E
l COVID-19 aceleró la transformación digital del campo. Para poder encarar este desafío, es clave poder gestionar el proceso de cambio en los cinco niveles de la empresa agropecuaria.
Todo empleado necesita un tiempo para entender, comprometerse y ajustarse a los cambios propuestos. Las transformaciones deben verse como una mejora y no como una amenaza. Es fundamental dedicar tiempo a acompañar y escuchar que sienten los colaboradores ante el cambio, y cuáles son sus miedos para poder transformarlos en actores activos del proceso.
Es clave la importancia de la comunicación, no solo entre los miembros de un equipo, sino también entre los equipos, de manera de poder acordar la interacción entre ellos. En este nuevo contexto, debe potenciarse un sistema de trabajo colaborativo y eficiente.
Es necesario tener bien definida una rutina de trabajo. Los procesos deben ser eficientes, automatizados y estar digitalizados. Para ello, deben identificarse inputs y outputs con proveedores y clientes internos de la empresa.
Realizar un diagnóstico de los equipos (computadoras, tablet, teléfonos inteligentes, módem y otros) y el tipo de conexión con los que cuentan los establecimientos, las oficinas y los empleados. Es un paso necesario para obtener un estado de situación y poder diseñar de un plan de inversión.
Una vez comprendidos los cuatro puntos anteriores, debe analizarse con qué aplicaciones trabajar. Las mismas deben ser colaborativas y entendidas como un conjunto de programas usados para intercambiar, socializar o construir conocimientos, utilizando la web y sin necesidad de estar físicamente presentes. Algunas opciones disponibles son: G Suite de Google, Google Drive, Zoom, Skype y Slack.