El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) difundió una serie de recomendaciones para los viveristas a fin de evitar la aparición de enfermedades (fúngicas y/o bacterianas) que afecten a plantines ornamentales, frutales, hortícolas y forestales alojados en invernáculos.
El exceso de lluvias sumado a los problemas estructurales del suelo, puede provocar un déficit en la infiltración y percolación del agua. “Si no hay una buena pendiente que permita que el líquido escurra, pueden producirse encharcamientos; estas zonas anegadas crean microambientes húmedos propicios para el crecimiento de enfermedades en los plantines, riesgo que se incrementa si se trata de plantas ubicadas a nivel del suelo”, señalaron desde el Senasa.
Para minimizar pérdidas por posibles enfermedades en el material de propagación vegetal, el Senasa recomienda:
- Elevar en altura las plantas, ya sea en caballetes, mesas o pallets, de modo de que no queden en contacto con el suelo anegado / encharcado.
- Cuando no llueva, ventilar los invernáculos para disminuir la humedad interior. Abrir todas las ventanas laterales y/o cenitales, y si hay ventiladores, encenderlos.
- Consultar al responsable técnico del vivero para aplicar fitoterápicos preventivos y/o curativos registrados en el Senasa para los hongos o bacterias que pudieran detectarse como consecuencia de las precipitaciones. En el caso de bacterias cuyo hábitat principal es el suelo, evaluar con el responsable técnico la medida agronómica a seguir a fin de evitar la contaminación del material y la dispersión de la bacteria.
- No movilizar plantines con síntomas de enfermedades en raíces, tallos u hojas. Descartar todo material enfermo como medida preventiva tanto para el propio cultivo como para el de terceros.
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