a tecnología aplicada a los rindes de los cultivos cada vez es de más precisión, con más información y eficiencia. En este sentido, la empresa Metalfor ha llevado a cabo novedosos sistemas para mejorar cada vez más la aplicación de sus equipos.
Entre las novedades de la compañía, se encuentra el nuevo sistema tangencial para los equipos de fertilizadoras autopropulsadas, que promete ser un suceso a nivel mundial. La forma de entrega del fertilizante es la parte más crítica del equipo a la hora de la aplicación.
Este innovador sistema se realiza por proyección de partículas a través de dos paletas asimétricas. La dosis requerida es estratificada según el sistema que se tenga, por medio de cinta o guillotina, otorgando la dosis adecuada en el momento justo. Una vez entregado el producto, interviene un encausador que lo reencausa, logrando que entre en forma tangencial.
El beneficio que proporciona esta innovación es el cuidado de la integridad física del producto a aplicar, logrando una distribución homogénea con el mayor ancho de labor del mercado. De esta forma, se logra trabajar más hectáreas en menor tiempo, con bajos costos en materia de combustibles y menos compactación por un mínimo número de pasadas. Además, el sistema logra un coeficiente de variación del 12% que es uno de los beneficios más importantes, ya que infiere directamente en el rinde de producción.
Metalfor también lanza el control de pulverización por PWM. En los sistemas de pulverización convencionales, la regulación del caudal del líquido a aplicar se realiza por medio de la apertura y cierre de una válvula proporcional en la línea de pulverización, ubicada a la salida de la bomba centrífuga. Este sistema tiene un tiempo de respuesta de 30 segundos desde que se da la orden a través del comando hasta que se efectiviza la aplicación, un tiempo elevado si se consideran las velocidades de pulverización que se utilizan en la Argentina.
En el sistema PWM cambia totalmente el concepto de regulación de caudal de aplicación. En el mismo no existe una válvula, sino que la regulación del caudal se realiza mediante la variación de la velocidad de la bomba de pulverización. Esto se logra mediante un mando hidráulico que regula la velocidad del motor de mando de la bomba centrífuga a través de una válvula proporcional que le da el nombre al sistema. Esta válvula regula en función de la señal del mismo caudalímetro utilizado en el sistema convencional y logra un tiempo de respuesta de 0,3 segundos.
El resultado es una menor exigencia mecánica de algunos componentes como la bomba centrífuga, que se traduce en una menor exigencia del sistema hidráulico, lo que deriva en una menor generación de calor, un inferior consumo de potencia y, en definitiva, en un menor costo de aplicación.