as patologías podales pueden causar disminución de la producción, menor nivel nutricional, menos litros de leche, menor condición corporal e infertilidad.
Las enfermedades podales son afecciones del pie con origen multifactorial: alimentación, medio ambiente, genética y comportamiento de los animales. El metabolismo es alterado por algún desequilibrio nutricional y otros factores de riesgo, como la falta de mantenimiento y el mal estado de los caminos, sumado a las caminatas extensas de las vacas. Aunque estas afecciones no matan al animal, lo invalidan.
Es mayor su importancia cuanta mayor sea la intensificación. Su inicio generalmente se produce por algún desequilibrio nutricional e infeccioso, ya sea traumático o hereditario. Tienen una prevalencia del 4% al 30%, y el 90% de ellas se localizan en los miembros posteriores. De este último porcentaje, entre el 60% y el 70% se ubica en los dedos laterales. Son escasas las lesiones en las manos, pero cuando existen tienen mayor gravedad que las de los miembros posteriores.
Las podopatías en bovinos de leche son un complejo síndrome de frecuente aparición, también conocido como Pietín, donde se engloba a la mayoría de las diferentes lesiones que afectan a la estructura y buen funcionamiento del pie bovino.
Esta patología produce malestar, dolor, comportamiento anormal, afectación de los indicadores de bienestar animal, menor ingestión y, por consiguiente, menor producción.
- Altas producciones: el fin del verano y el principio del invierno, y más aún en inviernos lluviosos, son las épocas de mayor incidencia.
- Predisposición genética: aplomos y ángulos de la pezuña. Pezuñas pequeñas en animales muy pesados.
- Medio ambiente: estado de los pisos de potreros, calles, corrales y salas de ordeño. Campos encharcados con barro y humedad predisponen. Caminos en mal estado con superficies rugosas lastiman las pezuñas de las vacas. El agua y la humedad ablandan el tejido podal y favorecen la infección.
- Manejo: concentración de animales y kilómetros recorridos por día.
- Nutrición: carencias minerales y desequilibrios en la ración. Liberación de toxinas bacterianas que por torrente sanguíneo llegan a la pezuña y lesionan. Deficiencia de zinc y cobre, excesos de sulfatos en el agua de bebida y de molibdeno en la dieta. Sulfatos en el agua por encima de las 400 ppm impiden la absorción de Zn y Cu.
- Prevención: evitar factores de riesgo, especialmente en el mantenimiento de los caminos y el monitoreo adecuado de la alimentación. Además, evitar los factores predisponentes es una buena estrategia de sanidad preventiva.