l Jardín Botánico de Buenos Aires es llamado “Carlos Thays” en honor al paisajista que lo diseñó. Su extensión es de 79.772 metros cuadrados y posee más de 1.500 especies vegetales. Además, cuenta con numerosas esculturas como La Primavera, Ondina de Plata, Mercurio, o Venus; y magníficos grupos escultóricos como Saturnalia –estatuas de mármol que simbolizan los movimientos de la VI sinfonía de Beethoven–, La Pastoral y El Despertar de la Naturaleza.
En él se encuentran cinco invernáculos, una biblioteca botánica y una biblioteca infantil, todo rodeado de senderos para caminar y contemplar la variada vegetación. Fue inaugurado el 7 de septiembre de 1898 y su mantenimiento depende del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En 1996 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
El criterio de Thays siempre apuntó a lo instructivo, de manera que concibió el Jardín Botánico con seis sectores fitogeográficos: cinco contienen especies de cada continente y uno está dedicado solo a las especies autóctonas de la Argentina. En cada sector, los especímenes vegetales se ordenan sistemáticamente, según la clasificación taxonómica.
- Jardín romano: en este sector se recrea el aspecto de un jardín de tiempos del Imperio Romano. Aquí se han reunido las especies vegetales que Plinio el Joven, botánico romano del siglo I, tenía en su villa de los Apeninos, tales como cipreses, álamos y laureles.
- Jardín francés: con diseño simétrico de estilo francés del siglo XVII al siglo XVIII. Cuenta con zonas donde las plantas se ordenan de acuerdo a su origen: de Asia se aprecian ejemplares Ginkgo biloba, de hojas amarillas en otoño, Eriobotrya japonica, Cryptomeria japónica y Sophora japonica; de Oceanía, acacias, eucaliptus y casuarinas; de Europa, robles, avellanas y olmos; y de África, helechos, palmeras y gomeros. Además, de Estados Unidos provienen las sequoias. No obstante, se hace especial hincapié en la flora argentina.
El lugar cuenta con 27 obras de arte entre esculturas, bustos y monumentos. Son de destacar: Los Primeros Fríos, del catalán Miguel Blay y Fábregas; Sagunto, de Querol y Subirats; Figura de Mujer, de Lola Mora; Saturnalia, en bronce patinado, por Ernesto Biondi; una réplica de la célebre Luperca (o Loba Capitolina); una réplica de la Diana de Versalles –el original corresponde al artista griego antiguo Leocares–; una bella escultura en mármol de una muchacha desnuda llamada Ondina del Plata, obra de Lucio Correa Morales, que se encuentra en medio de un estanque llamado La Primavera, en el acceso norte del Jardín Botánico; y El mensaje de Mercurio, obra neoclásica de Ricardo Celma y Eduardo Lloreda, que substituye a una destruida representación escultórica de tal deidad. También se destaca una escultura que representa a la diosa Venus –réplica de la Afrodita de Cnido–, así como una pequeña escultura en bronce patinado que representa a Flora.
Un conjunto de esculturas en mármol blanco en círculo representa a los movimientos 2°, 4° y 5° de la célebre sinfonía Pastoral de Ludwig van Beethoven. Estas esculturas debidas a Leone Tommasi se llaman respectivamente como los nombres de los citados movimientos de la sinfonía: “Escena por la orilla del río”, “La tempestad” y “Canción de los pastores”; tal conjunto se completa con una escultura llamada “El despertar de la naturaleza”, obra de Juan de Pari.
En el Jardín se halla además, un monumento donado para el Centenario de Argentina (1910) por el Imperio Austrohúngaro consistente en una especie de obelisco rematado por una esfera armilar.
En el Jardín Botánico de Buenos Aires se ubica una casona principal de estilo inglés, con ladrillos rojizos a la vista, que fue proyectado en enero de 1881 por Jordán Wysocki, ingeniero militar de origen polaco, y construido por Pedro Serechetti entre abril y diciembre de ese año. Había sido sede del Museo Histórico Nacional y Carlos Thays lo habitó mientras fue director de Parques y Paseos (1892-1898). Actualmente, es sede de la Administración del Jardín Botánico.
Uno de los mayores atractivos del Jardín Botánico de Buenos Aires son sus cinco invernaderos. El más grande de ellos, de estilo art nouveau, que fue premiado en la Exposición de París de 1900, tiene 35 metros de largo y 8 de ancho. En él se resguardan colecciones científicas de bromeliáceas y helechos.
El Jardín Botánico ofrece la posibilidad de realizar visitas guiadas, cursos, talleres, voluntariados, conferencias y seminarios sobre temas relacionados con la conservación vegetal, la biodiversidad, la botánica y el paisaje, entre otros.
La investigación científica que sostiene los principios de la conservación de biodiversidad es una de las tareas que lleva adelante el staff técnico del Jardín Botánico de la Ciudad. En acuerdo con universidades y centros de investigación nacionales e internacionales, el Jardín Botánico conduce, tutora y alberga diferentes iniciativas de estudio de plantas, animales y hábitats.