El rinde obtenido de maní en Córdoba alcanzó los 62,6 quintales por hectárea

Colonia Bremen y Pueblo Italiano son dos localidades del sur de Córdoba, distanciadas por apenas 70 kilómetros, en una zona donde el paisaje rural, ambas se caracterizaron en los últimos dos años por ser el epicentro desde donde salieron los maníes de mejor rendimiento de toda la Argentina.

El concurso nacional Máximos Rendimientos de Maní, que desde hace 22 años organizan el Centro de Ingenieros Agrónomos de General Cabrera y la compañía Basf, premió por segundo año consecutivo a Carlos Barrera y Federico Luhning, asesores de la firma JIC División Agro de Alejandro Roca.

El rinde obtenido fue de 62,6 quintales por hectárea en grano. “En caja, fueron casi 95 quintales”, expresó Barrera. La cifra sorprende si se tiene en cuenta que la Bolsa de Cereales de Córdoba estimó un rinde promedio en caja, para la última campaña, de 44 quintales. Para la Cámara Argentina del Maní, esta última cifra está incluso por encima de lo relevado por las industrias.

JIC División Agro siembra maní desde hace 10 años, en sociedad con Aceitera General Deheza (AGD). Sin embargo, Barrera aseguró que nunca habían alcanzado un valor semejante.

Para la última campaña, implantaron alrededor de 7.000 hectáreas. “Casi siempre en esa zona, no en la típica área manisera, en un triángulo que va desde Alejandro Roca al oeste hacia el límite de Santa Fe al este, y Pueblo Italiano al sur. El año pasado obtuvimos el primer premio con un lote en Colonia Bremen. Este año fue con uno al sudeste de Pueblo Italiano”, detalló.

Factores fundamentales

Lluvias abundantes junto a temperaturas que acompañaron tanto en el verano, al momento del llenado y clavado del grano, como en el otoño, fueron los agentes determinantes y la principal explicación de estos resultados.

No obstante, el manejo agronómico también contribuyó al éxito. “Lo principal es tomar lotes lo más temprano posible, apenas se cosecha la soja o el maíz entre abril y mayo, para poder realizar un buen barbecho. La clave es el consumo de agua y manejarlo desde esas fechas permite aprovechar lluvias otoñales que aporten humedad. Y así, llegar a la siembra en octubre sin necesidad de nuevos aportes”, especificó Barrera.

Otra cuestión es la calidad de las semillas. “Hacemos hincapié en que tenga alto poder germinativo, con una densidad de 12 a 14 semillas por metro, a 70 centímetros entre hileras. Además, no le perdemos pisada a los lotes para que estén siempre limpios de malezas”, agregó. El maní ganador de este año fue un material de alto oleico de AGD con curasemillas.

En la campaña que está por comenzar, JIC reducirá entre un 15 a 20% el área manisera debido a que espera un precio menos por la gran cosecha 2018-2019. “Además, se hizo muy difícil alquilar campos, porque los productores de soja ofrecieron mejores valores tras los excelentes resultados del último ciclo”, aclaró.

Desde lo agronómico, no hay cambios en la estrategia. “El 80% de los lotes ya están barbechados. Esperamos algo de lluvias y temperatura para el mes próximo iniciar la siembra”, finalizó.