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De desecho peligroso a recurso energético: desarrollan un método para transformar pilas usadas en metano

Investigadores de la Universidad Técnica de Viena crearon un sistema que reutiliza baterías agotadas para convertir CO₂ en un combustible más limpio, con potencial industrial

De desecho peligroso a recurso energético: desarrollan un método para transformar pilas usadas en metano
jueves 18 de diciembre de 2025

Un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Viena, en Austria, desarrolló un método innovador que permite convertir pilas y baterías usadas en metano, un combustible considerado más limpio que los fósiles tradicionales. El avance, presentado en diciembre de 2025, propone un enfoque de economía circular que aborda dos desafíos ambientales en simultáneo: la gestión de residuos electrónicos tóxicos y la producción de energía a partir de dióxido de carbono (CO₂). La iniciativa es relevante porque ofrece una alternativa tecnológica con potencial de escalado industrial, capaz de reducir impactos ambientales y contribuir a la transición energética, según informó Economía Sustentable.

La propuesta parte de una idea tan simple como disruptiva: “sembrar” residuos electrónicos para luego “cosechar” energía. Las pilas y baterías agotadas —que hoy representan un problema creciente por su toxicidad y dificultad de reciclaje— se convierten en insumo para fabricar un nanocatalizador que hace posible la conversión de CO₂ en metano cuando se combina con hidrógeno. De este modo, un desecho peligroso se transforma en un recurso energético con aplicaciones concretas.

De desecho peligroso a recurso energético: desarrollan un método para transformar pilas usadas en metano

Cómo funciona el proceso

El corazón del sistema es un nanocatalizador de alto rendimiento producido a partir de materiales recuperados de las baterías, en particular níquel, y de alúmina obtenida del papel de aluminio. Estos componentes se integran en una formulación precisa que permite activar una reacción química eficiente para transformar CO₂ en metano.

A diferencia de otras tecnologías de metanación que requieren temperaturas extremadamente elevadas, el método desarrollado en Viena opera a alrededor de 250 grados centígrados, una condición significativamente más moderada. Este punto es clave para su viabilidad industrial, ya que reduce el consumo energético del proceso y facilita su integración en plantas existentes.

Los investigadores detallaron que la composición óptima del nanocatalizador se ubica entre 92% y 96% de óxido de aluminio y 4% a 8% de níquel, proporción que mostró una alta eficiencia en la conversión de CO₂ en metano. El sistema, además, mantiene un desempeño estable a lo largo del tiempo, un factor crítico para su uso a gran escala.

Una lógica de economía circular

Uno de los aspectos más destacados del desarrollo es su enfoque circular. Cuando los nanocatalizadores pierden eficacia tras múltiples ciclos de uso, pueden reciclarse y reutilizarse para fabricar nuevos materiales catalíticos. Esto extiende la vida útil de los recursos recuperados y reduce la necesidad de extraer materias primas vírgenes.

En un contexto en el que el reciclaje de baterías enfrenta barreras técnicas y económicas, esta alternativa propone cerrar el ciclo de los materiales y disminuir el volumen de residuos peligrosos que terminan en rellenos sanitarios o son gestionados de forma inadecuada. El proceso permite, además, recuperar metales estratégicos como el níquel, cuya demanda crece con la expansión de tecnologías limpias.

De desecho peligroso a recurso energético: desarrollan un método para transformar pilas usadas en metano

Impacto potencial a escala industrial

Si se implementa a gran escala, el sistema podría redefinir la forma de producir energía a partir de residuos. El metano generado podría inyectarse en redes de gas natural, utilizarse como combustible para transporte o calefacción, o integrarse a procesos industriales que ya emplean gas. En todos los casos, el beneficio radica en reducir emisiones netas, al aprovechar CO₂ como insumo en lugar de liberarlo a la atmósfera.

El desarrollo adquiere relevancia en un escenario global atravesado por la urgencia climática y la necesidad de acelerar la descarbonización. Convertir CO₂ en combustible mediante procesos más limpios no solo mitiga emisiones, sino que también diversifica la matriz energética y reduce la dependencia de combustibles fósiles tradicionales.

De acuerdo con los responsables del proyecto, la propuesta “no solo brinda una alternativa ambientalmente más responsable para el tratamiento de residuos electrónicos, sino que también introduce un modelo innovador de generación de energía a partir de materiales ya disponibles, disminuyendo la dependencia de recursos naturales no renovables”, señalaron, según Economía Sustentable.

Ventajas frente a métodos tradicionales

El método desarrollado en Viena presenta ventajas frente a enfoques convencionales. La temperatura de operación más baja reduce costos y complejidad técnica; la recuperación de materiales minimiza impactos ambientales asociados a la minería; y la reutilización del catalizador refuerza la eficiencia del sistema en el tiempo.

Además, al integrarse con fuentes de hidrógeno —idealmente producido a partir de energías renovables—, la tecnología puede formar parte de ecosistemas energéticos híbridos que combinan captura de carbono, reciclaje y generación de combustible.

Desafíos y próximos pasos

Como toda innovación en fase de desarrollo, el sistema enfrenta desafíos técnicos y económicos. La escalabilidad, la disponibilidad de hidrógeno a bajo costo y la integración con infraestructuras existentes serán determinantes para su adopción. También será clave evaluar el balance energético total y los costos de implementación en distintos contextos industriales.

No obstante, los investigadores destacan que el proceso fue diseñado desde el inicio con una visión industrial, priorizando condiciones operativas realistas y materiales accesibles. En ese sentido, el método se posiciona como una alternativa concreta dentro del abanico de soluciones para la gestión de residuos y la producción de energía limpia.

De desecho peligroso a recurso energético: desarrollan un método para transformar pilas usadas en metano

Un aporte a la transición energética

El desarrollo de la Universidad Técnica de Viena se suma a una tendencia global que busca revalorizar residuos y convertirlos en insumos estratégicos. En lugar de tratar a las pilas y baterías usadas como un problema a eliminar, el enfoque propone integrarse a cadenas de valor que generan beneficios ambientales y económicos.

La iniciativa no pretende reemplazar por sí sola a las fuentes energéticas existentes, pero sí complementarlas con soluciones que reduzcan impactos y amplíen opciones. En un mundo que necesita avanzar con rapidez hacia sistemas más sostenibles, transformar residuos tóxicos en energía aparece como una de las vías más prometedoras para cerrar ciclos, disminuir emisiones y aprovechar mejor los recursos disponibles.



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