n el país quieren ponerle punto final a la utilización de conejos y ratones para productos de cosmética.
Científicos, legisladores, y ambientalistas esperan que el Senado apruebe una ley de Protección Animal que renueve la que sigue vigente desde hace 64 años.
En las redes sociales se viralizaron videos de conejos despellejados en laboratorios y ratones inyectados para comprobar la efectividad de una nueva crema "antiage". El reclamo cobra fuerza hoy, por el Día del Animal.
"El uso de animales está legalizado en la actividad científica y en el testeo de cosméticos, pero la ley es muy antigua y no genera transparencia: nadie sabe qué hacen los investigadores", dijo el diputado radical Alejandro Echegaray, autor del proyecto con media sanción de Diputados, llamado de Protección para Animales de Experimentación Utilizados con Fines Científicos y Educativos.
La ONG PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) con más de 5 millones de miembros en todo el mundo -entre ellos muchas celebridades, como Paul McCartney, Kate Moss y Leonardo Di Caprio-, calcula que "cada año más de 100 millones de animales sufren y mueren en crueles pruebas químicas, cosméticas, de drogas y en experimentos médicos".
La ley argentina vigente, la 14.346, de malos tratos y actos de crueldad a los animales, fue sancionada en 1954, cuando vestir tapados de pieles estaba de moda y los vegetarianos podían contarse con los dedos de una mano. Hoy, esa ley quedó lejos de los estándares de trabajo equiparables a la comunidad científica internacional.
Silvina Díaz es veterinaria, investigadora del Conicet y técnica para Bioterio- lugar destinado a la cría y control de animales de laboratorio- y explicó que "una nueva ley permitiría tener un registro y un control riguroso sobre su cuidado".
Además, señaló que tampoco "hay una ley que prohíba el uso de animales en testeo de productos cosméticos, y eso es importante transmitirlo, porque (esos tipos de test) no son indispensables para la vida humana como las investigaciones sobre patologías, desarrollo de vacunas y curas de enfermedades" .
"Argentina -concluyó- no puede estar atrasada respecto del resto del mundo, acá hay un nivel de investigación muy bueno y no podemos trabajar como en el medioevo".
Sofía Mobili, miembro de PETA, explicó que "los animales utilizados en pruebas de cosméticos viven atrapados y hacinados en diminutas jaulas, en constante temor y sufriendo por los dolorosos experimentos sin recibir analgésicos".
Y detalló que "ratas, conejillos de indias y conejos son forzados a tragar o inhalar enormes cantidades de sustancias de pruebas o de soportar el dolor de tener químicos aplicados en sus pieles y ojos sensibles".
En el mundo, ya hay 2.500 empresas que se unieron a la campaña Beauty without bunnies (Belleza sin conejos), a través de una declaración de PETA, en la que aseguran y verifican que ni ellos ni los proveedores de sus ingredientes conducen, comisionan ni pagan pruebas en animales para sus ingredientes, fórmulas o productos finales en ninguna parte del mundo.
Marina Bauer es general manager de Natura Siberica, una marca de cosméticos importados de la Unión Europea, que desembarcó en la Argentina en 2017 y comercializa sus productos -libres de maltrato animal- en más de 40 países.
"A nivel local están autorizadas múltiples metodologías: ensayos clínicos en voluntarios humanos, in vitro y testeos en animales". Y aclaró que "esta última está prohibida en la Unión Europea".
Al respecto, Bauer advirtió que "si bien es necesario que los productos estén aprobados por alguna entidad, Anmat en caso de la Argentina, hay alternativas que no implican crueldad animal". Y señaló, como ejemplo, que para producir sus productos la firma utiliza "cultivos de epidermis humana reconstituida -que reproduce las características de nuestra piel- y voluntarios humanos que realizan testeos durante un período de tiempo por medio de parches, sin ser nocivos para la persona".
El Tribuno