La aplicación de tecnologías de precisión está transformando la producción de caña de azúcar en el país. Un equipo de investigadores del INTA y la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA) desarrolla un sistema que combina drones, software libre e inteligencia artificial (IA) para detectar en tiempo real los espacios vacíos en la siembra y corregirlos de manera inmediata.
El proyecto busca reducir pérdidas de rendimiento, disminuir costos y aumentar la eficiencia productiva, aprovechando el potencial de la automatización y el análisis digital para mejorar la gestión del cultivo desde las etapas iniciales.
El especialista en Agricultura de Precisión del INTA Famaillá (Tucumán), Ricardo Rodríguez, explicó que el trabajo se centra en identificar fallas en la plantación mediante monitoreo aéreo con drones y análisis de imágenes.
“El objetivo es evitar espacios vacíos sin cultivos, que incrementan los costos por competencia de malezas y mayores requerimientos de manejo y fertilización”, señaló.
El equipo técnico del INTA Famaillá, INTA Misiones, INTA Cerrillos (Salta) y la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCA realizó ensayos experimentales con un dron Phantom 4 con cámara RGB, capturando imágenes de los surcos antes de tapar el cultivo. Los datos obtenidos se procesaron con herramientas como Open Drone Map, Agisoft Metashape Professional y QGIS, permitiendo generar ortomosaicos e identificar zonas sin yemas mediante índices de vegetación.
Mediante la georreferenciación de los puntos detectados, los técnicos realizaron refalles dirigidos con GPS, logrando correcciones inmediatas en el terreno. Los resultados preliminares fueron altamente positivos y abren la puerta a automatizar todo el proceso con inteligencia artificial.
Rodríguez adelantó que la próxima etapa apunta a incorporar algoritmos que reconozcan las fallas automáticamente, sin necesidad de pasar por varios programas intermedios. “Queremos obtener resultados casi instantáneos durante la plantación, mejorando la velocidad y precisión de las decisiones”, concluyó.
Con este avance, el INTA reafirma su liderazgo en la aplicación de tecnologías emergentes para la agricultura de precisión, consolidando un modelo de producción más sustentable y competitivo.