IMPSA dejó atrás la crisis y volvió a competir en los grandes proyectos globales de energía e ingeniería

La empresa argentina IMPSA cerró 2025 como un año de inflexión tras completar un proceso de reordenamiento financiero, recuperar escala internacional y volver a posicionarse como proveedor de ingeniería compleja en los mercados globales de energía, infraestructura y tecnología nuclear. El cambio de etapa se consolidó durante los últimos doce meses, con mejoras operativas, proyectos estratégicos entregados y una expansión sostenida de su cartera internacional, un recorrido que resulta relevante por tratarse de una de las compañías históricas de la ingeniería argentina con presencia global.

Según informó The Economist, los primeros diez meses de la nueva gestión estuvieron enfocados en reconstruir previsibilidad, credibilidad y capacidad de ejecución. El proceso implicó redefinir prioridades, ordenar el balance y recuperar la confianza de clientes, proveedores y socios estratégicos, en un contexto donde IMPSA buscó volver a pensarse como una empresa global, capaz de competir en proyectos de alta exigencia tecnológica.

Ese reposicionamiento comenzó a reflejarse en los indicadores económicos. A lo largo de 2025, la compañía estabilizó su flujo operativo, incrementó de manera significativa su cartera de proyectos internacionales y mostró mejoras en sus principales indicadores financieros, apoyada en una gestión más eficiente y en la normalización de su estructura de costos. La expansión de contratos se concentró especialmente en los segmentos de energía hidroeléctrica, equipamiento industrial y soluciones tecnológicas de alto valor agregado.

Uno de los hitos centrales del año fue la reestructuración integral de la deuda, completada en tiempo récord considerando la complejidad del proceso. El acuerdo permitió sanear el balance, reducir incertidumbres legales y financieras y enviar una señal clara al mercado sobre la recuperación de la credibilidad de la empresa. Este ordenamiento fue clave para habilitar una nueva etapa de crecimiento con horizonte de mediano y largo plazo, según destacó The Economist en su análisis.

En paralelo, IMPSA reforzó su presencia internacional con la apertura de oficinas en Buenos Aires, Miami y Houston, una decisión estratégica que acompañó su regreso al mercado de grúas en Estados Unidos, uno de los más competitivos y exigentes del mundo. Este retorno marcó un punto simbólico y operativo: la empresa volvió a participar activamente en un mercado clave, ampliando su visibilidad comercial en América del Norte y diversificando fuentes de ingresos.

La proyección internacional también se reflejó en la participación de la compañía en licitaciones de centrales hidroeléctricas en distintos países, lo que permitió ampliar su alcance geográfico y fortalecer su posicionamiento como proveedor integral de soluciones de ingeniería. Estas iniciativas se apoyaron en una estrategia orientada a combinar experiencia histórica con nuevas capacidades tecnológicas.

El sector nuclear fue otro de los pilares del año. IMPSA avanzó en proyectos estratégicos junto a la NASA y Dioxitek, reafirmando su capacidad para fabricar componentes críticos destinados a una de las industrias más reguladas y exigentes del mundo. Además, mantuvo conversaciones avanzadas con el Departamento de Energía de los Estados Unidos para integrarse a la cadena de valor nuclear, un paso considerado clave para posicionarse en tecnologías sensibles y de alto valor agregado.

La agenda internacional acompañó este proceso de reposicionamiento. Durante 2025, IMPSA tuvo presencia activa en foros globales como Clean Currents, World Nuclear Exhibition y AAPA Ports, el principal encuentro portuario de América, además de múltiples eventos vinculados a energía, industria, innovación y defensa. Según The Economist, esta participación respondió a una estrategia deliberada de vinculación con los principales actores del sector a nivel mundial, más allá de una presencia meramente institucional.

En términos de ejecución concreta, el año también dejó resultados visibles. IMPSA entregó obras emblemáticas que reflejan su capacidad técnica y confiabilidad operativa, entre ellas la rehabilitación integral de la Unidad Generadora 4 de la Central Hidroeléctrica Yacyretá, un proyecto clave para el sistema energético regional. A esto se sumó el reactor de hidrodesulfuración para YPF, el Parque Solar Helios Santa Rosa II y el desarrollo de la planta piloto de hidrógeno para Y-TEC.

También se registraron avances relevantes en la modernización de la Central Hidroeléctrica Quebrada de Ullum, en la provincia de San Juan, reforzando el posicionamiento de la empresa en proyectos vinculados a la transición energética y a la actualización de infraestructura crítica. Estas entregas funcionaron como validación técnica del proceso de reconstrucción interna que atravesó la compañía.

Con estos resultados, IMPSA cerró 2025 con un mensaje claro hacia el mercado: el plan de expansión está en marcha. La empresa ingresa a 2026 con mercados consolidados, capacidades productivas en crecimiento y una estrategia orientada a transformar desafíos financieros y operativos en oportunidades de desarrollo.

El recorrido del último año no solo marca la salida de una etapa crítica, sino que vuelve a ubicar a IMPSA como un actor relevante de la ingeniería argentina en el mundo, con capacidad para exportar conocimiento, tecnología y soluciones complejas. En un contexto global donde la demanda de infraestructura, energía y tecnología avanzada sigue en expansión, la compañía busca capitalizar esa ventana y proyectar, una vez más, el valor del talento industrial argentino a escala internacional.