esde que comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus, allá por el 20 de marzo, se han generado cambios en los hábitos de consumo de los argentinos, que ahora pasan más tiempo que nunca en casa. Esas alteraciones repercuten en la cadena: por ejemplo, que la gente no consuma tanta pizza porque solo la puede pedir por delivery, no solo afecta a las pizzerías, sino también a los queseros que proveen la mozzarella.
Mientras la situación de las pymes queseras bonaerenses es crítica porque bajó muchísimo el volumen de ventas con los restaurantes cerrados, en Santa Fe los distribuidores no cuentan con suficiente stock de quesos para abastecer la demanda para aprovisionamiento de los consumidores. Según el consultor Marcos Snyder, en el primer caso “enfrentan un aumento de stocks que afecta su liquidez y su economía”.
Asimismo, Snyder destacó que en ambas provincias se observa un “aumento de la compra de leche fluida, por el mayor consumo de alimentos al estar todo el día la familia en el hogar”.
Actualmente, se produce alrededor de un 9% más de leche que en el mismo período del año pasado, época en la que había llovido mucho y en la que los rodeos se vieron seriamente afectados por la mosca brava. No obstante, acuerdo a Snyder, dicha tendencia no se mantendría en primavera, ya que el stock de vacas es el mismo y el segundo semestre de 2019 había sido muy bueno en términos de producción.