aula Lorber vive la experiencia de aprender una cultura distinta trabajando a la par de los hombres. Si bien sueña con volver a la Argentina, aprovecha al máximo su estadía en Europa. “Hay que salir de la zona de confort y abrir nuestras mentes a otras culturas”, sostuvo la joven. A finales de 2019, la joven de Ferré, Buenos Aires, viajó junto a su novio rumbo a Alemania para conocer un nuevo mundo relacionado al agro, su gran pasión.
Nada es por casualidad en la vida. El destino nos enfrenta a desafíos constantes y el secreto es saber aprovecharlos. Paula Lorber (19), oriunda de Ferré, una pequeña localidad del norte de la provincia de Buenos Aires, decidió explorar otras tierras y junto a su novio profesional, Lucio Campora (26).
Hoy trabajan en un establecimiento tambero de Alemania, propiedad de Thomas Weiss, donde se nutren de experiencias y aprenden otra cultura del trabajo.
“Mi novio es médico veterinario, yo solo terminé la secundaria. Él siempre tuvo la necesidad de capacitarse en otros países para fortalecer su formación y yo decidí acompañarlo”, sostiene la joven. Paula, vivió toda su vida en una granja rural, ubicada en su localidad natal, por lo que conoce de sacrificio y trabajo agropecuario.
“Mis viejos me enseñaron la cultura del trabajo y mi pasión por el agro es infinita”, sostiene la entrevistada. Tanto es así que en su nueva tierra desempeña trabajos rudos y se desenvuelve a la par de los hombres.
“Cuido las guacheras del tambo, trabajo en la sala de ordeñe, manejo el tractor en la siembra y el laboreo de la tierra y hasta tuve la oportunidad de conducir una excavadora”, sostiene con orgullo Lorber.
-¿Por qué tomaron el desafío de vivir juntos en Alemania, aun en forma temporal?
-Mi novio viajó en 2018 a un tambo de mil vacas en ordeñe en Nueva Zelanda. Luego de vivir esa mágica experiencia, en 2019 tomamos la decisión de venir a Alemania juntos, teniendo en cuenta que mi familia es de descendencia alemana, incluso tenemos parientes acá.
Antes de ese viaje habíamos programado ir a Australia pero como yo era menor -recién estaba terminando la secundaria- no cumplía los requisitos de la visa que exige ese país. Le prometí a Lucio que lo acompañaría en su desafío de sumar experiencias en el mundo y lo estoy haciendo.
Paula Lorber reside actualmente en la localidad de Grafengehaig, ubicada en el Estado de Bayern, Alemania. Junto a su novio, Lucio Cámpora, trabajan en un establecimiento donde el tambo es la principal actividad.
-Siendo muy joven sorprende tu dedicación en esta actividad. ¿Qué significa el campo para vos?
-El campo enlaza muchos sentimientos. El que más me identifica es el de la libertad, creo que el campo nos permite trabajar en libertad, aunque con mucha responsabilidad. Esta actividad permite expresar lo que siento y se relaciona además con un clima de mucha sencillez, que es el principal eslabón de mi vida. Concibo mucha pasión por este ámbito y cuando alguien me habla del campo se me agranda el pecho y lo vivo con mucha emoción.
Si bien hace menos de un año que la protagonista vive junto a su novio en la zona rural de Grafengehaig, en Bayern, Alemania, es consciente que extraña sus raíces, pero sabe que está sumando experiencia que volcará algún día en su regreso a la Argentina.
“No puedo decir que no extraño a mi familia, a mis amigos y a mi tierra; pero creo que los jóvenes a los que nos gusta el campo, debemos salir la zona de confort y abrir nuestras mentes a otras culturas”, indicó la entrevistada. “Esto nos permite fortalecer nuestros conocimientos con distintas experiencias que nos hacen crecer en la vida, ya sea como profesionales o como personas”, continuó.
Desde muy pequeña, en un campo de Ferré, su localidad natal, concibió el amor por las maquinarias agrícolas. “En Alemania se sorprenden al verme conducir un tractor en las carreteras”, dijo.
-¿Tu familia en la Argentina trabaja en el sector agropecuario?
-Sí, mi familia por parte de mi madre cuenta con una granja en la localidad de Ferré, que es el lugar donde me formé como persona. Siempre rodeada de distintas variedades de animales como gallinas, cerdos, bovinos, caballos (otra de sus pasiones) y ovinos. Allí aprendí muchas actividades rurales básicas y hasta conducir tractores desde muy pequeña.
-¿De quién heredaste la pasión por las maquinarias agrícolas?
