Por Agroempresario.com
El Paso Pehuenche, ubicado a 2.553 metros sobre el nivel del mar, es mucho más que un cruce de montaña: representa una de las grandes promesas de integración entre Argentina y Chile, con impacto directo en la conectividad con el Pacífico y en la competitividad de las economías regionales.
El reciente XXIV Comité de Integración por el Paso Pehuenche, realizado en Talca, Chile, volvió a poner en agenda la necesidad de convertir este corredor en una alternativa real y sostenible frente a la dependencia del Paso Cristo Redentor. La participación de autoridades nacionales, regionales y municipales de ambos países marcó un compromiso compartido, aunque también dejó en evidencia los múltiples desafíos pendientes.
El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, encabezó la comitiva argentina junto a los intendentes de General Alvear (Alejandro Molero), Malargüe (Celso Jaque) y San Rafael (Omar Félix). En su intervención, Cornejo fue categórico: “La gente quiere los pasos ya, lo quiere pronto y lo quiere lo más barato posible”.
El mandatario criticó el retraso en las inversiones en infraestructura, el estado deficiente del complejo aduanero de Las Loicas y la falta de un sistema de habilitación plena para cargas generales. “Hoy solo pasan cinco camiones diarios por el Pehuenche, mientras que por el Cristo Redentor transitan alrededor de mil en temporada alta”, remarcó.
Cornejo también planteó la necesidad de rever la localización del complejo aduanero e incluso evaluó que se construya en el lado chileno, donde las condiciones técnicas y de financiamiento podrían agilizar los plazos.
Del lado chileno, el gobernador del Maule, Pedro Pablo Álvarez-Salamanca, destacó que el Pehuenche es “un motor de desarrollo y una puerta abierta a las oportunidades”. Anunció inversiones en modernización aduanera, con adquisición de equipos de control y un plan de construcción de nueva infraestructura.
El embajador de Chile en Argentina, José Antonio Viera-Gallo, evocó la relación histórica entre San Martín y O’Higgins para subrayar que la integración no es un acto protocolar sino una misión estratégica de largo plazo. Además, recordó que en este corredor se prevé un nodo de conectividad digital dentro del Proyecto Humboldt, que enlazará Chile con Australia mediante un cable submarino, proyectando al Pehuenche como clave en la economía del conocimiento.
El embajador argentino en Chile, Jorge Faurie, definió al Pacífico como “el mar de los próximos cincuenta años”. Señaló que la Argentina no puede seguir dependiendo de un único paso y que necesita diversificar sus corredores hacia Asia, aprovechando los puertos chilenos de San Vicente, Talcahuano y Lirquén.
El embajador enfatizó que el intercambio es mutuamente beneficioso: Chile ofrece salida portuaria y Argentina aporta recursos energéticos y combustibles. “El futuro de ambos países depende de construir más y mejores rutas de integración”, sostuvo.
Aunque pavimentado en ambos lados y con un trazado menos sinuoso que el Cristo Redentor, el Pehuenche enfrenta limitaciones que obstaculizan su pleno desarrollo:
Estos puntos fueron reiterados en el comité y sumados a reclamos por la construcción de un complejo unificado de aduanas y migraciones, con instalaciones modernas, cobertizos y campamentos viales.
Los intendentes mendocinos presentes coincidieron en que el Pehuenche no solo es clave para el comercio exterior, sino también para el turismo y las comunidades del sur provincial.
El alcalde de Talca, Juan Carlos Díaz Avendaño, destacó la reactivación del comité como un “espacio de confianza y cooperación”. En tanto, el alcalde de San Clemente, Juan Raúl Rojas Vergara, valoró las obras en marcha —puentes, maquinaria vial y terrenos para el complejo aduanero— y reclamó pasar “de la palabra a la acción”.
La integración por el Paso Pehuenche trasciende lo económico. El corredor abre oportunidades turísticas, permite intercambio cultural y potencia cadenas de valor vinculadas a la agroindustria, el transporte y la energía.
Con menor altitud que el Cristo Redentor y sin túneles que condicionen su transitabilidad, el Pehuenche ofrece ventajas técnicas que lo convierten en un candidato natural para convertirse en un eje logístico de gran escala.
El encuentro en Talca reafirmó la voluntad política de ambos países, pero también puso en evidencia que la integración depende de decisiones concretas y sostenidas en el tiempo.
Cornejo fue enfático: “Si los Estados nacionales no se involucran de manera sostenida, no habrá mejor conectividad ni más progreso para nuestros pueblos”.
La agenda a futuro incluye:
El Paso Pehuenche no es solo un paso de montaña: es una estrategia geopolítica que puede redefinir la integración Argentina–Chile, abrir nuevas rutas hacia Asia y fortalecer economías regionales. Convertirlo en una alternativa real requiere voluntad política, cooperación binacional y visión de largo plazo.