na isla por una aerolínea. En medio del coronavirus, el empresario británico Richard Branson ofrece la isla donde vive junto a su familia para lograr rescatar a Virgin Atlantic. El multimillonario está dispuesto a ceder la propiedad como garantía para obtener un préstamo fiscal.
En plena pandemia, la aerolínea agota todas las posibilidades ante la negativa del Reino Unido y de Australia –países donde opera– para facilitarle los préstamos. En el caso australiano, Virgin Australia declaró la suspensión de pagos, convirtiéndose en la primera aerolínea de gran envergadura que colapsa por el impacto de la pandemia. La firma quedó en manos de administradores judiciales mientras se define cuál será su futuro.
En el Reino Unido, Virgin Atlantic aún no declaró su quiebra. Branson ha solicitado al gobierno británico “oxígeno financiero”, pero muchas voces levantaron viento en su contra. La negativa apunta a preservar el dinero de los contribuyentes, señalando la fortuna del magnate, estimada en más de US$4.000 millones, según Forbes.
Por su parte, Branson respondió a las acusaciones: “Muchas aerolíneas alrededor del mundo necesitan apoyo gubernamental y muchas lo han recibido”. El multimillonario se defendió frente a las críticas argumentando que su fortuna está invertida y que, por lo tanto, no está disponible en una cuenta bancaria. Respecto a las acusaciones sobre su lugar de residencia, aclaró que tanto él y su familia no dejaron el Reino Unido por razones impositivas, sino por su amor a las Islas Vírgenes Británicas y, en particular, a la Isla Necker. “Con el tiempo, construimos nuestra casa familiar ahí. El resto de la isla es manejada como un negocio, que le da empleo a 175 personas”, justificó.
La Isla Necker es un paraíso de lujo, el feudo personal de Branson durante las últimas cuatro décadas. Según el empresario Farhard Vladi, especialista en arrendamiento y venta de islas privadas, la isla había sido valuada en más de US$100 millones en 2017.
El pedido de rescate de Branson es un caso más dentro de una larga lista de aerolíneas que han solicitado préstamos fiscales para evitar la bancarrota. A nivel global, la industria de la aviación ha sido una de las más afectadas por la pandemia. De acuerdo a la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (LATA), el número de vuelos aéreos cayó cerca del 80%. En muchos países, los vuelos de pasajeros fueron suspendidos totalmente para evitar la propagación del virus.
Según la consultora Ascend by Cirium, cerca de dos tercios de la flota internacional espera en tierra (17.000 de aviones). LATA estima que la mitad de las compañías aéreas podría quedarse sin liquidez entre mayo y junio de este año, lo que hace que las negociaciones por conseguir recursos se aceleren.