El grupo brasileño AMaggi, uno de los mayores jugadores del agronegocio de la región, renovará en 2026 el acuerdo operativo con Los Grobo Agropecuaria, la firma argentina que atraviesa un concurso de acreedores, con el objetivo de sostener su funcionamiento productivo y comercial. El entendimiento, que se definió sobre el cierre de 2025 y tendrá impacto en la operatoria del próximo año, resulta relevante porque asegura continuidad en un contexto financiero complejo para la compañía local y reafirma la apuesta de un actor internacional por el negocio agrícola argentino, según fuentes del mercado consultadas por este medio.
El convenio que AMaggi y Los Grobo ejecutaron durante 2025 es evaluado de manera positiva por ambas partes. En ese marco, el grupo brasileño decidió profundizar su involucramiento y avanzar hacia un esquema en el que AMaggi comprará granos directamente en las plantas de Los Grobo Agropecuaria, un cambio significativo respecto del modelo previo. “El que va a comprar es AMaggi sobre las plantas de Los Grobo; en el convenio anterior era Los Grobo comprando y luego vendiéndole a AMaggi”, explicaron fuentes con conocimiento directo del acuerdo.

Este giro operativo no es menor. Para Los Grobo Agropecuaria, implica asegurar demanda, flujo comercial y respaldo financiero en una etapa clave del proceso concursal. Para AMaggi, en tanto, supone ganar mayor control y eficiencia en la originación de granos en la Argentina, un mercado estratégico para el abastecimiento regional y global.
Durante 2025, el acuerdo permitió que la compañía argentina mantuviera en funcionamiento sus plantas y su red operativa, a pesar de las restricciones propias del concurso. En el mercado destacan que la operatoria “funcionó muy bien” y que la experiencia fue determinante para que el grupo brasileño decidiera renovar y ampliar la apuesta de cara a 2026.
AMaggi es considerado un gigante del agronegocio brasileño y uno de los actores más integrados de la región. Opera 186.000 hectáreas, cuenta con una producción propia de 1,3 millones de toneladas de granos y posee una capacidad de almacenamiento de 3 millones de toneladas. A esa escala agrícola se suma un fuerte desarrollo en energía e infraestructura, con 94 MW de capacidad instalada en pequeñas centrales hidroeléctricas y una expansión sostenida en energía solar, con 35 plantas fotovoltaicas. En materia de sustentabilidad y gestión, la compañía alcanzó el 100% de trazabilidad en su cadena de granos, un atributo cada vez más valorado en los mercados internacionales.
La continuidad del acuerdo con Los Grobo se inscribe en esa lógica de integración, control de procesos y diversificación regional. Para el grupo brasileño, la Argentina representa un nodo clave por su volumen productivo, su calidad agrícola y su peso en el comercio global de granos, aun en un escenario macroeconómico desafiante.

En el plano local, la renovación del convenio es leída como una señal de respaldo concreto a Los Grobo Agropecuaria. La empresa, históricamente uno de los nombres más relevantes del agro argentino, busca sostener su operatoria mientras avanza el proceso judicial con acreedores. En ese contexto, el acompañamiento de un socio internacional con espalda financiera y logística aparece como un factor decisivo para preservar activos, empleo y capacidad productiva.
Desde el sector subrayan que el nuevo esquema, con AMaggi comprando directamente en las plantas, reduce riesgos operativos y agiliza la comercialización. También permite ordenar mejor la cadena de pagos y darle previsibilidad a la operatoria diaria, un aspecto clave para una firma bajo concurso.
El acuerdo, además, se produce en un momento en el que el mercado observa con atención los movimientos de grandes jugadores regionales en la Argentina. La decisión de AMaggi de profundizar su presencia contrasta con la cautela de otros grupos internacionales y refuerza la percepción de que, pese a las dificultades, el país sigue siendo estratégico para el negocio agrícola de largo plazo.
En paralelo a estos movimientos empresariales, en el ámbito institucional del agro argentino también se registran cambios que generan expectativas. María Beatriz “Pilu” Giraudo, quien pasó de la vicepresidencia del INTA a la presidencia del Senasa, comenzó a construir un perfil que es bien recibido por distintos actores del sector de sanidad animal. Según coinciden fuentes de la actividad, su gestión se caracteriza por un enfoque técnico y por una mayor escucha a los cuadros de carrera del organismo.

Si bien Giraudo no proviene de la sanidad animal, en el sector destacan que se apoya en la estructura técnica del Senasa para analizar y definir cuestiones sensibles. “La han visto en encuentros rodeada de técnicos y eso es valorado”, señalan referentes del ámbito sanitario. La comparación con su antecesor, Pablo Cortese, aparece de manera recurrente en conversaciones del sector. Algunos críticos del exfuncionario sostenían que prestaba más atención a las definiciones del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, que a una toma de decisiones autónoma basada en criterios técnicos.
Este contexto institucional no es ajeno al negocio agroindustrial. Para empresas como Los Grobo y grupos internacionales como AMaggi, la previsibilidad sanitaria y regulatoria es un componente central de cualquier estrategia de inversión y operación. La percepción de un Senasa más técnico y alineado con estándares internacionales suma un elemento de estabilidad en un escenario que, de por sí, presenta múltiples desafíos.
De cara a 2026, el mercado seguirá de cerca la evolución del concurso de Los Grobo Agropecuaria y el impacto concreto del nuevo esquema con AMaggi. La continuidad del soporte brasileño aparece como un factor clave para atravesar la transición y mantener a la empresa operativa, mientras se redefine su estructura financiera.
En un agro cada vez más integrado a nivel regional, la renovación del acuerdo entre AMaggi y Los Grobo funciona como un termómetro del interés extranjero y como una señal de que, aun en momentos críticos, existen actores dispuestos a apostar por el potencial productivo argentino con una mirada de largo plazo, una dinámica que fue reflejada en distintos análisis del mercado publicados por La Nación.