A 30 minutos de la Ciudad de Buenos Aires, en el kilómetro 26 del Acceso Oeste, Parque Leloir, en el partido de Ituzaingó, atraviesa en 2025 una transformación que lo posiciona como uno de los desarrollos urbanos más dinámicos del conurbano bonaerense. Rodeado por 640 hectáreas de bosque, con un polo gastronómico en expansión y proyectos inmobiliarios de alto nivel, el barrio dejó atrás su perfil de casas de fin de semana para convertirse en un imán para inversores y familias que buscan verde, servicios y cercanía con CABA. El proceso fue analizado en un informe publicado por TN.
Lo que hasta hace pocos años era un enclave de quintas y calles arboladas hoy se consolidó como una zona de referencia en el oeste del Gran Buenos Aires. La comparación con Cariló surge de manera recurrente entre desarrolladores y vecinos, no solo por la densidad del arbolado y la baja altura edilicia, sino también por la propuesta de consumo, ocio y calidad de vida que fue tomando forma en el último tiempo.
El principal diferencial de Parque Leloir está dado por su entorno natural. El barrio cuenta con 640 hectáreas de masa forestal, un pulmón verde poco habitual en el conurbano, que condiciona tanto el trazado urbano como el tipo de desarrollos permitidos. A ese paisaje se suma una planificación que prioriza calles amplias, baja densidad y una convivencia entre viviendas, comercios y servicios.
El crecimiento del área estuvo directamente vinculado a las mejoras en la conectividad. La articulación entre la autopista 25 de Mayo y el Acceso Oeste, concretada en la década del 90, modificó de manera estructural la relación del barrio con la Ciudad de Buenos Aires. El automóvil reemplazó al tren como principal medio de acceso y amplió el radio de influencia de la zona, atrayendo a nuevos residentes y emprendimientos comerciales.

Sobre la avenida Martín Fierro, el eje central de Parque Leloir, se concentra hoy uno de los polos gastronómicos más activos del oeste. En el último año se sumaron marcas de alcance nacional como Kansas, SushiClub y Negroni, además de propuestas hoteleras y de oficinas. A fines de 2024 se inauguró el hotel Merit by Amerian, reforzando la oferta corporativa y turística del área.
La presencia de grandes superficies comerciales, como un hipermercado Jumbo a pocas cuadras, terminó de consolidar una ecuación que combina verde, servicios y accesibilidad, un mix cada vez más valorado por compradores y desarrolladores. “Parque Leloir tiene verde, servicios y cercanía”, sintetizó Martín Boquete, director general de Toribio Achával, en declaraciones citadas por TN al analizar el atractivo de la zona.
El punto de inflexión para el mercado inmobiliario local llegó con la pandemia. La búsqueda de espacios más amplios, contacto con la naturaleza y menor densidad urbana aceleró un proceso que ya estaba en marcha. En pocos años, Parque Leloir pasó de ser un barrio de casas quintas a un polo de viviendas premium, con edificios de baja altura, amplios metrajes y amenities de alto nivel.
Actualmente, la zona cuenta con unos 250 departamentos terminados y alrededor de 1.000 unidades en construcción, según datos relevados por el sector. Los valores de venta oscilan entre US$ 2.000 y US$ 3.000 por metro cuadrado, mientras que los proyectos más exclusivos alcanzan tickets de hasta US$ 600.000 por unidades de 200 metros cuadrados.

El perfil del comprador es bastante definido: personas de mediana edad o mayores, con hijos grandes o sin hijos, que deciden dejar casas en countries cercanos para mudarse a un entorno más urbano, pero sin resignar verde, seguridad y calidad de vida. La posibilidad de “achicarse” en superficie privada, pero ganar servicios y conectividad, explica buena parte de la demanda sostenida.
Parque Leloir no es un desarrollo reciente. Su historia se remonta a fines del siglo XIX, cuando la familia Leloir comenzó a adquirir tierras en la zona y promovió la creación de un parque de 70 hectáreas, con laguna e islote, diseñado por el paisajista francés Carlos Thays. Ese ADN, vinculado a la planificación y al respeto por el entorno natural, sigue marcando el perfil del barrio.
Con el paso de las décadas, el área mantuvo una identidad residencial fuerte, que hoy convive con una expansión comercial y de servicios cuidadosamente regulada. La normativa urbanística, que limita alturas y preserva áreas verdes, es uno de los factores que sostienen el valor de las inversiones y refuerzan la comparación con destinos de descanso consolidados.
El crecimiento de Parque Leloir todavía no muestra señales de agotamiento. Según desarrolladores consultados por TN, en carpeta hay nuevos proyectos hoteleros, ampliación de la oferta de servicios de salud y desarrollos corporativos. El único déficit señalado de manera recurrente es la oferta educativa, un aspecto que, de resolverse, terminaría de cerrar el círculo para quienes buscan mudarse de forma definitiva.
En el llamado “cercano oeste”, Parque Leloir aparece hoy como uno de los pocos lugares donde confluyen rentabilidad inmobiliaria, calidad ambiental y proximidad con CABA. La rotación de propiedades es baja y la mayoría de quienes llegan al barrio tienden a quedarse, un dato que refuerza la percepción de estabilidad y atractivo a largo plazo.
Con un bosque que funciona como sello distintivo, una gastronomía en expansión y valores inmobiliarios en alza, Parque Leloir dejó de ser un secreto bien guardado del oeste. Para muchos, ya no es solo un pulmón verde del conurbano, sino el nuevo “Cariló del Gran Buenos Aires”, adaptado a la vida cotidiana y a las demandas de una población que prioriza entorno, servicios y conectividad.