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El trigo sarraceno

Un cultivo con una creciente demanda

El trigo sarraceno
viernes 17 de abril de 2020
E

l trigo sarraceno se considera un pseudocereal de creciente interés en los mercados debido a su alto valor nutritivo y a la posibilidad de preparar con su harina panes libres de gluten. Su cultivo es fácil y barato incluso en agricultura ecológica, debido a su ciclo de cultivo corto de 8 a 10 semanas e independiente de agroquímicos lo que permite incrementar el balance de beneficio del año agrícola. El trigo sarraceno tiene bajas necesidades de fertilización, es poco susceptible al ataque de plagas, es fuertemente competitivo contra malas hierbas ejerciendo una acción herbicida natural, y atrae a insectos predadores de plagas funcionando como herramienta de control biológico. Produce no solo en primavera sino también en otoño una bella floración con abundante néctar que atrae a polinizadores funcionando como refugios libres de pesticidas. El trigo sarraceno además de ser saludable para el consumidor y rentable para el agricultor, es beneficioso para el medio ambiente con capacidad de aumentar la vitalidad y diversidad biológica y paisajística de nuestros agroecosistemas.

 

Introducción

El trigo sarraceno también conocido como alforfón (Fagopyrum esculentum Moench), es un cultivo dicotiledóneo de la familia Polygonaceae consumido por humanos en China desde épocas muy antiguas. Su cultivo se expandió mas tarde a Europa desde Rusia y posteriormente desde Europa a Norteamérica, pero declinó durante el periodo de intensificación agrícola (Campbell, 1997; Hunt et al., 2018). El valor nutritivo del trigo sarraceno es alto por su buen contenido en proteína, alta proporción de amino ácidos esenciales, favorables cantidades de vitaminas y minerales, y abundancia en fitonutrientes con potencial antioxidante y capacidad para el tratamiento de enfermedades como la quercetina y rutina (Ahmed et al., 2013). Sus granos se consumen enteros o molidos para obtener una harina con la que se elaboran diversos tipos de panes, galletas y pastas. En España, la demanda de trigo sarraceno está ganando importancia en el mercado debido a la posibilidad de preparar con su harina panes libre de gluten apreciados por la comunidad de pacientes celiacos.

Además de la creciente demanda en el mercado español, existe oportunidad de exportación a países como Japón debido a su gran demanda nacional y alto precio regulado a la producción en territorio japonés. En 2017 se produjo a nivel mundial una cosecha total de 4 millones de toneladas de trigo sarraceno siendo los países líderes en producción China y Rusia (FAOSTAT 2017). En España la superficie cultivada de trigo sarraceno ha aumentado mucho en 2016 y 2017, los dos últimos años en los que hay registros, con un total de 252 y 230 hectáreas respectivamente con un rendimiento de 434 y 490 toneladas de grano respectivas para cada año.

Castilla-La Mancha en 2016 y Aragón en 2017 fueron las regiones que mas superficie dedicaron al cultivo de trigo sarraceno seguidas de Castilla y León, Cataluña, Navarra. El cultivo de trigo sarraceno en Andalucía es hasta la fecha anecdótico con una sola hectárea registrada en toda nuestra región (Anuario de Estadística Agraria, 2017). El trigo sarraceno es un cultivo válido para el pago básico tanto en secano como en regadío y en ecológico de la PAC. El trigo sarraceno es una buena opción de cultivo para calificar a las explotaciones como elegibles para el pago verde en la opción de diversificación de cultivos debido a su ciclo de cultivo muy corto, de primavera o de otoño, con labores similares a cualquier cereal y con necesidad de muy pocos inputs. Respecto a sus opciones de utilización dentro de las superficies de interés ecológico (SIE) dentro del pago verde (barbechos, cultivos fijadores de nitrógeno, superficies forestadas, agrosilvicultura y barbechos melíferos), el trigo sarraceno podría tener cabida en las opciones de barbechos tradicionales y barbechos melíferos.

