El empresario Eduardo Costantini concretó su primer desembarco inmobiliario en la Patagonia con un megaproyecto que demandará una inversión estimada de entre US$250 y US$300 millones y que se desarrollará en Villa La Angostura, una de las localidades de mayor crecimiento demográfico y demanda habitacional del sur argentino. El acuerdo fue firmado entre Consultatio —la desarrolladora liderada por Costantini— y Bosque de Lumas, un grupo empresario del que participan, entre otros, Martín Migoya, fundador de Globant. La información fue publicada por La Nación.
El emprendimiento, denominado “El 12”, será un barrio abierto que se levantará sobre más de 200 hectáreas, lindero al desarrollo conocido como “El 11”, y marcará un hito en la expansión urbana de la ciudad neuquina. La iniciativa apunta a responder a un fenómeno que se consolidó en los últimos años: Villa La Angostura dejó de ser solo un destino turístico para convertirse en una ciudad elegida para vivir de manera permanente.
Según datos del Instituto de Gestión de Ciudades de la municipalidad local, la localidad cuenta hoy con alrededor de 15.000 habitantes, casi el doble de los que tenía hace seis años, y suma en promedio 1.600 nuevos residentes por año. Este crecimiento sostenido presiona sobre un mercado inmobiliario que no logra acompañar la demanda, con valores residenciales que oscilan entre US$2.800 y US$5.000 por metro cuadrado, de acuerdo con el tipo de producto y su ubicación.
En ese contexto, el proyecto liderado por Consultatio y Bosque de Lumas busca cubrir una necesidad estructural de vivienda, especialmente pensada para quienes residen todo el año en la ciudad. El plan maestro prevé el desarrollo de entre 450 y 500 unidades habitacionales, con una superficie total construida que se ubicará entre 45.000 y 60.000 metros cuadrados. A diferencia de otros emprendimientos orientados principalmente al inversor turístico, “El 12” apunta a consolidar un nuevo sector urbano integrado a la vida cotidiana de la ciudad.

El inicio de las obras está previsto para mediados de 2026, y el objetivo es que el barrio alcance una fisonomía casi completa en un plazo de tres a cinco años. El masterplan no se limita a viviendas: incluye espacios comerciales de cercanía, amplias áreas verdes, un centro cultural y un fuerte componente de espacio público, con la intención de generar un desarrollo urbano de escala ciudad.
Uno de los ejes más destacados del proyecto será un paseo tipo costanero, que se desplegará en una zona de bosque protegida con vistas al lago. El recorrido contará con grandes veredas, locales en planta baja y áreas de uso público, con la ambición de convertirse en un nuevo punto de atracción tanto para residentes como para visitantes, sin perder integración con el entorno natural. Desde el equipo desarrollador explicaron que la idea es crear un espacio que combine calidad urbana, paisaje y vida comunitaria.
Desde Bosque de Lumas definieron al emprendimiento como “una pieza clave para la Villa que queremos, donde crecimiento y naturaleza conviven en equilibrio”, una definición que sintetiza el espíritu del proyecto en una ciudad donde la preservación ambiental es un tema central del debate público.
El rol de Consultatio será determinante en la concepción del barrio. La desarrolladora aportará su experiencia en definiciones estratégicas de urbanismo, diseño integral, lineamientos de comercialización y perfil cultural del emprendimiento. En otras palabras, el proyecto buscará trasladar al sur del país el ADN urbano que caracteriza a los desarrollos de Costantini, con una impronta que combina arquitectura, arte y espacio público.
“Participar en El 12 representa la oportunidad de sumar nuestra trayectoria en proyectos urbanos de calidad, en un entorno único y con un enfoque sostenible”, señalaron desde la compañía, al explicar los motivos del desembarco en la Patagonia. Para Costantini, se trata de la primera apuesta inmobiliaria en esta región, lo que marca un cambio significativo en la estrategia geográfica de la desarrolladora.
El acuerdo fue firmado la semana pasada por Eduardo Costantini y Gonzalo de la Serna en representación de Consultatio; Martín Migoya y Sergio Butinof por Bosque de Lumas; y Domingo Speranza, socio de Newmark Argentina, firma que tendrá a su cargo la gerencia del proyecto y la comercialización.
Speranza explicó que Villa La Angostura atraviesa un momento particular: “Es un destino turístico consolidado, que funciona tanto en invierno como en verano, pero también es una ciudad donde la gente se queda. El angosturense estudia afuera y vuelve. La población joven crece. La demanda también”. Esa dinámica, sostuvo, explica el fuerte interés inversor y la necesidad de proyectos de mayor escala.
El desembarco de Costantini y de un grupo empresario que incluye a referentes del mundo tecnológico como Migoya refleja, además, un cambio en el perfil de los inversores que miran la Patagonia. Ya no se trata solo de desarrollos turísticos o segundas residencias, sino de proyectos urbanos integrales, pensados para sostener el crecimiento de ciudades intermedias con alta calidad de vida.
Desde el punto de vista económico, la inversión prevista —superior a los US$250 millones— convierte a “El 12” en uno de los mayores desarrollos inmobiliarios de la región en los últimos años, con impacto directo en el empleo, la actividad de la construcción y la cadena de proveedores locales. También abre interrogantes sobre la planificación urbana, la infraestructura y la capacidad de las ciudades patagónicas para absorber un crecimiento sostenido sin perder identidad.
Villa La Angostura, puerta de entrada al Camino de los Siete Lagos, se posiciona así como un polo de atracción no solo para el turismo, sino también para nuevos residentes, emprendedores y capitales de largo plazo. El desafío será equilibrar ese crecimiento con la preservación del entorno natural, un aspecto que los desarrolladores aseguran tener en el centro del proyecto.
Con este movimiento, Eduardo Costantini suma a la Patagonia a su mapa de desarrollos y apuesta a un territorio que combina naturaleza, demanda insatisfecha y proyección a futuro. El resultado final dependerá de cómo el proyecto logre integrarse a la ciudad y responder a una necesidad que hoy es evidente: más viviendas, más espacio público y un crecimiento urbano planificado en una de las joyas del sur argentino.