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El ministro de Economía, Luis Caputo, defendió este martes el nuevo esquema de bandas cambiarias que comenzará a regir en 2026, asegurando que el sistema “ganó credibilidad” tras enfrentar la presión del mercado en la previa de las elecciones legislativas. Durante su participación en el streaming “Las tres anclas”, el funcionario explicó que la modificación busca ajustar el techo de la banda al ritmo de la inflación y permitir una convergencia gradual hacia los niveles internacionales, especialmente los de Estados Unidos, como parte de una estrategia de estabilización económica y fortalecimiento de la confianza en el mercado.
Caputo sostuvo que la recalibración del esquema no implica un aumento permanente del dólar, sino una mayor flexibilidad. “Lo único que cambió es que se pasó de un crawl fijo a uno variable”, indicó, detallando que mientras antes la variación era del 1% mensual, ahora se ajustará según el último dato de inflación. Según el ministro, esta medida permite un paso gradual hacia una flotación más limpia, vinculada a la continuidad del ancla fiscal y la consolidación de expectativas económicas.
En el mismo sentido, Caputo resaltó que la política económica resistió lo que calificó como “el ataque más fenomenal que haya tenido un programa económico” y que, pese a los temores iniciales, se logró estabilizar la economía sin recurrir a medidas traumáticas. El ministro señaló que la caída de la demanda de pesos durante los meses de mayor tensión respondió principalmente a la incertidumbre política y al miedo, lo que derivó en un proceso de dolarización sin precedentes, y no a fallas estructurales del esquema.
En relación con las reservas, el titular del Palacio de Hacienda explicó que la imposibilidad de acumulación no fue una falla del programa, sino consecuencia de la herencia de un esquema de endeudamiento sin acceso al crédito. “Por cada dólar que compramos, el 75% se destinó a pagar deudas”, afirmó, enfatizando que el gobierno anterior logró reducir la deuda pública en aproximadamente USD 50.000 millones durante la gestión de Javier Milei, lo que permitió abrir una nueva etapa con mayor margen de acción.
Caputo diferenció entre la compra de reservas y su acumulación, destacando que ahora, gracias a la recuperación del financiamiento tras las elecciones, el Tesoro dejará de ser el principal comprador de dólares para enfrentar vencimientos, traspasando ese rol al Banco Central. “Ahora, en vez de acumular 25 centavos por cada dólar, vamos a poder acumular el dólar entero”, aseguró, subrayando que el orden de implementación de estas medidas fue cuidadosamente planificado.
El ministro vinculó la estabilidad cambiaria alcanzada con el contexto electoral. Explicó que la presión previa a los comicios generó un escenario “unidireccional” en el que la demanda de dólares era prácticamente total y el gobierno actuaba como único vendedor dentro del esquema de bandas. Caputo rechazó la idea de haber salido antes del sistema para comprar divisas, argumentando que esto habría elevado el dólar a niveles insostenibles: “Si hubiéramos hecho eso, el único vendedor hubiera pasado a ser comprador y el dólar se iba a $3.000”.
Tras los comicios, señaló que la estrategia oficial fue validada por el mercado, con un descenso abrupto del riesgo país y la recuperación del financiamiento, lo que, según Caputo, marca un punto de inflexión para la política cambiaria y fiscal del país.
La modificación del crawl de las bandas cambiarias fue uno de los ejes centrales de la entrevista. Caputo explicó que esta transición de un ajuste fijo del 1% mensual a uno variable según la inflación no significa necesariamente un ritmo de devaluación más rápido, sino un mecanismo más flexible que acompañe el comportamiento de la economía. “Dentro de nueve meses, cuando la inflación empiece con cero, va a ser un ritmo más bajo”, afirmó.
Además, el ministro destacó que este esquema permite que el techo de la banda se acerque de manera natural a la inflación estadounidense, facilitando un proceso gradual hacia una flotación más limpia y reforzando la credibilidad de las políticas oficiales ante el Fondo Monetario Internacional y los mercados.
Caputo insistió en que la credibilidad constituye el activo principal del programa económico. Recordó que, al inicio de la gestión, predominaban los pronósticos de crisis extrema, y que pese a ello se logró estabilizar la economía sin medidas traumáticas. Según el ministro, la validación de las decisiones económicas mediante resultados concretos es la base para reconstruir la confianza: “Cuando lo que decimos se convalida, las expectativas se acomodan”.
El funcionario subrayó que la experiencia de otros países que implementaron programas de estabilización similares respalda la estrategia adoptada, y enfatizó que la combinación de bandas cambiarias, control fiscal y recuperación del financiamiento permitirá un tránsito gradual hacia un esquema de mayor estabilidad y previsibilidad para la economía argentina.
En síntesis, según informó Infobae, Caputo defendió un sistema que busca equilibrar la estabilidad cambiaria con la necesidad de ajustar la economía a la inflación, reduciendo riesgos políticos y financieros y creando condiciones para la acumulación de reservas. El mensaje central del ministro fue que la política oficial no solo sobrevivió a meses de alta tensión, sino que además logró reforzar la confianza del mercado y sentar las bases para un crecimiento sostenido en el mediano plazo.
