Por cuarto año consecutivo, los técnicos de la Dirección de Producción Vegetal del Ministerio de Producción de Corrientes trabajan en la instalación de una red de monitoreo de la polilla del tomate para la campaña productiva. El monitoreo forma parte del Programa Provincial de Implementación de Buenas Prácticas Agrícolas y tiene como objetivo detectar la presencia y distribución de las plagas a través de muestreos periódicos.
Desde 2016, la provincia viene trabajando ante la amenaza de la polilla del tomate Tuta absoluta, a través de estos muestreos periódicos que resultan una herramienta fundamental para la detección de la evolución de la plaga.
Corrientes es una de las principales productoras de tomate para consumo fresco a nivel nacional, con 900 hectáreas de invernaderos. En este sentido, las autoridades provinciales vienen implementando acciones de manera sostenida en conjunto con productores y especialistas en la materia. A partir de los resultados y del trabajo sostenido por parte de los técnicos provinciales, se decidió ampliar la zona de influencia de la red, implementada inicialmente en el Cinturón Verde de la ciudad Capital, incluyendo este año la zona productiva de la cuenca del río Santa Lucía. Además, se establecieron 26 puntos de observación en las principales zonas productoras de los departamentos de Lavalle y Goya, y el Cinturón Verde de la ciudad Capital.
Los resultados obtenidos en cuatro años consecutivos de estudio de la plaga concluyeron que la Red se transformó en una poderosa herramienta para la toma de decisiones por parte del sector. Actualmente, son trece los productores de tomate para consumo en fresco que forman parte de la red, distribuidos en los departamentos de Goya, Lavalle, Santa Lucía, Bella Vista y Corrientes Capital.
La polilla del tomate es una de las principales plagas del cultivo. En su estado larval, se alimenta de hojas, tallos y frutos en los que cavan galerías o minas causando severos daños. Posee una gran capacidad de reproducirse y elevar la densidad poblacional rápidamente generando graves daños como pérdidas en el rendimiento comercial de hasta el 90 y 100 %. Debido a esto, esta plaga induce a numerosas aplicaciones de fitosanitarios en el cultivo, muchas veces sin éxito a la hora controlarla, afectando la calidad de la fruta con un alto tenor de residuos al momento de su cosecha y comercialización.
El manejo integrado de plagas (MIP) consiste en un sistema que utiliza de manera compatible un conjunto de herramienta y técnicas disponibles para mantener controlar las plagas. El MIP consta de tres etapas: la prevención, monitoreo y el control de la población a través del trampeo masivo.
El método consiste en la utilización de trampas de agua y aceite cebadas con una feromona sexual que atrae a machos de polillas, impidiendo el apareamiento y su reproducción. Esta tecnología es un componente muy útil en el manejo de plagas.
Los técnicos realizan visitas mensuales para asistir técnicamente al productor en pos de llevar adelante un proceso de mejora continua del sistema productivo. Para la próxima campaña, desde la Dirección de Producción Vegetal esperan duplicar los puntos de monitoreo en toda la provincia y profundizar la capacitación de nuevas tecnologías para el control de plagas.