Por Agroempresario.com
El sector agropecuario argentino transita 2025 en medio de un nuevo escenario macroeconómico, caracterizado por un régimen en transición que modifica tanto las necesidades financieras como las condiciones de acceso al crédito. En este contexto, el Banco de la Nación Argentina (BNA) se posiciona como un actor central para acompañar la evolución del productor agropecuario, a quien define como un perfil cada vez más “versátil y exigente”.
La fuerte demanda de maquinaria agrícola se ha convertido en un indicador relevante: el banco ya registró más de 5.000 operaciones en lo que va del año, lo que interpreta como una señal clara de planificación y optimismo para la campaña 2026. La inversión tecnológica es leída como una apuesta de largo plazo y como un motor clave para mejorar productividad y competitividad en el agro argentino.
“La compra masiva de maquinaria es una señal de que el productor vislumbra un excelente 2026 y desde el BNA acompañamos ese proceso de tecnificación y capital de trabajo”, afirmó Martín Vega, subgerente departamental de Banca Empresas del BNA, durante su exposición en el Forbes Agro Tech & Campo Summit.
La inversión en maquinaria agropecuaria es considerada por el banco como la manifestación más sólida de planificación estratégica de parte del productor. A pesar de la volatilidad macroeconómica, la adquisición de equipos de alta tecnología refleja una visión de mediano y largo plazo que fortalece la base productiva nacional.
Vega explicó que el productor actual ya no responde al estereotipo conservador: es un tomador activo de decisiones financieras, que comparte herramientas, busca asesoramiento y utiliza todas las alternativas disponibles. “Es una figura sofisticada, versátil y exigente, que obliga al banco a estar a la altura de sus necesidades”, detalló.
La estrategia crediticia del BNA para el agro se apoya en dos instrumentos principales:
En el primer caso, el financiamiento de maquinaria cumple una doble función estratégica. Por un lado, apoya directamente a la industria metalmecánica nacional, que cuenta con más de 800 fabricantes con convenios vigentes, muchos de los cuales han evolucionado de pequeñas metalúrgicas a empresas proveedoras de tecnología de punta.
Por otro lado, representa un impulso directo para el productor, que busca equipos más precisos y eficientes para optimizar su producción. Este segmento concentra una parte relevante de las inversiones de largo plazo, con operaciones que se extienden aproximadamente por cuatro años. El récord de más de 5.000 ventas financiadas marca un hito histórico para la entidad.
Para el financiamiento de insumos, el BNA promueve la Tarjeta AgroNación, considerada una herramienta líder en el mercado agropecuario argentino. Su principal ventaja es la flexibilidad: permite al productor financiar insumos esenciales —semillas, fertilizantes, agroquímicos o servicios de cosecha— con la posibilidad de postergar pagos hasta 365 días, adaptándose perfectamente a los ciclos productivos.
La tarjeta opera con más de 350 convenios comerciales en todo el país y movilizó más de 850.000 millones de pesos, consolidándose como un instrumento ágil y de amplia aceptación. Vega destacó que esta ductilidad es crucial para atender las necesidades dinámicas del campo, donde las compras no siempre se realizan en los mismos lugares ni bajo las mismas condiciones.
Además de fortalecer su red de más de 650 sucursales, el Banco Nación apuesta por la digitalización como vía para ampliar el acceso al crédito. Durante el Forbes Agro Tech & Campo Summit, Vega presentó Nación Digital, una herramienta que permite a productores no clientes iniciar su calificación crediticia de manera completamente online.
“Esto demuestra la voluntad del banco de avanzar en la digitalización y ofrecer canales ágiles de entrada, en línea con el compromiso de apoyar a todos los productores agropecuarios en todo el entramado productivo”, aseguró.
La combinación de instrumentos financieros tradicionales con soluciones digitales busca acompañar a un sector cada vez más profesionalizado y heterogéneo, que requiere respuestas rápidas, personalizadas y con impacto productivo real.
La magnitud de la inversión en maquinaria, sumada al uso intensivo de herramientas financieras como la Tarjeta AgroNación, permite al BNA proyectar un escenario favorable para la campaña 2026. Para la entidad, el fuerte dinamismo en la toma de crédito refleja una confianza creciente en el futuro productivo del país.
“Cuando el productor invierte en equipamiento de calidad, está construyendo una visión de largo plazo. Nuestro rol como banco es acompañar esa visión con instrumentos adecuados”, concluyó Vega.