-De mi papá. Él trabaja con maquinarias agrícolas y siempre tuve curiosidad por estos vehículos. Él me enseñó a conducir tractores y cosechadoras. Hoy, doy gracias a Dios por todo eso. Tengo la suerte que vivo de un trabajo donde hago lo que me gusta, ya que siendo mujer es muy difícil que te tengan en cuenta para conducir maquinarias. Sin embargo, las mujeres estamos a la altura de los hombres en el agro y hay muchos ejemplos concretos sobre esta situación.
En términos futboleros, el país europeo “nos golea” en infraestructura según Lorber. “Alemania tiene una infraestructura rural muy superior a la Argentina”, sostiene convencida. Es que en este estado, prácticamente no existen los caminos de tierra, lo que implica un desarrollo logístico para la producción sin precedentes.
“Todos los caminos rurales de Alemania son pavimentados o con ripio. No existe el barro. Esto permite que un productor agrario pueda sacar la leche del tambo en tiempo y forma sin necesidad de correr el riesgo económico y sanitario que existe en nuestro país”, manifestó.
“Me identifico con el campo porque me genera libertad”, sostuvo la entrevistada. La joven se levanta muy temprano diariamente para controlar cada una de las bajadas del tambo y las guacheras.
-¿En relación a la tecnología agropecuaria vez también una superioridad?
-En Alemania vemos mucha tecnología de precisión. Si bien es un segmento que la Argentina lo desarrolla muy bien, hay aspectos donde sigue habiendo superioridad en países como este. Sinceramente la actualidad tecnológica es fundamental porque nos facilita el trabajo a todos.
-Con vivencias en los dos países: ¿cómo observas el rol de la mujer en el agro?
-El rol de la mujer en el campo fue históricamente importante. Si bien hoy tenemos mayores medios de comunicación que difunden la actividad de la mujer rural, no tengo dudas que siempre la mujer ocupó un lugar sobresaliente en la producción.
No hay dudas que antes eran menor valorada que hoy, pero siempre estuvieron de la mano del hombre en las tareas agrícolas. La mujer puede realizar los mismos trabajos que el hombre de campo sin ninguna dificultad. Por ello debemos incentivar que se tome mayor mano de obra femenina en el sector para que no haya desigualdad.
-¿Observás que en Alemania el agro es más conservador que en la Argentina respecto a los jóvenes y las mujeres?
-Sinceramente creo que hay más jóvenes y mujeres en Argentina que en Alemania trabajando en esto. Si bien hay muchos jóvenes interesados en por desempeñar tareas agrícolas, por lo menos en esta zona, no hay muchos trabajando en el campo.
Como experiencia puedo contar que en los recorridos que hago con las maquinarias agrícolas, mucha gente se sorprende al ver una mujer conducir un tractor. Incluso muchas veces se sacan el sombrero y me saludan asombrados.
Para Paula Lorber la mujer ocupa un lugar fundamental en el sector. Asegura que no hay diferencia entre lo que puede hacer una mujer respecto al hombre en las tareas agrícolas.
Alemania tiene una realidad bastante diferente a la Argentina en lo climático. “Existen días de neblina y jornadas con nieve donde debemos hacer nuestra actividad de manera normal”, informó la joven. Además, deben atender los partos y trabajar en ordeñe por la madrugada.
“Si bien el esfuerzo es el mismo que hacemos en la Argentina, las condiciones climáticas muchas veces son muy adversas”, sostuvo. En ese sentido, indicó que muchos jóvenes prefieren quedarse en una oficina y vivir desgaste mental. “En el campo el desgaste no solo es mental, también es físico”, reconoció.
El clima en esta zona de Europa suele generar complicaciones. Sin embargo, gracias a la tecnología y la predisposición de los productores y trabajadores del sector, los desafíos se cambian por trabajo.
-¿Piensan volver a la Argentina en algún momento luego de esta valiosa experiencia?
–Sí, nosotros amamos nuestra tierra. Venimos a realizar estas experiencias y quizás hagamos algunas otras, pero luego estaríamos volviendo al país. Realmente son oportunidades que te abren la cabeza y yo siento en lo personal que maduré mucho en este tiempo. Tengo muchas ganas de progresar conociendo las tecnologías y las vivencias que estos países nos ofrecen.
-¿Qué proyectos están evaluando desde lo profesional-laboral en lo inmediato?
–Tenemos pensado viajar a Dinamarca. Estamos esperando que nos llegue la visa para trabajar un año en ese país como lo estamos haciendo en Alemania. Luego, Lucio (Cámpora) tiene el deseo de hacer un doctorado sobre su especialidad en Canadá, Estados Unidos o Australia. Una vez concluido este plan en el exterior, pensamos regresar a la Argentina a volcar todo el conocimiento adquirido a los campos de nuestro país.
El ABC Rural