La empresa tecnológica Fiserv presentó en octubre de 2025, durante el Forbes Fintech & Technology Summit realizado en Buenos Aires, su visión sobre el futuro de los pagos digitales y el rol que asumirán los proveedores de servicios tecnológicos frente a un escenario de transformación acelerada. La exposición estuvo a cargo de Juan Sebastián Martínez, vicepresidente de Business Development Issuing para la región, quien explicó que la compañía está redefiniendo su propuesta de valor para acompañar la evolución del sistema financiero global.
El contexto de la presentación no fue casual. En un momento de profundos cambios en la industria fintech, donde la digitalización, la competencia y la seguridad marcan la agenda, Martínez afirmó que el sector atraviesa “una etapa de transformación tan profunda y vertiginosa que el concepto de revolución parece haber quedado a medio camino de la realidad”, según publicó Forbes Argentina.
El ejecutivo explicó que Fiserv, una compañía que procesa más de 3.000 millones de transacciones mensuales, tuvo que repensar su función tradicional como proveedor de tecnología para convertirse en un socio estratégico de bancos, fintech y neobancos. Esta transformación, dijo, implicó pasar “de ser un proveedor tradicional a convertirnos en un socio estratégico de servicios tecnológicos, con todas las consecuencias que eso trae”.
Según Martínez, esta nueva etapa se apoya en dos pilares fundamentales: la tropicalización de productos y servicios —es decir, su adaptación a las particularidades culturales, regulatorias y operativas de cada mercado—, y el desarrollo interno de soluciones personalizadas para cada cliente. Este enfoque busca que las instituciones financieras puedan ofrecer experiencias más ágiles, seguras y cercanas a sus usuarios.
El avance de los medios de pago digitales impone un desafío clave: garantizar la seguridad en un entorno de crecientes intentos de fraude y amenazas cibernéticas. Martínez remarcó que la simplicidad que el usuario demanda —“la persona que paga solo quiere que funcione, y que sea rápido y fácil”— requiere un andamiaje de seguridad cada vez más sofisticado.
El directivo de Fiserv dividió la estrategia de prevención de fraudes en tres pilares: tecnología de plataforma, gestión de datos y capital humano. Pese al avance de la automatización, aseguró que “lo que sigue haciendo la diferencia es el capital humano, que con su experiencia puede prevenir y proteger al usuario final”.
En cuanto a la inteligencia artificial, Martínez señaló que si bien esta tecnología ya tiene un papel relevante en la experiencia de usuario (UX) y la experiencia de cliente (CX), todavía debe dar un paso más para integrarse plenamente en procesos complejos como la detección y prevención de fraudes. Para Fiserv, el desafío está en combinar algoritmos avanzados con el conocimiento humano para anticipar riesgos y reforzar la confianza en cada transacción.
De cara al futuro inmediato, el escenario se perfila más competitivo. Martínez fue categórico al afirmar que “no sé si hay espacio para tantos jugadores”, advirtiendo que el mercado podría ingresar en una etapa de consolidación, con una mayor concentración de empresas y una competencia más intensa. Según el ejecutivo, la “torta” de los pagos digitales no crece al ritmo de los nuevos actores, lo que obligará a las compañías a diferenciarse por valor agregado y eficiencia operativa.
Fiserv busca posicionarse como un “catalizador y vehículo para sus clientes”, ayudándolos a escalar su propuesta de valor, atraer más usuarios y mejorar la experiencia final. En este proceso, la compañía apunta a que sus socios —desde grandes bancos hasta startups fintech— cuenten con infraestructura tecnológica sólida, herramientas de análisis de datos y modelos de seguridad integrados que les permitan competir en igualdad de condiciones.
Durante su presentación, Martínez realizó un repaso histórico para explicar el punto de inflexión que, a su juicio, vivió el sistema financiero global entre 2016 y 2017. En esos años, dos fenómenos alteraron la estructura tradicional: la irrupción del mundo digital y las fintech, que cuestionaron el modelo bancario tradicional, y la apertura de la banca de adquirencia, que eliminó exclusividades y permitió mayor competencia en el procesamiento de pagos.
A partir de entonces, explicó, el procesamiento de pagos dejó de ser un diferencial para convertirse en un commodity, mientras el valor agregado se desplazó hacia la experiencia de usuario, la integración de servicios y la gestión de riesgos.
El ejecutivo también destacó el papel de la pandemia de COVID-19, que aceleró la adopción de medios de pago digitales y la llegada de capitales de inversión al sector fintech en América Latina. “Fue un impulso muy positivo para el usuario final —afirmó—, pero obligó a Fiserv a replantearse continuamente su estrategia y a generar valor agregado permanente para mantenerse competitiva”.
El mensaje de Fiserv tiene especial relevancia para el mercado argentino, donde el ecosistema fintech y de medios de pago atraviesa un proceso de expansión y ajuste normativo. La interoperabilidad entre billeteras, el uso extendido del código QR y la digitalización del efectivo son algunos de los desafíos que impulsan la transformación local.
En este contexto, la decisión de Fiserv de “tropicalizar” sus soluciones globales implica que las herramientas tecnológicas se adaptarán a las necesidades específicas del país. Esto podría traducirse en nuevas oportunidades para comercios, bancos y usuarios finales, con servicios más eficientes, seguros y adaptados a la realidad económica argentina.
La presentación de Fiserv en Buenos Aires no fue solo una actualización tecnológica, sino una declaración estratégica sobre el futuro de los pagos digitales. Martínez dejó claro que las compañías del sector no pueden limitarse a ofrecer capacidad de procesamiento: deben convertirse en socios integrales del sistema financiero, capaces de aportar innovación, seguridad y conocimiento local.
Con la mirada puesta en 2026, Fiserv busca consolidar su liderazgo en América Latina a través de la colaboración con instituciones financieras y la integración de nuevas tecnologías que potencien la experiencia del usuario. En un escenario donde la digitalización avanza a ritmo vertiginoso, la clave —según su visión— será anticipar el cambio y actuar con agilidad.
En definitiva, el mensaje de la compañía resume la nueva etapa del ecosistema de pagos: solo quienes comprendan que el valor está en la personalización, la seguridad y la experiencia del usuario lograrán mantenerse relevantes en un mercado que se redefine día a día.