rasil sembró más de 2.3 millones de hectáreas de trigo y estima una producción de 6,8 millones de toneladas, de acuerdo a la Compañía Nacional de Abastecimiento.
La Región Sur es la que concentra la mayor parte del cereal, especialmente debido a sus condiciones edafoclimáticas, que se adaptan mejor al desarrollo de cultivos y producción de cereales.
La Conab indicó en su último informe que las posibles pérdidas tanto en producción como en productividad serán contabilizadas con el progreso de la cosecha.
El precio FOB Golfo por otro mes mostró apreciación en su promedio mensual, alcanzando los mayores incrementos del último tres meses, en respuesta a la demanda activa mundial de trigo, aunque no por el trigo norteamericano y los problemas climáticos que debería repercutir en una cosecha menor en Argentina, Francia y la región de Mar Negro.
Para abastecer la demanda interna, en septiembre de 2020 se importaron importaciones 470 mil toneladas de trigo. Prácticamente no hubo exportación en el mismo periodo. Se realizaron pequeños ajustes al marco de la oferta y la demanda.
Según los datos oficiales, cambió la cantidad a exportar para la cosecha actual, que pasó de 500 mil toneladas a 700 mil toneladas, y ajustó el volumen de consumo utilizado para semillas debido a la revisión en el número de área plantada, que aumentó poco más de 2.3 millones hectáreas.
El consumo total será de 12,5 millones de toneladas.
En Paraná, la cosecha ya ha comenzado y debería extenderse hasta noviembre. La productividad media esperada aún se considera satisfactoria, incluso con influencias negativas de los fenómenos climáticos registrados a lo largo del ciclo: sequía, granizo, fuertes vientos y heladas.
A pesar de estas inclemencias meteorológicas, la producción esperada apunta a un volumen final muy superior al obtenido en 2019, sobre todo por las pésimas condiciones de la temporada pasada.
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