Agro Turismo / Gastronomía

La ola donutera venezolana

El éxito del boom dulcero vuelve a Buenos Aires de la mano del emprendedurismo inmigrante

La ola donutera venezolana
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ngenio venezolano, gastronomía colorida y avidez en redes sociales reinventan las donas y endulzan los paladares porteños. Luego de un intento fallido en la década de los noventa, el consumo de las donuts va en aumento. Emprendimientos digitales, estética instagrameable y productos adaptados al gusto de los argentinos conquistan al mercado y le dan pelea a la panadería tradicional.

Se trata de roscas de pan frito cubiertas con azúcar u otros glaseados que se venden desde los $50 y arrasan en el mercado local. La nueva ola de donas es impulsada por emprendimientos artesanales de inmigrantes que apuestan a renovar las meriendas de los argentinos, compitiendo con las clásicas facturas. La expansión porteña de las donas forma parte de un fenómeno venezolano que conquista a los argentinos con comidas foráneas como arepas, tequeños y patacones.

Las primeras donas desembarcaron en el país sin éxito. La explicación para el fracaso hay que buscarla en la incapacidad de los empresarios para adaptar su propuesta comercial al gusto de los argentinos, tradicionalmente volcados a los churros con dulce de leche y las medialunas. En una segunda oportunidad, y con el espíritu venezolano, las donas parecen dirigirse camino al éxito.

 

Benedet Donas & Coffee: el nuevo clásico de las meriendas

El local abrió las puertas en el barrio de Palermo en septiembre de 2018. Actualmente, vende entre entre 150 y 200 unidades los días de semana y casi 300 diarias entre sábados y domingos. “Me encanta la cultura y el estilo estadounidenses, y por eso elegí preparar este producto. Era una apuesta jugada porque es un producto que compite con las facturas, pero hay un mercado en alza”, cuenta Aníbal Benedet, fundador del negocio.

Además de su expansión en Palermo, el boom de las donuts también se instaló en otros barrios como Villa Urquiza, Caballito y el microcentro, con un consumo vinculado al día a día de la oficina. “A diferencia de otros países, donde se comen en cualquier momento del día, el argentino las elige más a la tarde, como merienda”, dice Benedet.

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Donuts Market en bares y cafés

La marca abrió sus puertas el año pasado con una inversión inicial de US$90.000 para equipar su local en Palermo, que vende 700 unidades diarias los fines de semana y abastece a otros bares y cafés de la ciudad. “En Venezuela tenemos muy instaurado el tema de la dona y otros productos yanquis, como el pretzel o el roll de canela, porque tenemos mucha influencia de ese país”, cuenta su dueño, Anderson Blanco.

De la mano de grandes fabricantes industriales que entregan el producto congelado, las donas pueden encontrarse en eventos empresariales, grandes festivales musicales, cadenas de café y en las góndolas de supermercados.

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Dulce Dona: rosquillas instagrameables

Más allá de las tiendas físicas, el negocio de las rosquillas también se expande en la web, con emprendimientos que se apalancan en redes sociales como Facebook, Instagram o WhatsApp para promocionar sus productos y vender únicamente a través de canales de comercio electrónico. Es el caso de Dulce Dona, un emprendimiento que nació como un negocio puramente digital, con compras a través del sitio y envíos a domicilio. “Estuvimos seis meses trabajando en la receta. Hoy, vendemos entre siete y diez docenas diarias”, resalta Alejandro Castro, creador de Dulce Dona.

La adaptación del producto al consumo local fue otra de las claves. “En Venezuela las comemos desde los tres años, pero los argentinos nos piden cosas más locales. Al principio ni se me pasó por la cabeza tener una rellena con dulce de leche y hoy es de las que más vendemos. También hay con marroc o turrón de maní, que no se consume en ningún otro lugar del mundo”, destaca.

A esta receta exitosa hay que agregarle el factor visual, con colores y diseños que hacen que las donas sean atractivas para las redes sociales. “Es un producto muy estético y eso hace también que se difunda. Es una cuestión muy marketinera. Por eso, son claves la elaboración y la presentación, porque una dona sin buena forma causa rechazo”, concluye.

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