El ministro de Economía, Luis Caputo, anticipó este martes en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) que el Gobierno aspira a comprar entre USD 7.000 y USD 20.000 millones durante 2026 para reforzar las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en caso de que se cumplan determinadas condiciones monetarias y se concrete el préstamo que actualmente negocia con entidades financieras internacionales. La definición llega en un contexto de debate económico por el ritmo de acumulación de divisas en el país y la sostenibilidad del esquema cambiario vigente.
Durante su intervención ante empresarios del llamado “círculo rojo”, Caputo explicó que el monto de reservas que podría incorporar el BCRA dependerá principalmente de cómo evolucione la demanda de dinero en los próximos meses. El ministro sostuvo que, si la base monetaria se mantiene constante en términos de Producto Bruto Interno (PBI) y se acompaña el crecimiento nominal estimado, la capacidad de compra sin esterilización rondaría USD 7.000 millones. A partir de ese punto, agregó que una suba de un punto en la demanda de pesos habilitaría otros USD 7.000 millones y, en un escenario más optimista, una recuperación de dos puntos permitiría alcanzar USD 20.000 millones.
Caputo aclaró que el objetivo oficial es acumular reservas sin utilizar instrumentos de esterilización monetaria que impliquen pagos de intereses. Según su planteo, para lograrlo se requiere que el mercado absorba pesos de manera voluntaria, sin necesidad de retirar liquidez con mecanismos como pases o letras del Tesoro. En esa línea, el funcionario remarcó que las compras de divisas serán consecuentes con el comportamiento de la demanda de dinero y no una decisión arbitraria destinada a influir en el tipo de cambio.
El ministro también confirmó que avanzan las gestiones para obtener un financiamiento externo de entre USD 6.000 y USD 7.000 millones, el cual permitirá afrontar vencimientos de deuda durante el próximo año sin comprometer el flujo de reservas del Central. Ese respaldo financiero externo —según expresó— generaría el espacio necesario para que las divisas adquiridas por la autoridad monetaria puedan permanecer en el balance sin ser utilizadas para cancelaciones inmediatas.
La posibilidad del préstamo, sin embargo, no está asegurada. Caputo señaló que el Gobierno evaluará si resulta necesario concretarlo en función de la evolución del riesgo país. En el equipo económico consideran que ese indicador podría descender en las próximas semanas o meses como consecuencia de la consolidación fiscal y el ordenamiento monetario. La decisión final dependerá de ese desempeño y del análisis del costo financiero frente al beneficio de contar con mayor disponibilidad de divisas.
El debate sobre las reservas cobró intensidad en los últimos meses, especialmente después de que el Gobierno activara un tramo del swap con Estados Unidos por USD 2.500 millones para enfrentar un vencimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A pesar de haber adquirido dólares desde la llegada de Javier Milei al poder, el saldo neto se vio afectado por obligaciones externas, lo que mantuvo el nivel de reservas en un terreno crítico y por debajo del objetivo acordado con el Fondo.
Caputo cuestionó a los economistas que consideran insuficiente el volumen de divisas acumulado en las últimas semanas y afirmó que existe una sobrevaloración del corto plazo. Durante su exposición en el Cicyp expresó: “Pareciera que si no compramos USD 8.000 millones en las próximas 24 horas, Argentina entra en un problema”, y sostuvo que, aún con los compromisos de deuda, el Gobierno actual fue el que más divisas adquirió desde el cambio de administración.
En paralelo, la discusión incluye la sustentabilidad del régimen de bandas cambiarias. Diversos analistas, entre ellos el exministro Domingo Cavallo, recomiendan permitir una flotación más libre del dólar mayorista. Caputo rechazó esa alternativa y defendió el sistema vigente, al argumentar que brinda previsibilidad y evita saltos bruscos que puedan trasladarse a precios. “Vamos a seguir con el esquema de bandas, alguno creerá que se puede flotar libremente y es opinable”, señaló ante el empresariado.
El titular del Palacio de Hacienda negó además que el Gobierno busque intervenir en el tipo de cambio con el objetivo de mejorar la competitividad a través de un dólar más alto. “No vamos a salir a comprar dólares como loquitos para tener un dólar alto y probarle al mundo que somos competitivos”, afirmó, y advirtió que la mejora de competitividad llegará por vía fiscal, con menor carga impositiva y un orden macroeconómico más estable.

Actualmente, el dólar oficial se mantiene dentro de la franja cambiaria establecida por el Banco Central, aunque relativamente cerca del techo. Según Caputo, el riesgo de superar ese límite existe ante shocks internos o externos, pero confía en que las expectativas de estabilización, la caída de la inflación mensual y un mayor flujo de financiamiento externo contribuirán a sostener el esquema vigente. Si el precio del dólar mayorista alcanzara el techo de la banda, el Central estaría obligado a vender reservas. Por ese motivo, la capacidad de refuerzo de divisas será clave para el margen de maniobra durante 2026.
Uno de los puntos que más observan los mercados es la obligación frente al FMI. Para diciembre, el Gobierno había asumido el objetivo de finalizar 2025 con reservas netas por -USD 2.600 millones, pero estimaciones privadas sostienen que el saldo podría estar hoy cerca de -USD 16.000 millones. Esa diferencia refuerza la importancia que tendría un nuevo fondeo externo y la recuperación del flujo comercial.
En el Palacio de Hacienda plantean que el proceso será gradual, dependiente de la confianza, la reducción del riesgo y el regreso de capitales. No obstante, se muestran optimistas en que la estabilidad cambiaria y la reducción del déficit primario generarán un escenario más favorable para la compra de divisas durante 2026. Para los empresarios presentes en el Cicyp, la exposición de Caputo buscó brindar una señal de continuidad y previsibilidad, en un año en el que la acumulación de reservas continuará siendo uno de los ejes centrales de la política económica, tal como destacó también Infobae al analizar el escenario financiero y las proyecciones oficiales.