Por Agroempresario.com
En un contexto global donde la producción responsable y eficiente se vuelve indispensable, la Argentina enfrenta el desafío de aumentar su productividad agropecuaria de manera sostenible. Durante la edición 2025 del Agrotech & Campo Summit, referentes del sector debatieron sobre innovación, digitalización, gestión ambiental y políticas públicas como herramientas esenciales para consolidar un modelo de producción agropecuaria competitiva y sostenible.
El panel, moderado por el periodista Fernando Heredia, reunió a destacados expertos como Marcelo Belmonte, Director de Enología & Viticultura de Grupo Peñaflor; María Pisanu, Directora Ejecutiva de CampoLimpio; Leonardo Sarquis, Fundador y Director General de CONFIagro; y Marcelo Torres, Presidente de Apresid y Director del Grupo Ceres Tolvas. La discusión puso énfasis en cómo el agro argentino puede capitalizar su potencial mediante la innovación tecnológica, la sostenibilidad ambiental y la articulación público-privada.
Torres destacó la importancia de tener un rumbo definido y políticas públicas estables que permitan aprovechar el potencial productivo del país. “Argentina tiene un potencial gigantesco, con redes de asesores dinámicos y productores altamente involucrados en procesos de innovación. Todo este paquete nos brinda una enorme oportunidad”, aseguró. Sin embargo, advirtió que la inestabilidad de reglas y políticas limita la exposición al riesgo y la exploración del potencial agrícola. “Necesitamos un país con políticas claras que nos permitan explorar todo el potencial argentino”, añadió.
Por su parte, Sarquis destacó la capacidad del productor argentino para adoptar tecnología: “El productor argentino siempre está listo para tomar tecnología. No hay diferencia con otros países como Estados Unidos; si algo no le convence, simplemente no lo implementa”. Subrayó la necesidad de seguridad jurídica y reglas claras para que las innovaciones puedan escalar y generar impacto real en la producción.
Desde la perspectiva ambiental, Pisanu presentó el papel del agro en la gestión de residuos y sostenibilidad. “Hoy el sistema de gestión de envases, el único sistema de gestión ambiental de residuos en Argentina, le pertenece al agro y ha crecido significativamente en cinco años”, afirmó. CampoLimpio ha logrado recuperar más de 20 millones de kilos de plástico de envases fitosanitarios, demostrando cómo la sostenibilidad puede integrarse en el negocio agropecuario.
Belmonte sumó la mirada de la vitivinicultura, donde la sustentabilidad es un proceso continuo: “Hace cinco años empezamos formalmente a trabajar con mentalidad sostenible. La huella hídrica es prioritaria; producir un litro de vino requiere un estándar internacional de 600 litros de agua, y adaptamos nuestras operaciones a los desafíos climáticos y demandas de mercados internacionales”.
El panel también abordó el tema de las certificaciones y estándares internacionales. Belmonte indicó que muchas normativas externas no se ajustan a las condiciones agroclimáticas locales. “La clave está en generar valor económico, ambiental y social a través de prácticas sostenibles, más allá del cumplimiento formal de normas externas”, aseguró.
Torres enfatizó el rol de la digitalización como herramienta clave para vincular sostenibilidad y rentabilidad. “La información georreferenciada permite avanzar hacia una agricultura sitio-específica, optimizando rendimientos y reduciendo el impacto ambiental”, explicó. Destacó que, aunque hoy los niveles de adopción son bajos, las oportunidades de integrar tecnologías digitales son enormes para los productores argentinos.
Sarquis sumó la necesidad de una agenda productiva común que combine biotecnología, bioeconomía y políticas públicas: “No importa qué gobierno esté al frente. La clave debería ser Argentina y su capacidad de mantenerse en la dirección correcta frente a tendencias globales”, señaló, subrayando la falta de previsibilidad y comunicación fluida entre actores públicos y privados.
Pisanu remarcó que la convicción del productor es un activo central para consolidar un modelo sostenible: “Hoy el productor se acerca con convicción, y nuestro desafío es seguir acompañando para consolidar un círculo virtuoso en todo el sistema”. La articulación público-privada, junto con educación y concientización, es fundamental para que las prácticas sostenibles se integren en la cultura productiva del país.
Belmonte, por su parte, destacó la importancia de la resiliencia de los cultivos y el cuidado del suelo. “Cada decisión impacta en la sustentabilidad y en el medioambiente. En los suelos del norte argentino, necesitamos cultivos más resilientes y con menor uso de recursos, equilibrados con las condiciones agroecológicas locales”, indicó. La combinación de innovación técnica y planificación estratégica es clave para enfrentar los desafíos climáticos.
El panel coincidió en que es esencial reconocer el valor del productor en la cadena de valor sostenible. Torres explicó que la industria debería diferenciar en el mercado final los productos que cumplen con indicadores de sostenibilidad y destinar parte de ese valor al productor, fomentando la adopción de tecnologías y prácticas responsables. La digitalización y la colaboración entre todos los actores del sistema agropecuario se presentan como herramientas fundamentales para lograr este objetivo.
Argentina cuenta con atributos únicos para liderar la producción sostenible y la adopción de innovación tecnológica, pero necesita consolidar una estrategia clara, reglas estables y articulación público-privada inteligente. El país tiene la oportunidad de posicionarse como líder en bioeconomía, agricultura digital y sostenibilidad frente a mercados globales que demandan productos responsables y competitivos.
Torres concluyó: “El mundo discute sostenibilidad y Argentina tiene enormes atributos en su sistema productivo. No es una conversación que podamos esquivar”. La combinación de innovación, políticas estables y responsabilidad ambiental permitirá que la Argentina consolide su liderazgo global y fortalezca la competitividad de su agro frente a desafíos climáticos, económicos y sociales.
El consenso entre los expertos es claro: para producir más y de manera sostenible, la Argentina debe apostar a la innovación tecnológica, la digitalización de procesos, la educación y concientización del productor, la articulación público-privada y la adopción de prácticas responsables que generen valor económico, social y ambiental. Este enfoque permitirá al país mantener su ventaja competitiva y aprovechar oportunidades en mercados internacionales cada vez más exigentes.