Caída en noviembre debilita el intercambio comercial entre Argentina y Brasil

En noviembre de 2025, el intercambio comercial entre Argentina y Brasil alcanzó los US$ 2.331 millones, lo que representa una caída del 5,5 % en comparación con el mismo mes del año anterior, según un informe de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). Este deslizaje en el flujo comercial —el más marcado de los últimos meses— alertó tanto a exportadores como importadores de ambos lados de la frontera mercantil.

De ese total, las exportaciones argentinas a Brasil registraron una baja del 7,8 % interanual y una merma del 11,1 % respecto a octubre de 2025. Por su parte, las importaciones desde Brasil hacia Argentina decrecieron 3,4 % en el año, marcando la primera caída de 2025. En relación con el mes anterior, las compras bajaron un 25 %, un retroceso abrupto que refleja la agudización de la desaceleración.

El saldo comercial con Brasil resultó nuevamente adverso: en noviembre registró un déficit de US$ 129 millones, el menor del año; sin embargo, el desequilibrio acumulado durante 2025 ascendió ya a US$ 5.250 millones. El dato pone en evidencia una tendencia creciente de fragilidad en la posición comercial de Argentina frente a su principal socio regional.

Según la CAC, la baja interanual de las exportaciones argentinas hacia Brasil se originó en caídas significativas de rubros claves de la canasta comercial: “la baja interanual de las exportaciones de Argentina hacia Brasil de noviembre (7,8 %) correspondió principalmente a la caída de vehículos automotores de pasajeros, trigo y centeno no molidos, partes y accesorios de vehículos automotores y propano y butano licuados”, destacó la entidad.

Este retroceso en artículos de alto valor apunta a problemas estructurales más amplios: por un lado, el menor dinamismo de la industria automotriz nacional, y por otro, menores ventas de productos agrícolas y energéticos. Las dificultades del contexto macroeconómico argentino —caracterizado por inflación elevada, restricciones cambiarias y caída del poder adquisitivo interno— reducen la competitividad de los productos nacionales.

Al mismo tiempo, la caída en las importaciones desde Brasil sugiere una retracción de la demanda doméstica. Si bien esto derivó en una reducción del déficit comercial mensual, también indica una debilidad del consumo interno y una menor actividad productiva, ya que muchos insumos industriales provienen de empresas brasileñas.

El informe de la CAC subraya la importancia de Brasil como principal socio comercial de Argentina. A pesar de la caída reciente, Argentina se mantiene entre los principales proveedores de Brasil, al tiempo que figura como uno de sus principales compradores. Esta condición estructural vuelve especialmente sensible al país ante cambios en la dinámica comercial bilateral.

Analistas consultados advierten que la persistencia de estos números podría complicar aún más la reactivación económica argentina. Una menor demanda externa reduce ingresos por exportaciones, mientras que la caída del flujo de importaciones podría limitar la producción de bienes finales que dependen de insumos importados. Si la tendencia se mantiene, puede agravar el déficit comercial y debilitar las reservas internacionales.

Según El Economista — citando un informe de Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) — la caída del comercio bilateral con Brasil obliga a incentivar exportaciones de valor agregado, diversificar mercados, mejorar competitividad cambiaria y reducir costos logísticos y fiscales.