Por Agroempresario.com
El 2025 presenta un panorama mixto para el sector lácteo argentino. Si bien la producción sigue siendo un "buen negocio" para los tamberos, las presiones inflacionarias y los costos crecientes empiezan a marcar la pauta del mercado. Según el último informe de la Secretaría de Agricultura, el precio promedio de la leche en enero alcanzó los $444,11 por litro, un aumento del 0,7% intermensual. Sin embargo, este incremento fue claramente insuficiente frente a la inflación, que en el mismo mes se disparó un 2,2%. Esta situación ha encendido las alarmas entre los productores, quienes advierten que el precio de la leche podría estancarse o incluso caer si la producción aumenta sin un ajuste en la demanda o las exportaciones.
Jorge Giraudo, coordinador del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), señaló que la suba de los precios de la leche en pesos está perdiendo terreno frente a la inflación. “En los últimos meses, el precio de la leche ya corre por debajo de la inflación. Aunque la baja en las retenciones al maíz y la soja ha ayudado a reducir algunos costos de producción, la incertidumbre sigue siendo alta. Si la producción sigue aumentando, inevitablemente los precios podrían estancarse o caer aún más”, aseguró Giraudo.
A pesar de los esfuerzos por reducir algunos costos, la inflación ha golpeado al sector de manera directa. En términos interanuales, el precio de la leche ha aumentado un 82,1%, pero este crecimiento no ha sido suficiente para cubrir los costos adicionales que enfrentan los tamberos. Además, el aumento de los granos, insumos esenciales para la alimentación del ganado, ha presionado aún más los márgenes de rentabilidad de los productores.
“Hoy, el precio sigue cubriendo los costos directos de producción, pero la rentabilidad está cayendo. Cuando el precio y el costo se acercan, algunos productores empiezan a ver el negocio menos rentable, dependiendo de la escala, la eficiencia, si es campo propio o arrendado, y cómo se presenta el clima en la región”, explicó Matías Peluffo, de la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste de la provincia de Buenos Aires (Caprolecoba).
Uno de los puntos más críticos que enfrenta el sector lácteo argentino es su competitividad en el mercado internacional. Según Peluffo, el precio de la leche en dólares ha bajado en los últimos meses, pasando de US$0,44 por litro a mediados de 2024 a US$0,41 por litro en enero de 2025. Esto, combinado con los costos crecientes y el tipo de cambio atrasado, ha hecho que la lechería argentina pierda competitividad en los mercados internacionales.
“El negocio de exportación se encuentra complicado, no por una caída en los precios internacionales, sino por el atraso cambiario. A pesar de que los precios internacionales son buenos, la ecuación competitiva actual, con el costo argentino y el tipo de cambio, no favorece las exportaciones”, comentó Giraudo. En este contexto, la demanda interna sigue siendo débil, con una caída en el consumo de leche de entre un 8% y un 9%.
El informe oficial de la Secretaría de Agricultura indicó que la producción de leche alcanzó los 881 millones de litros en enero de 2025, lo que representa un crecimiento interanual del 5,6%. Sin embargo, en comparación con diciembre de 2024, la producción cayó un 11,4%, lo que se explica por la estacionalidad de la oferta. Giraudo advirtió que este aumento en la producción podría generar una mayor oferta en un contexto de baja demanda tanto interna como externa.
“El aumento de la producción podría generar una mayor oferta en un mercado que ya enfrenta una demanda complicada. Esto es un desafío para los precios y para la estabilidad del sector en general”, explicó Giraudo. La demanda interna, que sigue deprimida por la caída en el consumo, se presenta como otro obstáculo para mantener los precios estables.
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Aunque las perspectivas para el primer semestre de 2025 parecen más optimistas, las señales de incertidumbre son cada vez más evidentes. Peluffo destacó que el 2023 fue un año muy difícil, pero el 2024 resultó positivo para los tamberos. “El 2025 parece que empezará bien, pero el segundo semestre dependerá de la producción y de la capacidad del mercado interno de recuperarse”, señaló.
Guillermina Más, presidenta de Caprolecoba, también coincidió en que la rentabilidad para producir leche sigue siendo positiva, aunque advirtió que el mercado interno es crucial para garantizar que los precios se mantengan sostenibles. “Si el mercado interno comienza a traccionar, hay buenas perspectivas para el futuro del sector. Necesitamos que se mantenga la rentabilidad para poder seguir creciendo de manera sostenible”, explicó Más.
La clave para superar los desafíos actuales del sector lácteo pasa por una recuperación del mercado interno, que ha sido afectado por la alta inflación y la disminución del consumo. Según Más, aunque los precios internacionales sean atractivos, la competitividad externa sigue siendo un desafío debido al costo argentino. Por eso, la recuperación del mercado interno y el fortalecimiento de la demanda de leche son fundamentales para mantener el equilibrio en el negocio.
“El mercado interno tiene que recuperarse para que el negocio sea sostenible. Si logramos eso, podremos continuar con la tendencia de crecimiento que hemos visto en 2024”, concluyó Más.