stas hortalizas pueden ser conservadas durante varios días o incluso toda una semana en el compartimento para verduras de su nevera, pero también pueden almacenarse en un lugar seco para y al abrigo de la luz del sol.
Las endibias son hortalizas “inventadas” por azar hacia 1830 en el pequeño valle de Josaphat en Schaerbeek de la Región de Bruselas en Bélgica. Su origen se atribuye menudo a un campesino de la época que había querido ocultar su cosecha de achicoria en un sótano oscuro durante la guerra de la independencia de Bélgica, pero actualmente circula más la hipótesis de que su creador fue el jardinero en jefe del Jardín Botánico de Bruselas, que quería cultivar achicorias en invierno al abrigo de a congelación y de la luz. Las hojas cambiaron de color y se hicieron blancas, y de allí su nombre flamenco witloof u ”hojas blancas”.
Esta hortaliza tuvo un gran éxito en Bélgica y pasó a ser muy conocida en los países vecinos después de la segunda guerra mundial. Aún hoy, la tradición del efecto de bodega o sótano del jardinero en jefe Brésiers perpetúa: las endivias se cultivan al abrigo de la luz, y su conservación se realiza en las mismas condiciones. En efecto, lo que hay que impedir es el proceso de fotosíntesis cuando se cultivan o conservan endibias. Para ello, es importante evitar el contacto con la luz con el fin de impedir que la planta se ponga verde, ya que es lo que hace que su sabor sea tan amargo.
Las endivias han sido despreciadas durante mucho tiempo por muchas personas y especialmente los niños debido a su sabor amargo a veces demasiado pronunciado y desagradable. Para evitarlo, conviene proceder a una conservación correcta con el fin de suavizar su amargor; el método tradicional se adapta mejor a los que cultivan ya sus endibias, ya que necesita tiempo y un mantenimiento específico.
La conservación de las endivias se hace etapa por etapa, justo después del período de cosecha en octubre. Para el arrancado de las plantas es aconsejable cortar las hojas a alrededor de 1 cm por encima del comienzo de las raíces. El paso siguiente es extender las endibias en un lugar seco y aireado durante 2 ó 3 días, a fin de permitir que la tierra se adhiera a las raíces. A continuación, cave un agujero de unos 20 cm de ancho utilizando una laya, y coloque las raíces una al lado de la otra. Después rellene el hoyo con tierra de jardín, apisonando bien alrededor de las raíces. Para terminar la operación, coloque una capa de paja seguida de una de tierra, y cubra bien con una lona para proteger el lugar de la lluvia. Es importante supervisar el lugar donde se hayan colocado las raíces de endibias para prevenir la podredumbre. Después de un mes y medio, las endivias estarán listas para el consumo.
Puede conservar sus endivias, aunque no las haya cultivado. En efecto, para conservarlas y mantenerlas frescas alcanza con colocarlas en un lugar al abrigo de la luz y calor. Las endibias pueden conservarse al menos durante 6 días en el compartimento de hortalizas de su nevera o en un sótano o bodega en una bolsa de plástico. El mantenimiento de la oscuridad es importante para la buena conservación de las endibias porque contribuye a evitar la aparición de zonas verdes provocados por la fotosíntesis, que es lo que les da gusto amargo. Además, la ausencia de la luz ayuda a atrasar a su envejecimiento durante el almacenamiento.
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