l vivero no debe concebirse única y exclusivamente como un lugar de producción de árboles, éste también debe ser un sitio de investigación y generación de conocimiento permanente sobre las diferentes especies propagadas, de transferencia de tecnología, capacitación, socialización de proyectos, organización y trabajo comunitario. Para esto, es necesario darle un manejo empresarial a esta actividad productiva, donde se planifique y desarrollen las diferentes actividades con la calidad y el control técnico necesario. Es fundamental, contar permanentemente con personal capacitado, con buena experiencia y comprometido con el trabajo.
Para empezar, es primordial establecer claramente los objetivos del vivero, si se dedicara exclusivamente a la producción de una especie o de varias y en qué proporciones, si el material se destinara para plantaciones comerciales, de protección, protectoras – productoras o arborización urbana etc., si se manejaran especies nativas o exóticas y el sistema de producción que se empleara.
Durante la fase de planeación y distribución de las diferentes áreas del vivero, se debe tener en cuenta los siguientes aspectos: > producción inmediata de material > prospecciones futuras de aumento de producción > tipo de propagación (por semilla o vegetativa) > especies a producir si son heliófitas (prefieren el sol) o umbrófilas (prefieren la sombra) > temporalidad de las instalaciones (vivero permanente o transitorio) > áreas a plantar > tecnología que se empleará > sistemas de riego y recursos económicos y mano de obra disponibles.
a). Ubicación cerca al sitio de plantación.
b). Con buenas vías de comunicación (carreteras o carreteables).
c). Con agua permanente, de adecuada calidad y de bajo costo.
d). Facilidad de transportar los arbolitos del vivero al sitio de plantación
Francisco Torres