Soja: ROSARIO
$494.000 -0.20%
Maíz: ROSARIO
$272.650 -0.09%
Trigo: ROSARIO
$241.000 -0.66%
La provincia de Río Negro ejecutó este 6 de diciembre un hito estratégico para el desarrollo energético nacional: el puerto de San Antonio Este finalizó la descarga de 10.000 toneladas de tuberías destinadas al gasoducto que alimentará al proyecto Argentina FLNG, la primera iniciativa de Gas Natural Licuado (GNL) a gran escala en el país. El hecho, informado inicialmente por El Economista, marca el comienzo operativo de una infraestructura que será clave para impulsar la exportación de gas de Vaca Muerta hacia los mercados internacionales.
La maniobra estuvo a cargo de la Terminal de Servicios Portuarios Patagonia Norte, concesionaria del puerto desde hace más de dos décadas. El material crítico llegó a bordo del BillionStar, un buque de 175,53 metros de eslora y casi 30 metros de manga, que transportó 2.265 caños de acero de distintos diámetros. Estas piezas constituyen el primer lote del gasoducto diseñado para conectar el sistema troncal de transporte con la unidad flotante de licuefacción (FLNG) que operará frente a la costa rionegrina.
La operación destacó por su complejidad logística: involucró el uso coordinado de grúas del propio buque, maquinaria portuaria de alto tonelaje y equipamiento especializado como grampas, eslingas y spreaders. Todo fue ejecutado por personal técnico calificado de Patagonia Norte. Una vez descargados, los caños comenzaron a ser acopiados en predios de la terminal, desde donde serán trasladados en los próximos meses hacia los tramos iniciales de obra del gasoducto.
El proyecto Argentina FLNG, impulsado por el consorcio Southern Energy, es considerado uno de los desarrollos energéticos más relevantes para la integración del país al mercado global de gas. Su objetivo es permitir que Argentina convierta el gas de Vaca Muerta en GNL para exportarlo en forma directa desde la costa atlántica. Según estimaciones difundidas por El Economista, el país podría alcanzar una capacidad de producción anual de entre 20 y 30 millones de toneladas de GNL, un volumen capaz de posicionar a la Argentina entre los nuevos actores emergentes del comercio mundial de este combustible.
Desde la concesionaria destacaron la relevancia del operativo como parte del nuevo rol del puerto rionegrino en la cadena energética. “Con esta operación, al igual que con la descarga de chapas para los tanques de Punta Colorada del proyecto VMOS, Patagonia Norte confirma su especialización y eficiencia en operaciones de carga energética, y reafirma su aporte al crecimiento y empleo en la provincia”, señaló Cristian López, gerente general de la compañía, en declaraciones citadas por El Economista.
Patagonia Norte cuenta con más de 200 trabajadores y forma parte del Grupo Murchison, uno de los actores históricos de la logística portuaria argentina, con 127 años de actividad. Desde 1998, la terminal opera exportaciones de frutas, jugos, hortalizas, minerales y pesca de diversas provincias, entre ellas Río Negro, Neuquén, Mendoza y San Juan, además del sur de Buenos Aires. Con la llegada de los primeros componentes del gasoducto, suma oficialmente un nuevo capítulo: convertirse en plataforma logística del GNL argentino.
El avance del proyecto en San Antonio Este se complementa con la actividad de Punta Colorada, donde continúa la construcción de los tanques e instalaciones del proyecto VMOS. Ambas iniciativas consolidan a Río Negro como un nodo energético dual: por un lado, asociado al almacenamiento y transporte de combustibles tradicionales; y por el otro, orientado a operaciones de valor agregado vinculadas al gas no convencional.
La sinergia entre estos polos es parte de una estrategia provincial que busca posicionar a Río Negro como centro logístico del Atlántico Sur, aprovechando la cercanía a Vaca Muerta, la disponibilidad de infraestructura portuaria y la creciente demanda global de GNL como energía de transición. La ubicación estratégica de San Antonio Este —a mitad de camino entre la cuenca neuquina y las rutas marítimas hacia el norte y el Atlántico profundo— lo convierte en un punto crítico para proyectos de exportación a largo plazo.
La descarga del cargamento también marca un paso visible en el inicio de obras de uno de los tramos más sensibles del ecosistema energético nacional: el gasoducto que enlazará la producción neuquina con la futura planta flotante. Aunque aún falta completar licitaciones complementarias y etapas de instalación, el arribo de los tubos anticipa que la construcción física del proyecto comenzará en los próximos meses. Se prevé que el movimiento de materiales, equipos y personal aumente progresivamente hasta alcanzar picos de actividad a mediados de 2026.
La infraestructura de licuefacción tendrá un rol central en la estrategia energética argentina a partir de su capacidad para transformar gas en un producto exportable. A diferencia del transporte por gasoductos tradicionales, el GNL permite alcanzar destinos de ultramar y diversificar mercados. De consolidarse, la Argentina podría acceder a oportunidades comerciales en Europa y Asia, zonas con alta demanda energética y búsqueda de proveedores alternativos.
A nivel macroeconómico, el proyecto abre la puerta a un ingreso sostenido de divisas, una reducción de la volatilidad estacional del consumo local y una mayor integración con cadenas globales de valor. Su desarrollo se inserta, además, en un marco de reformas normativas y de estímulo a la inversión que el sector energético reclama desde hace años.
El movimiento registrado en San Antonio Este forma parte de una nueva ola de inversiones en infraestructura asociada al gas y al petróleo no convencional. En paralelo a los proyectos de gasoductos y licuefacción, empresas de servicios y logística comienzan a ampliar capacidades operativas, flotas y plataformas de almacenamiento. Dentro de ese ecosistema, Grupo Murchison ya anunció iniciativas complementarias para fortalecer su presencia en Vaca Muerta, Uruguay y Estados Unidos.
Con la llegada del BillionStar y la descarga exitosa de las primeras tuberías, Río Negro se posiciona en el centro de un proceso que podría redefinir el mapa energético argentino. El inicio del tendido del gasoducto marcará la próxima etapa crítica. Mientras tanto, la provincia capitaliza un avance que combina logística, industria, empleo y una proyección estratégica que trasciende las fronteras nacionales.
