático no viene sin condiciones. Gobernabilidad, estabilidad macroeconómica y alineamiento geopolítico son los tres pilares que Washington espera de Buenos Aires en este nuevo capítulo de su relación bilateral.