emos descripto con lujo de detalles los paisajes que regala Mendoza. Montañas, llanuras, valles, ríos, diques, dunas y mucho más. Los caminos, rutas y senderos trazados en estos lugares son dignos de recorrer. Sin embargo, hay un secreto: algunos solo pueden disfrutarse a pleno si se hacen en moto. La libertad y la adrenalina que este vehículo supone se combinan perfectamente con la aventura que presentan las carreteras. Por eso, hicimos un repaso de las 5 mejores rutas para desandar sobre dos ruedas.
Antes de meternos en la lista, es importante aclarar que, para aprovechar todo lo que Mendoza tiene para ofrecer, es ideal ir en una moto doble propósito. Es decir, en un vehículo que se adapte de igual manera al asfalto como a la tierra.
Lo llaman “El Camino del Año”, por sus casi 365 curvas. Si bien se trata de una ruta de tierra y ripio, suele estar en buenas condiciones para andarlo en una moto urbana. Sin embargo, una off road nos permitirá un disfrute a pleno. Se destaca el contacto con la naturaleza en primer plano, cóndores, guanacos, jarilla y vegetación autóctona que nos acompañan durante todo el trayecto.
El destino es el mismo que el anterior, Uspallata. El camino también es de montaña, de suelo pedregoso y cruza el cauce de cientos de arroyos. Curvas y altura se combinan de manera perfecta. Pero la diferencia principal respecto a la ruta 52 es que, en este caso, solo se puede andar en una moto de enduro. El agua modifica constantemente la superficie, dejando piedras enormes al descubierto, lo que obstaculiza notoriamente el camino.
Conecta la villa de Potrerillos con el departamento de Tupungato. A diferencia de los anteriores, es una ruta de montaña con solo algunas curvas al comienzo, pero luego tiene largos trayectos en línea recta que nos permiten distraernos un poco con lo que pasa a nuestro alrededor. Praderas adornadas con viejas casonas se roban nuestras miradas.
Es por la mítica RN 7, que une de Este a Oeste a nuestro país. Pero, en su paso por Mendoza, el último antes de cruzar a Chile, el camino se pone realmente interesante. Curvas, puentes, ríos, montañas. Adrenalina pura con el viento que, a veces, nos acompaña y, otras, nos estorba. La altura aumenta, alcanza los 2500 metros sobre el nivel del mar. Copiar el trazado de las curvas con nuestro cuerpo y la moto es, definitivamente, la gran atracción de esta vía.
Así se llama, el antiguo trazado de la épica Ruta 40 va paralelo a la Cordillera de Los Andes. Enormes rectas con subidas y bajadas. El Cordón del Plata de fondo y algunos volcanes como atracción. Se empalma a la altura de Pareditas. Desde allí, son 160 kilómetros hasta la localidad de El Sosneado, en San Rafael.
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