El muelle de pescadores de Mar del Plata cumple 100 años desde su inauguración el 8 de enero de 1927, convirtiéndose en un símbolo histórico y turístico de la ciudad. Situado frente a la Avenida Pedro Luro, el muelle fue concebido por un grupo de pescadores autogestionados tras la destrucción del anterior espigón de madera, conocido como Lavorante, en un temporal en 1924. La obra fue realizada por la Dirección de Arquitectura de la Provincia de Buenos Aires, bajo la supervisión de los ingenieros Garbarini, Mener y Gorostiaga.
El proyecto original, de estilo náutico inglés, incluyó una estructura modular innovadora, pensada para resistir tormentas y permitir reemplazar tramos sin afectar el resto del muelle. Los pilotes más alejados alcanzan los 16 metros de altura, lo que garantiza estabilidad frente al oleaje. La construcción inicial requirió una inversión de 225.000 pesos de la época y fue inaugurada con la presencia del presidente Marcelo Torcuato de Alvear, el intendente Rufino Inda y el primer presidente del club, Hernán Ayerza.
El muelle se consolidó como un punto de encuentro para pescadores y turistas, y fue testigo del crecimiento urbano de Mar del Plata, lo que incluye la construcción de la Rambla y la llegada de los lobos marinos en los años ’40. Antes del muelle actual, la zona contaba con el espigón deportivo diseñado por el ingeniero Vicente Lavorante en 1916, destruido por un temporal en 1924.
A lo largo de los años, el muelle mantuvo su silueta original, aunque algunos pilotes quedaron expuestos tras el relleno artificial de las playas del centro a fines de los ’90. Su mantenimiento es constante y costoso, pero preserva detalles históricos, como los pisos y mobiliario de los salones. El edificio de la Sede Central del Club de Pescadores fue declarado Monumento Histórico Nacional en 2001, y junto con el Casino Central, el Hotel Provincial y la Plaza Colón, forma parte del conjunto arquitectónico urbano nacional.

El muelle también se convirtió en escenario de películas y series, desde los clásicos de Alberto Olmedo y Jorge Porcel hasta producciones recientes como Monzón y El tiempo de las moscas, y es famoso por sus récords de pesca de especies como tiburones martillo, corvinas, meros, rayas y palometas.
Un emblema icónico del muelle es su cartel publicitario, compuesto por dos paños de 30 metros de ancho por 12 metros de alto. A lo largo de su historia, ha exhibido marcas como Copelina, Gancia, Balcarce, Celusal y, actualmente, Quilmes, consolidándose como una postal reconocible de la ciudad balnearia.
En abril de 2025 cerró el histórico restaurante Espigón de Pescadores, que funcionó casi un siglo. Tras meses de remodelación, el pasado 3 de octubre abrió El Muelle, un nuevo restaurante de estética mediterránea con vista al mar, gestionado por Ezequiel Vialaret y su equipo. “Después de la pandemia obtuvimos la concesión con la comisión del Club de Pesca y comenzamos a organizar eventos sociales, desayunos y meriendas. Este año apostamos por abrir el restaurante y pusimos en valor este lugar icónico de Mar del Plata”, señaló Vialaret.
El nuevo salón respeta la estructura original del muelle y adapta la ambientación al estilo mediterráneo sin modificar elementos históricos. La propuesta gastronómica combina platos de mar con pesca local y resalta la identidad marítima del espacio. “Respetamos la estructura original; simplemente pintamos, incorporamos durlock al techo y preservamos todo lo demás porque hay algo mágico aquí”, agregó Vialaret.
Con su centenario, el muelle de pescadores no solo celebra un legado arquitectónico y cultural, sino que es un punto de encuentro y atracción turística, que une historia, gastronomía y deporte en el corazón de Mar del Plata.