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La industria energética argentina enfrenta un escenario internacional marcado por precios volátiles, tensiones geopolíticas y una transición energética más lenta de lo previsto, pero al mismo tiempo cuenta con una oportunidad estratégica para consolidar el desarrollo de sus recursos no convencionales. Así lo planteó Ricardo Markous, CEO de Tecpetrol, quien sostuvo que la compañía aplica su experiencia industrial y tecnológica para fortalecer el crecimiento del shale en Vaca Muerta. Las definiciones fueron publicadas en una columna difundida por el Diario Río Negro, y resultan relevantes porque reflejan el enfoque de una de las principales operadoras del país frente a los desafíos actuales del sector.
Markous señaló que, a nivel global, la expectativa de una rápida reducción de la dependencia de los combustibles fósiles perdió fuerza en los últimos años. En su análisis, la transición energética avanza, pero no logró aún garantizar continuidad de suministro ni costos competitivos en todas las regiones. En ese contexto, los países comenzaron a priorizar la seguridad energética, lo que abre una oportunidad para productores de petróleo y gas con recursos de calidad y capacidad de ejecución, como la Argentina.
En ese marco, el ejecutivo remarcó que Vaca Muerta representa una ventaja estratégica para el país y, en particular, para la provincia de Neuquén, al permitir un desarrollo sostenido de reservas de petróleo y gas con destino tanto al mercado interno como a la exportación. Para Markous, este potencial debe ser entendido no solo como una fuente de divisas, sino como un motor de desarrollo industrial, capaz de impulsar una cadena de valor sólida, generar empleo calificado, promover innovación tecnológica y fortalecer comunidades vinculadas a la actividad energética.
Dentro de ese escenario, Tecpetrol mantiene una posición de liderazgo en la producción de gas, considerado por la compañía como el combustible de la transición, y avanza en paralelo en el desarrollo de petróleo no convencional. Markous destacó que la estrategia de la empresa no se limita al shale, sino que incluye una diversificación de inversiones en otras fuentes de energía y tecnologías asociadas a la transición.
Entre esas iniciativas mencionó los proyectos vinculados al litio, el hidrógeno turquesa y la geotermia, impulsados a través del Fondo de Inversiones TechEnergy Ventures, que ya cuenta con un portafolio de 18 start-ups de tecnología energética disruptiva a nivel global. Según explicó, este enfoque busca posicionar a Tecpetrol no solo como un productor de hidrocarburos, sino como un actor relevante en la evolución del sistema energético.
El CEO subrayó que 2025 fue un año clave para el gas, con resultados que consolidaron el rol de la compañía en el mercado argentino. Fortín de Piedra, yacimiento desarrollado en apenas 18 meses, hoy aporta más del 15% del gas que se consume en el país, un logro que Markous atribuyó a la sinergia con el Grupo Techint y al trabajo conjunto con alrededor de mil empresas locales, en su mayoría pymes, a las que definió como socios estratégicos.
En febrero de 2024, Tecpetrol alcanzó un trillón de pies cúbicos (TCF) de producción acumulada en siete años, un volumen equivalente al consumo residencial de la Argentina durante tres años. Además, durante el último invierno, la producción de Fortín de Piedra superó los 24,4 millones de metros cúbicos diarios, dentro de un total de 120 millones producidos en la Cuenca Neuquina.
Más allá del gas, Markous indicó que Tecpetrol avanza de manera decidida en el petróleo no convencional, con el objetivo de equilibrar su matriz productiva. El conocimiento acumulado en el desarrollo del shale se aplica ahora al proyecto Los Toldos II Este, ubicado en el hub norte de Neuquén, a unos 30 kilómetros al oeste de Rincón de los Sauces.
En esa área, avanza la construcción modular de la planta de procesamiento, mientras se planifica la perforación de unos 70 pozos para la puesta en marcha del proyecto. La compañía proyecta alcanzar una producción de 70.000 barriles diarios hacia 2027, lo que permitiría elevar su volumen total de petróleo en la Cuenca Neuquina a cerca de 100.000 barriles por día.
Como parte de esta estrategia de consolidación en el crudo, Tecpetrol se incorporó en 2025 al consorcio del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), una obra considerada clave para la evacuación de la producción hacia los mercados externos. Con una participación del 8%, la empresa prevé aportar 40.000 barriles diarios cuando el ducto entre en operación en 2026, sumándose a la capacidad disponible en el sistema de Oldelval.
Markous remarcó que uno de los principales diferenciales de Tecpetrol es la aplicación de la ingeniería industrial propia del Grupo Techint para reducir costos y tiempos de perforación, tanto en Fortín de Piedra como en Los Toldos II Este. En un escenario de precios internacionales fluctuantes, sostuvo, la tecnología se vuelve un factor decisivo para sostener la competitividad.
En ese sentido, destacó el rol del Real Time Operation Center, que desde las oficinas de Buenos Aires monitorea en tiempo real la perforación y terminación de pozos en la Cuenca Neuquina, así como las operaciones que la compañía desarrolla en Colombia, México y Ecuador. Esta herramienta permite optimizar procesos, mejorar la toma de decisiones y reducir costos operativos a través del uso intensivo de datos.
El ejecutivo señaló que, pese a la volatilidad del precio del petróleo, Tecpetrol continúa invirtiendo en la Argentina. El bloque Los Toldos II Este recibió una inyección inicial de 1.500 millones de dólares, y la compañía logró reabrir el mercado de capitales internacional para corporativos argentinos en tiempo récord, un hecho que Markous interpretó como una señal de confianza de los inversores en la empresa y en su capacidad para ejecutar proyectos complejos.
En su análisis, el CEO de Tecpetrol afirmó que existe un consenso creciente en torno a que Vaca Muerta se convirtió en una política de Estado. Actualmente, la formación abastece más del 65% del mercado nacional de gas, permitió retomar exportaciones a Chile, iniciar envíos a Brasil y avanzar en proyectos de GNL para conectar la producción argentina con el mundo.
En petróleo, Vaca Muerta ya aporta alrededor del 60% del crudo que se extrae en el país, y las proyecciones indican que la Cuenca Neuquina podría alcanzar un volumen total de un millón de barriles diarios hacia 2035. Para Markous, este escenario combina desafíos significativos con oportunidades de gran magnitud, capaces de modificar la matriz energética y la estructura económica de la Argentina.
Al proyectar el futuro de la compañía, el ejecutivo imaginó una Tecpetrol más equilibrada entre gas y petróleo, con fuerte orientación al no convencional, foco en las exportaciones y capacidad para abastecer proyectos de LNG, sin perder presencia en Latinoamérica ni dejar de invertir en tecnologías asociadas a la transición energética.
En definitiva, la visión de Markous apunta a consolidar un modelo en el que la experiencia industrial, la tecnología y la escala productiva permitan a Tecpetrol y al conjunto del sector energético argentino competir en un contexto global cada vez más exigente. Vaca Muerta, concluyó, ya es una realidad y tiene el potencial de convertirse en uno de los pilares del desarrollo económico del país en las próximas décadas.
