En un escenario global marcado por costos crecientes, publicidad en retroceso y señales de fatiga en los modelos de suscripción, el CEO del mayor grupo de diarios locales de Noruega planteó una definición tajante sobre el rumbo del periodismo. Anders Opdahl, director ejecutivo de Amedia, sostuvo que el futuro de los medios depende de ganar escala, centralizar la tecnología y proteger el vínculo directo con los usuarios, una advertencia relevante para una industria que enfrenta la presión creciente de las grandes plataformas tecnológicas. Las definiciones surgieron de una entrevista publicada esta semana por La Nación, en el marco de los 30 años de LANACION.com.
Opdahl, que lidera Amedia desde 2020, encabeza una de las transformaciones digitales más profundas entre los editores europeos. Bajo su gestión, el grupo consolidó un modelo basado en suscripciones digitales, con una estructura tecnológica centralizada que hoy sostiene la operación de unos 130 diarios locales. En ese esquema, la publicidad representa cerca del 25% de los ingresos, mientras que el resto proviene del mercado B2C, con una fuerte impronta digital: alrededor del 70% de los ingresos totales ya se genera en plataformas online.
Según explicó, aunque existe un cierto cansancio del público frente a las suscripciones, el crecimiento continúa. La clave, afirmó, está en funcionar como una plataforma integrada, similar a un “jardín vallado”, que ofrece acceso simple a contenido relevante y de calidad. “Tomamos algunas ideas de empresas como Netflix y Spotify, y las adaptamos a nuestras fortalezas centrales”, señaló, al describir cómo la experiencia de usuario se volvió un factor decisivo para sostener la confianza y la retención.
Para Opdahl, uno de los aprendizajes del modelo nórdico es haber trasladado los valores tradicionales del periodismo al entorno digital, sin diluirlos. En lugar de modificar radicalmente las estrategias editoriales, Amedia priorizó la adaptación de formatos y la distribución del contenido. Noticias locales, deportes, cultura y vida cotidiana siguen siendo ejes centrales, aunque con nuevas lógicas, como el streaming deportivo, que hoy ocupa un lugar relevante en la oferta informativa del grupo.
La inteligencia artificial ocupa un rol central en esta nueva etapa. Lejos de verla como una amenaza, Opdahl la considera una herramienta para mejorar la eficiencia y la distribución, siempre que se mantenga el control editorial. “Mientras nuestro contenido sea factual y cumpla con nuestros estándares, la IA es una gran oportunidad”, afirmó. Sin embargo, marcó un límite claro: los medios deben conservar la propiedad de sus datos y de la relación con los lectores. “Si entregás tus datos y tu contenido, te devoran vivo”, advirtió, en una de las frases más contundentes de la entrevista publicada por La Nación.
Esa defensa del vínculo directo con el usuario se apoya en decisiones tomadas hace más de una década. Entre 2012 y 2013, Amedia desarrolló un sistema de single sign-on para todos sus diarios. Desde entonces, el almacenamiento y la distribución de datos, los repositorios de contenido y los sistemas de personalización se gestionan de manera centralizada. Hoy, cerca del 90% de las páginas vistas del grupo se producen con usuarios logueados, lo que permite ofrecer contenido personalizado sin perder la función informativa tradicional del periódico.
La privacidad y la ética en el uso de datos forman parte del núcleo del modelo. Opdahl aseguró que la transparencia y el consentimiento del usuario son condiciones indispensables, no solo por una cuestión de principios, sino también por razones de negocio. “La confianza es clave para cualquier organización periodística”, explicó, al señalar que una experiencia personalizada solo es sostenible si el lector percibe un beneficio claro y un uso responsable de su información.
Frente a la pérdida de visibilidad de las noticias en las plataformas y al avance de la desinformación, el CEO de Amedia planteó que la respuesta pasa por actuar como plataforma propia, con control de la distribución y capacidad de escalar tecnología. En su visión, los editores deberían avanzar hacia alianzas estratégicas que permitan compartir infraestructura y estándares, sin resignar identidad editorial. “Por qué más editores no entienden que trabajar juntos puede ser más efectivo que competir de manera aislada es un misterio”, reflexionó.
Mirando hacia el futuro, Opdahl anticipó una década marcada por la consolidación del sector y por acuerdos entre grupos de medios que compartan valores periodísticos. Amedia ya avanzó en ese camino con una presencia fuerte en Dinamarca y alianzas en Suecia, una estrategia que, según el directivo, continuará profundizándose. No se trata solo de fusiones por tamaño, aclaró, sino de construir ecosistemas donde la tecnología y la experiencia de usuario potencien el periodismo.
En ese contexto, el ejecutivo reivindicó el valor diferencial del oficio. En un mundo saturado de información, sostuvo, los lectores siguen buscando orientación, claridad y contenido confiable. “La verdad es un gran negocio —afirmó—, pero hay que saber ponerla en el mercado”, una síntesis que resume la apuesta del modelo nórdico: combinar escala, innovación tecnológica y valores editoriales para sostener la relevancia del periodismo en la era digital.
