e trata de un vegetal muy antiguo, que lentamente está teniendo una vuelta al mercado. Cada vez hay más interés por sus excelentes cualidades en cuanto a nutrición y beneficios alimenticios. Unos por moda, otros por necesidad, el tema es que lo consumen mucho. Dada la curiosidad de numerosos lectores del Suplemento Verde, que leyeron la nota de la edición pasada y solicitaron más información, buscamos a quienes están llevando adelante las investigaciones técnicas a campo, los ensayos varietales y hasta los costos por hectárea de esta planta.
El proyecto se denomina "Reintroducción del cultivo de la quinua en los Valles Andinos de la Provincia de San Juan" y en él es el proyecto que llevan adelante, como principales responsables Gonzalo Roqueiro, Nadia Bárcena, Laura Notario, Simón Tornello, Leandro Ruiz, Lucas Guillén, Raúl Novello, Mónica Ruiz, Eduardo Soria y Alfredo Nechi, del plantel del INTA San Juan. Participan activamente los alumnos de la Facultad de Agronomía de la UNSJ Ana Roldán, Marcos Roldán, Rosario Graffigna, Marta Masnú y Maira García, varios productores de Calingasta, Jáchal y Pocito y también personal extra INTA: Sara Maldonado y Hernán Burrieza, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires.
Consultados los activos profesionales sobre si se dice quinua o quinua, aseguraron que es exactamente lo mismo. Ambos nombres provienen del quechua "kínua" o también "kinuwa". Es una Quenopodiácea de la familia de las Amarantáceas.
Chef, nutricionistas, deportistas y médicos lo nombran como superalimento porque tiene numerosas ventajas su consumo: para diabéticos, para celíacos, para deportistas, también andinistas, es muy buen digestivo, antioxidante, retrasa el envejecimiento, reduce el entres, fortalece el pelo, colabora con el control del colesterol, y posee un sinfín de virtudes más.
Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y parte de Argentina, siempre del lado de la cordillera de los Andes tuvieron y tienen esta especie cultivada en sus tierras, y se habla de que hay unos 3.000 ecotipos distintos.
Los técnicos del INTA aseguraron que la idea es "reintroducir varios ecotipos de quinua en los valles andinos y del Noreste que toleren condiciones adversas presentes en la región. Estudiar los mecanismos fisiológicos, bioquímicos y moleculares que le confieren tolerancia o susceptibilidad a diferentes condiciones ambientales adversas, como es el caso de salinidad, sequía, resistencia al boro, temperaturas extremas, etc). También se están llevando adelante investigaciones que incluyen tolerancia al frío, usos alternativos (calidad forrajera, tambo, etc), el comportamiento fenológico (ciclos de siembra a cosecha) y asimismo los costos de producción (con cosecha manual y mecanizada) ya que la gente quiere saber montos necesarios para realizar estos proyectos en diferentes escalas.
Gonzalo Roqueiro, Nadia Bárcena y Lucas Guillén fueron consultados sobre los materiales conseguidos y expresaron que "además de los chilenos, Villarica que es del sur patagónico, están Faro y Cahuil más arriba y más al norte la Cancosa. Y otros materiales pertenecen a la Red Quinua del INTA. Son los siguientes: RQ 252, RQ 420, RQ 182, RQ 435, RQ SAC, Los Hornillos, y Amarilla del Perú, que se sembró en la Granja Tía Nora, de Albardón".
Los sitios donde se han realizado distintas experiencias fuera del INTA son productores de Jáchal (temporadas 2013/14, 2015/16) y en Calingasta (2014/15, 2016/2017) y las Agencias de Extensión Rural Calingasta (campañas 2015/16, 2016/17) y EEA San Juan con sede en Pocito (2013-2017).
Mencionaron que los rendimientos potenciales, en kilogramos por hectárea, comparando los valles con los distintos oasis, fueron: Cahuil: 600 versus 2.900; RQ 420, dio 648 vs. 2.648; RQ 252 dio 1.115 vs. 2.560; RQ 435 dio 1.623 vs. 3.810; RQ 182, dio 457 vs. 2.900; Los Hornillos dio 1.109 vs. 2.350. Otros materiales como Amarilla de Perú se encuentran en evaluación. Son números muy interesantes.
Un ensayo muy importante fue el de comportamiento fenológico para las condiciones sanjuaninas. Se determinó que existen 3 ciclos bien diferenciados:
Ensayo de EEA Pocito, de una superficie total sembrada de 1,04 hectárea de cultivo. Distribución por tipo: 24 bordos de Amarilla del Perú y 88 bordos de Cahuil. Con un marco de plantación, con separación entre bordos de 70 cm y 112 bordos de 80 m largo.
Las actividades llevadas a cabo fueron:
Labores culturales:
En Pocito, la variedad Cahuil dio 750 kilos por hectárea. Con ingresos por unos 5.100 dólares.
En Barreal, Cahuil dio 650 kilos por hectárea. Con ingresos por 4.500 dólares.
Y en Barreal, Amarilla del Perú dio un rinde muy bueno, de 1.250 kilos por hectárea, con una suma de ingresos de US$ 8.500.
Raúl Novelo, economista aseguró que "los costos se están ajustando, y son muy variables según sea un cultivo mecanizado o no, parcialmente. En Barreal rondó este año entre $ 4.950 y 6.100 dólares por hectárea. Hay que seguir investigando, es una atractiva alternativa."
Diario del Cuyo