En los barbechos tradicionales no se puede obtener producción agraria desde el 1 de enero hasta el 30 de septiembre, lo que permitiría sembrar trigo sarraceno a partir del 1 de octubre. En nuestras condiciones de la vega de Córdoba el trigo sarraceno sembrado a primeros de octubre alcanza abundante floración a finales de este mes sin embargo la fructificación no será óptima por la posterior bajada de temperaturas. Sin embargo, en zonas con inviernos más suaves si podría tener cabida su aprovechamiento agrario en barbechos con siembras a primeros de octubre y recolección durante el mes de diciembre. Respecto a la opción de utilización de esta especie como componente de la mezcla de 4 especies con eficacia polinizadora para los barbechos melíferos, el trigo sarraceno no está contemplado en la actual lista publicada el 13 de enero 2020 de especies elegibles que computan como exigibles para que el barbecho sea considerado como barbecho melífero. Sin embargo, el trigo sarraceno es una especie con flores ricas en polen y néctar tradicionalmente utilizada para producción de miel y por lo que podría ser incluida en el futuro en esta lista

 

Razones para cultivar trigo sarraceno

Además del creciente interés en el mercado, otros factores contribuyen a que el trigo sarraceno se convierta en una buena oportunidad de negocio para los agricultores andaluces. En primer lugar, su ciclo de cultivo corto de 8 a 10 semanas y su respuesta de floración no específica a la longitud del día lo habilita como cultivo de primavera y de otoño, con posibilidades de siembra en Andalucía tanto a finales de invierno-primavera temprana una vez superado el riesgo de heladas, como a finales de verano (Fernández- Aparicio et al., 2019). Este ciclo tan corto permite que el trigo sarraceno se pueda sembrar como segundo cultivo dentro de un mismo año agrícola por ejemplo detrás de leguminosas, maíz u hortalizas aumentando la rentabilidad de la campaña agrícola. También es un cultivo barato para el agricultor debido a que entre las operaciones de siembra y recolección no son necesarias otras operaciones agrícolas adicionales ni aportaciones de agroquímicos. Sus necesidades en abonado son bajas y se la considera una especie mejoradora del suelo por su capacidad de estabilizar agregados y utilizar fósforo insoluble.

El cultivo de trigo sarraceno no necesita pesticidas porque no se ve atacado gravemente por plagas y enfermedades. Ocasionalmente se observa oidio (Erysiphe poligoni), esclerotinia (Sclerotinia sclerotiorum) o varias especies de pulgones sin efectos importantes en la producción. El trigo sarraceno tampoco necesita herbicidas debido a su rápido establecimiento suprimiendo el desarrollo de malas hierbas. Las flores de trigo sarraceno atraen insectos predadores de otras plagas (James et al., 2014; Campbell et al 2016). Estas cualidades pueden tener aplicación en control biológico de plagas y malas hierbas en agricultura ecológica, incluyendo su uso en otoño como cultivo de cobertura entre olivos. Otra de las formas de rentabilizar su capacidad supresora de malas hierbas es la siembra de trigo sarraceno en intercropping con leguminosas de lento establecimiento inicial de grano o forrajeras tales como el guisante, la esparceta o la zulla. Durante el primer mes de desarrollo vegetativo del trigo sarraceno, éste ejerce un efecto protector en la leguminosa contra malas hierbas. Cuando el trigo sarraceno comienza su fase de fructificación y posterior recolección permite el pleno desarrollo de la leguminosa libre de competencia.

Al interés del trigo sarraceno para el consumidor debido a sus buenas propiedades nutritivas y para los productores debido a su buen balance de beneficio, se le suma el beneficio ecológico que conlleva su cultivo. Esto es debido no solo al bajo impacto medioambiental que el cultivo de trigo sarraceno tiene al ser independiente de agroquímicos, o a su capacidad mejoradora de la calidad del suelo incluyendo su potencial reductor del banco de semillas de malas hierbas, sino que además el trigo sarraceno atrae con su abundante néctar rico en azúcar, a gran cantidad de polinizadores. Su siembra podría tener interés en barbechos para plantas melíferas o como especie miembro de composiciones de linderos y márgenes de polinización proporcionando alimento a polinizadores no solo en primavera sino también en otoño cuando otras fuentes de néctar escasean (Campbell 1997). Las colmenas de abejas situadas en campos de trigo sarraceno producen una miel con características organolépticas especiales. Se ha estimado que 2 hectáreas de trigo sarraceno proporcionan alimento para 5 colmenas de abejas que pueden llegar a producir hasta 350 kg de miel en una sola estación (Marshall and Pomeranz 1982). El trigo sarraceno proporciona además calidad paisajística debido a su bello aspecto durante floración. La vitalidad de la naturaleza y la rentabilidad en los campos de cultivo se fortifica en presencia de cultivos de trigo sarraceno.

 

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