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Propuestas de los veterinarios de equino a la Ley de Bienestar Animal

La Asociación de Veterinarios Especialistas en Équidos de España ha presentado sus alegaciones al anteproyecto de Ley de Bienestar Animal

Propuestas de los veterinarios de equino a la Ley de Bienestar Animal
viernes 18 de diciembre de 2020
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a Asociación de Veterinarios Especialistas en Équidos (Avee) ha presentado sus propuestas a la consulta pública del Anteproyecto de Ley de Bienestar animal. Estas propuestas han sido elaboradas por parte de la Avee a través de su grupo de trabajo de bienestar equino, cuyos integrantes son profesionales experimentados nacional e internacionalmente en materias de bienestar equino; para que, según indican desde la asociación, “se tenga en cuenta a la profesión especializada y a sus representantes a la hora de establecer nuevas leyes y que los cambios estén basados en la evidencia científica y de rigor”.

“Por todo lo expuesto a continuación, desde esta asociación reclamamos el derecho y la oportunidad de trabajar y velar por el bienestar de los equinos en particular y de los demás animales en general”, indican.

Desde la Avee explican que son “un colectivo de una alta especialización” (actualmente se encuentra implementado el Certificado del Colegio Europeo de Veterinarios entre los miembros de la asociación como garantía de eficacia y estandarización a nivel internacional).

Asimismo apuntan que están sometidos a un “férreo código deontológico” de obligado cumplimiento, donde se especifica “literalmente” la obligación de velar por el bienestar de los animales objeto de nuestro trabajo.

“Somos responsables de su salud y de sus condiciones sanitarias incluyendo la valoración de su calidad de vida y decisión de eutanasia. Nuestro trabajo incluye la implementación de normativas y leyes tanto nacionales como internacionales que afectan a los équidos y su tenencia”, aseguran.

También indican que por su formación y compromiso deontológico, son “garantes del bienestar de los equinos en todas sus formas de uso, disfrute o producción” a través de la relación cliente profesional.

 

Los veterinarios, expertos en bienestar animal

Por otro lado, desde la asociación afirman que desempeñan “una labor educadora de la sociedad”. “Esta labor educadora deberá ser reforzada frente a la futura ley dado el papel que los veterinarios de esta asociación pueden y deben realizar como expertos en bienestar animal, para garantizar mediante las herramientas de control que dicha ley prevea, que tanto las personas como las organizaciones relacionadas con y a través de los equinos, cumplen los aspectos normativos de esta norma legal”, destacan.

“Tanto la FVE (Federación de Veterinarios Europea) como la FIAVE (Federación Iberoamericana de Asociaciones de Veterinarios de Equinos), federaciones con las que existen estrechas relaciones e intereses profesionales por parte de la Avee, están muy implicadas en la difusión, divulgación y formación en materia de bienestar animal relacionado con equinos. Al igual que a nivel internacional, la AVEE debe estar vinculada e materia de opinión y criterio sobre el bienestar de los equinos en nuestro país”, apuntan.

“Es indiscutible el valor medioambiental de las yeguas de producción de carne en el mantenimiento de los ecosistemas naturales, especialmente ligados a zonas montañosas de cornisa cantábrica, norte de Castilla León y Pirineos. Pero además frecuentemente no consideramos su valor como limpiadores de bosque mediterráneo tan fácilmente sujeto a incendios devastadores que nos retroceden irremediablemente a la desertificación, problema no solamente impactante en las economías locales, sino también en el estatus psíquico y sociológico de sus habitantes”, señalan entre sus propuestas.

Además, indican, es imposible mantener équidos adultos en poblaciones casi silvestres en pastos sin renunciar a su lógica producción (los propietarios de esas zonas rurales obtienen unos ingresos económicos que de otra forma no se consiguen, y el negárselo incrementaría el efecto de despoblación rural —la España vaciada—), y potros que necesariamente pasarán a explotaciones de engorde antes de su sacrificio en matadero (siguiendo escrupulosamente la legislación europea y nacional sobre protección de animales durante el sacrificio).

