En un escenario nacional marcado por la desaceleración de la actividad económica y la pérdida de puestos de trabajo, la provincia de Neuquén aparece como una excepción. Así lo sostuvo el gobernador Rolando Figueroa, quien al realizar el balance de su primer año de gestión aseguró que el distrito patagónico lideró el crecimiento del empleo privado formal en la Argentina, traccionado por la expansión de Vaca Muerta y una estrategia orientada a vincular el desarrollo energético con la economía local.
El planteo se apoyó en datos oficiales del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que muestran que entre 2023 y 2025 Neuquén sumó más de 4.100 puestos de trabajo registrados, lo que representa una suba del 2,9%, el mejor desempeño a nivel nacional en un período en el que la mayoría de las provincias evidenció caídas o estancamiento del empleo.
De acuerdo con la interpretación del mandatario, el resultado confirma que la provincia no solo resistió el contexto adverso, sino que además fue el principal motor del crecimiento del empleo privado en el país. “Neuquén fue la única provincia que creció y la que más empujó el número nacional”, afirmó Figueroa, al destacar el contraste con la dinámica general de la economía argentina.
El corazón del crecimiento sigue siendo Vaca Muerta. El aumento sostenido de la producción de petróleo y gas no convencional impulsó directamente a la industria hidrocarburífera, pero también tuvo un efecto multiplicador sobre sectores asociados como servicios especializados, transporte, logística, construcción y comercio. Desde el Ejecutivo provincial remarcan que una de las prioridades de la gestión fue fortalecer la contratación de mano de obra local, con el objetivo de que el impacto del desarrollo energético se traduzca en empleo y mejores ingresos para los neuquinos.
El peso del yacimiento trasciende las fronteras provinciales y se refleja en las estadísticas nacionales. Según datos oficiales, Vaca Muerta explica cerca de 7.000 millones de dólares del superávit comercial argentino y fue un factor clave para que la balanza energética del país creciera alrededor de un 40% durante 2025. Ese aporte permitió compensar importaciones y mejorar el saldo externo en un año de fuerte ajuste macroeconómico.

Sin embargo, Figueroa advirtió que el aumento de la producción no siempre se traduce en mayores recursos fiscales. “El récord de producción no es récord de ingresos”, señaló el gobernador al referirse a la baja internacional de los precios del petróleo y el gas, que impacta directamente sobre las regalías que percibe la provincia. En términos reales, explicó, Neuquén produce más hidrocarburos pero recauda menos, lo que obliga a incrementar volúmenes para sostener niveles de ingresos similares a los de años anteriores.
Ese contexto condiciona las cuentas públicas y obliga a extremar la eficiencia en el uso de los recursos. Frente a esa realidad, el gobierno neuquino puso el foco en la administración fiscal y en la obra pública como herramientas para sostener el crecimiento económico y el empleo, aun en un escenario de menores precios internacionales.
Entre los ejes destacados de la gestión aparece la inversión en infraestructura estratégica, con una mirada que busca equilibrar el desarrollo entre las distintas regiones de la provincia. Figueroa subrayó obras en rutas, escuelas, viviendas y seguridad, orientadas tanto a acompañar la actividad productiva como a mejorar la calidad de vida de la población.
Uno de los puntos centrales de la agenda fue el acceso al gas natural. El gobernador recordó que, pese a ser una provincia exportadora de energía, Neuquén arrastraba un déficit estructural en el acceso al servicio en varias localidades. Esa brecha comenzó a cerrarse con proyectos como el gasoducto del norte neuquino, la ampliación del sistema cordillerano y el gasoducto de Añelo, una obra clave que permitirá multiplicar por ocho la capacidad de abastecimiento en una de las zonas más dinámicas de Vaca Muerta.
Según datos oficiales, de las mil familias que no contaban con gas al inicio de la gestión, 750 ya fueron conectadas al servicio, un avance que el Ejecutivo considera fundamental para garantizar condiciones básicas de desarrollo y arraigo en el interior provincial.
La política de infraestructura vial es otro de los pilares del plan de gobierno. La provincia tiene en ejecución y planificación más de 600 kilómetros de rutas nuevas y 180 kilómetros de repavimentación, con el objetivo de mejorar la conectividad productiva, fortalecer el turismo y reducir las desigualdades territoriales en una provincia extensa y con grandes distancias entre localidades.
En el área educativa, Figueroa planteó como meta eliminar las escuelas tráiler antes del final del mandato. Para eso, se encuentran en ejecución más de 85.000 metros cuadrados de edificios escolares, una parte significativa destinada a escuelas técnicas, en línea con la necesidad de formar recursos humanos calificados para la industria energética y otros sectores productivos.
La agenda social se completa con un ambicioso plan habitacional. El gobierno provincial impulsa 20.000 soluciones habitacionales en dos años, con obras en marcha tanto en las principales ciudades como en pequeñas localidades del interior. La iniciativa busca atender el déficit habitacional, sostener la actividad de la construcción y generar empleo directo e indirecto.
Para el gobernador, el desafío central es transformar el auge energético en un proceso de desarrollo integral y sostenible. En esa línea, Figueroa sostuvo que el objetivo de su gestión es “despertar un Neuquén que estuvo dormido en infraestructura” y lograr que el crecimiento de Vaca Muerta tenga un impacto concreto y duradero en toda la provincia.
En un país atravesado por la caída del empleo y la retracción de la actividad, el caso neuquino aparece como una experiencia singular. El desempeño del empleo privado, el peso de Vaca Muerta en la economía nacional y las tensiones derivadas de la volatilidad de los precios internacionales configuran un escenario complejo que, como señaló El Economista en recientes análisis sobre el mercado laboral y energético, combina oportunidades de crecimiento con riesgos macroeconómicos. En ese marco, la provincia busca consolidar su rol como motor energético sin perder de vista los límites fiscales y sociales del modelo.