Por Agroempresario.com
Caspalá, un pequeño pueblo de Jujuy que fue reconocido por la ONU como uno de los pueblos más hermosos del mundo. Este rincón del noroeste argentino combina paisajes únicos, tradiciones vivas y una arquitectura que conserva intacta la identidad de sus habitantes.
Ubicado en el departamento de Santa Catalina, al sur de la provincia de Jujuy, Caspalá se encuentra rodeado de montañas, valles y terrazas de cultivo que ofrecen una vista inigualable del entorno puneño. Su emplazamiento, en plena Quebrada de Humahuaca, lo convierte en un destino ideal para quienes buscan turismo de naturaleza y experiencias auténticas lejos del ruido urbano.
La distinción otorgada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca a Caspalá por su compromiso con la preservación cultural y ambiental. El pueblo mantiene su arquitectura tradicional de adobe, con techos de paja y calles angostas que reflejan siglos de historia. Además, la comunidad ha logrado un equilibrio entre el turismo responsable y la conservación del entorno, integrando la vida moderna sin perder su esencia.
Este reconocimiento internacional posiciona a Caspalá como una de las joyas del turismo cultural y rural de Argentina. En los últimos años, viajeros nacionales y extranjeros han comenzado a incluirlo en sus itinerarios, atraídos por su encanto natural y su valor patrimonial.
El turismo en Caspalá es una invitación a conectarse con la naturaleza y las raíces andinas. Los senderos que rodean el pueblo permiten disfrutar de caminatas y excursiones entre cerros coloridos, cultivos en terrazas y una biodiversidad típica de la región. Es un destino ideal para el trekking, la fotografía de paisajes y el turismo de aventura de bajo impacto.
Otro de sus grandes atractivos son las artesanías locales. Los pobladores elaboran tejidos de lana de oveja y llama, usando técnicas ancestrales que se transmiten de generación en generación. Cada pieza refleja la identidad cultural del lugar y se convierte en un símbolo del trabajo artesanal jujeño.
Las festividades religiosas y populares también forman parte de la vida cotidiana. Durante el año, los habitantes celebran con procesiones, música y danzas tradicionales que muestran la fusión entre las costumbres andinas y el legado colonial. Estas celebraciones son una oportunidad para los visitantes de vivir de cerca la hospitalidad y alegría de la comunidad
La gastronomía en Caspalá tiene un papel fundamental dentro de la experiencia turística. Platos como la humita, el tamal y el guiso de quinoa se preparan con productos locales y conservan el sabor casero que caracteriza a la cocina del norte argentino. Cada comida es una muestra de cómo la tradición y los ingredientes autóctonos se combinan para mantener viva la cultura regional.
Desde San Salvador de Jujuy, se puede acceder a Caspalá tomando la Ruta Nacional 9 hasta Humahuaca, y luego continuar por caminos provinciales que conducen al pueblo. Aunque el trayecto es sinuoso y sin transporte público regular, el viaje ofrece paisajes de ensueño que justifican cada kilómetro recorrido.
Aislado del turismo masivo, Caspalá conserva una autenticidad que hoy lo convierte en un símbolo del patrimonio argentino. Su belleza natural, su gente y su historia lo transforman en un destino imperdible para quienes buscan conocer lo más genuino del norte del país.