Por Agroempresario.com
En un escenario nacional de alta fragmentación, la provincia de Córdoba se ha transformado en el terreno más codiciado por dos de las principales fuerzas políticas emergentes: Fuerza Patria y Provincias Unidas. A menos de un mes de las elecciones del 26 de octubre, ambos espacios concentran sus esfuerzos en conquistar el voto del interior productivo, que históricamente ha demostrado ser decisivo no solo para definir al presidente, sino también para determinar la composición del Congreso Nacional.
Lejos del eje del conurbano bonaerense y con una mirada puesta en la producción, el trabajo y el federalismo, las dos propuestas intentan construir un discurso que las posicione como alternativas reales al binomio clásico de la grieta: kirchnerismo vs libertarios.
Consciente de las dificultades históricas del kirchnerismo para captar votos en el interior profundo, el peronismo lanzó esta semana la agrupación “Primero la Patria”, un espacio integrado por dirigentes con trayectoria en el justicialismo tradicional, alejados del enfoque centralista del conurbano.
Esta línea interna forma parte de Fuerza Patria, una alianza electoral que combina el armado nacional del PJ con alianzas provinciales. Aunque tiene presencia formal en 14 distritos, en los otros diez se presenta con sellos locales alineados al mismo proyecto.
El mensaje apunta a reforzar una identidad federal y productivista, que conecte con el mundo agroindustrial, pyme y cooperativo del interior del país. “Somos la verdadera oposición a este gobierno. Desde el primer día le marcamos límites a Milei”, aseguró un legislador nacional cercano al armado.
En la vereda de enfrente se encuentra Provincias Unidas, una fuerza impulsada por un grupo de gobernadores peronistas no kirchneristas, entre ellos el exgobernador cordobés Juan Schiaretti y el actual mandatario de la provincia, Martín Llaryora.
Este espacio busca romper la polarización instalada por el oficialismo y el kirchnerismo, y propone una convergencia de agendas provinciales centradas en lo fiscal, productivo e impositivo. En su presentación más reciente, Llaryora destacó: “Hay dos modelos que ya fracasaron. Esta es una coalición distinta, profundamente federal, que emerge del interior profundo del país”.
Para Provincias Unidas, el desafío está en consolidar su identidad fuera de sus provincias de origen. Cuentan con estructura real en Córdoba, Santa Fe, Chubut, Jujuy, Santa Cruz y Corrientes, y presencia política en Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, aunque en menor medida.
Con más de 3 millones de electores, Córdoba es el segundo distrito electoral más importante del país, después de la provincia de Buenos Aires. Es también uno de los más complejos. El votante cordobés ha demostrado independencia y oscilación, pasando de respaldar al macrismo en 2015 y 2019 a darle una victoria a Milei en 2023.
En este contexto, Fuerza Patria llega con dificultades. Las proyecciones indican que no alcanzaría los dos dígitos en intención de voto. En cambio, Provincias Unidas, con el aparato provincial y la figura de Schiaretti como referente, busca consolidar su peso específico y mostrar músculo político de cara a un proyecto nacional rumbo a 2027.
“El voto cordobés tiene un valor simbólico y estratégico. Si logramos imponernos acá, estamos en condiciones de liderar un nuevo espacio nacional con eje en el interior productivo”, explican cerca de Llaryora.
Aunque ambos espacios reclaman ser la expresión del verdadero federalismo, lo hacen desde posicionamientos distintos. Para Primero la Patria, los gobernadores que integran Provincias Unidas “jugaron durante año y medio a favor del gobierno de Milei” y solo ahora buscan despegarse.
Desde Provincias Unidas, la visión es distinta. Aseguran que el peronismo y el kirchnerismo son parte del mismo armado, que “no ofrece una alternativa real” y que solo cambia de discurso según la coyuntura. “Nosotros nacimos desde las provincias, no como una reacción electoral, sino como un proyecto político sustentable”, remarcan.
En términos programáticos, las diferencias no son menores: mientras Fuerza Patria plantea una vuelta a un Estado fuerte con control sobre áreas estratégicas, Provincias Unidas propone una economía de mercado regulada, con incentivos a la producción y reforma impositiva progresiva.
Ambas fuerzas tienen claro que la tercera vía —ese electorado que no se identifica ni con el oficialismo libertario ni con el kirchnerismo duro— es la clave para ganar terreno en la próxima elección.
En el peronismo creen que Provincias Unidas “son los ex Cambiemos disfrazados”, sin identidad propia ni masa crítica más allá de sus provincias. Pero en el espacio de los gobernadores responden que el peronismo kirchnerista está “encerrado en su estructura histórica” y no logra conectar con las nuevas demandas sociales.
Córdoba será el termómetro de este nuevo escenario. El resultado en esta provincia marcará si el peronismo cordobés, con Schiaretti y Llaryora a la cabeza, tiene chances reales de liderar una coalición nacional o si el aparato justicialista logra reinventarse por fuera del AMBA.