uanglongbing (HLB) o enfermedad del brote amarillo, es considerada la enfermedad más importante de la citricultura mundial, debido a que todas las especies comerciales de citrus y sus cultivares son sensibles a la enfermedad.
Las plantas, una vez afectadas, no se recuperan y se tornan comercialmente improductivas.
Según especialistas de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Concordia del INTA, HLB es causado por las bacterias “Candidatus Liberibacter asiaticus” (CLas), “Candidatus Liberibacter americanus” (CLam), y/o “Candidatus Liberibacter africanus” (CLaf).
La trasmisión de la enfermedad se produce por la reproducción de plantas, plantines y yemas enfermas.
Además, por insectos vectores (Diaphorina citri y Trioza eritrae) que se alimentan de la savia de plantas enfermas y luego vuelan a plantas sanas contagiándolas.
Por otra parte, los síntomas de la enfermedad pueden demorar de seis meses a dos años en manifestarse y a pesar de los múltiples esfuerzos, aún el HLB no presenta cura.
“Las plantas, una vez afectadas, no se recuperan, se tornan comercialmente improductivas y finalmente mueren. Además, afecta a otras especies de la familia Rutácea, como la planta ornamental conocida como Mirto, Murraya paniculata, por lo que su producción y comercialización está prohibida en el país”, comentó la ingeniera agrónoma Lourdes Burdyn, fitopatóloga de la experimental entrerriana.
El HLB y su dinámica es compleja. El patógeno asociado con el HLB es una bacteria, denominada Candidatus Liberibacter ssp.
Las plantas, una vez infectadas, muestran síntomas solo después de un cierto período de latencia de aproximadamente 6 a 12 meses, aunque diversos autores manifiestan que el periodo puede ser mucho mayor, hasta tres años.
Entre los síntomas más relevantes en las plantas, al comienzo presenta un amarillamiento de las ramas superiores en uno o más brotes que con el tiempo se extiende a toda la planta, hasta provocar en algunos meses o años su decaimiento o hasta la muerte.
Por su parte, las hojas muestra manchas verde claro o amarillentas, asimétricas, con moteados irregulares, con engrosamiento y aclaramiento de las nervaduras, que toman aspecto corchoso después de un tiempo, causando defoliación.
“Los síntomas muchas veces se confunden con deficiencias nutricionales”, expresó la profesional.
En los frutos se produce deformación y asimetría, reducción de tamaño, mayor espesor y reverdecimiento de la cáscara, inversión del color, aumento de la acidez, aborto de semillas y caída prematura de los frutos.
Realizar muestreos periódicos para detectar síntomas en el follaje de la planta y monitoreo del insecto vector es una de las medidas para tener en cuenta.
“Hay que erradicar plantas enfermas o que no tienen producción y es importante utilizar plantas de viveros certificados”, dijo Burdyn.
Si en la zona ya está presente la enfermedad y el vector, hay que eliminar las plantas enfermas. Es conveniente usar insecticidas químicos o biológicos autorizados por SeNaSA para control del insecto vector.
El Centro único de introducción y Saneamiento (CUIS) de la EEA Concordia es clave en el Programa Nacional de Certificación de Cítricos (Res N° 149/98) ya que mantiene más de 220 Variedades Cítricas Comerciales con identidad genética y sanidad controlada.
Su actividad se centra en cuatro pilares: proveer semillas de portainjertos certificados, saneamiento y mantenimiento de variedades identificadas, provisión de yemas de preincremento e incremento y servicio de test y cuarentena para los viveros certificados.
1.- Brindar información técnica a los productores dentro del área de contingencia para el control del vector.
2.- Proponer un plan de capacitación de productores en sintomatología de HLB y reconocimiento de Diaphorina citri.
3.- Brindar información a la población sobre las características de la enfermedad y sus consecuencias.
Federación del Citrus de Entre Ríos