“El impedir el destino a matadero de estos potros determinaría unos efectos costosísimos para la economía nacional, como se ha visto en el mantenimiento de caballos, asnos e híbridos en determinados Estados de EE.UU. vía un bureau federal de conservación (donde la esterilización y el programa de apadrinamiento es incapaz de mantener su censo a niveles razonables desde el punto de vista nutricional de pastos), al tiempo de representar en demasiados casos un problema de bienestar para estos animales semisalvajes”, aseguran desde la Avee.

También, apuntan que se debe de considerar “otro efecto pernicioso” de las prohibiciones que se derivarían de cualquier limitación en la producción de carne de équidos a nivel nacional. Así, apunta que “Europa siempre ha sido deficitaria de carne de équidos, la calidad sanitaria (la seguridad alimentaria que goza hoy España fruto de comercializar los potros y adultos nacidos en el país, y por tanto exentos de residuos medicamentosos) descendería a niveles preocupantes fruto de los compromisos españoles en la OMC. En consecuencia, se propone mantener la población equina destinada a la producción cárnica, pero aplicándose con mayor celo la normativa existente”, indican.

 

“Buenismo animalista”

Por otro lado hacen referencia a las consecuencias derivadas del “buenismo animalista que deja a estos animales sin el liderazgo adecuado que su especie necesita para sentirse bien y segura, como animales gregarios que son, al no poner límites a la voluntad del equino en su relación con el ser humano”.

“No hay duda que en Europa existe una clara tendencia alcista en lo referente a la producción de équidos destinados a ocio y al deporte, tal como detalla la EHN con cifras que rondan los 100 billones de euros anuales, 400.000 empleos a tiempo total, 6 millones de hectáreas destinadas al pasto”, apuntan.

Por ello, indican que “resultaría anacrónico y muy difícilmente entendible por nuestros ciudadanos que en España se pretendiese limitar la cría de caballos, en cualquiera de sus vertientes, pues la repercusión económica máxime en estos tiempos difíciles agravaría la posibilidad de empleo (la ratio équidos y número de personas que requiere su control o cría es abrumante en comparación con la producción porcina o de broilers, donde unos pocos ganaderos pueden controlar miles de animales...)”.

“El factor económico no puede justificar en ningún momento y lugar fallos en la situación del bienestar de estos équidos, para los que existe una regulación zootécnica y una legislación de bienestar en explotaciones ganaderas, normativa que ha sido ampliada este año con la ‘Guía de buenas prácticas de bienestar animal en el mantenimiento, cuidado, entrenamiento y uso de caballos’ y la ‘Guía de buenas prácticas de bienestar animal en el mantenimiento, cuidado, entrenamiento y uso de burros y sus híbridos’”, apuntan.

Asimismo, insisten en que más que lanzar nuevas regulaciones referentes a bienestar animal lo que los équidos de España necesitan es que “las existentes se apliquen, orquestando para ello una cooperación privada-administrativa que extienda la efectividad del control. Equinos en el deporte y actividades de ocio”.

“Consideramos que los aspectos que se encuentran ya regulados ya en cuanto al uso de los equinos en competiciones deportivas, dependientes de las diferentes federaciones o circunscripciones deportivas, deben ser apoyados y mejorados en lo posible. Aspectos como la medicación de los animales antes, durante y después de las competiciones se encuentra convenientemente tratado ya en algunas reglamentaciones a nivel nacional y autonómico (dopaje)”, afirman.

No obstante, explican que la consideración del dopaje como actividad fraudulenta de una actividad deportiva en la que los equinos toman parte insustituible y pasiva, “debe ser considerada por la ley como una ofensa y un abuso animal”. “Dentro de las actividades del ocio realizadas con los equinos, esta asociación considera igualmente inaceptable el uso de los animales bajo el influjo de sustancias que disminuyen la percepción, el sensorio o las capacidades físicas o síquicas de quienes interactúan de forma directa con los animales, poniendo en riesgo la integridad física y síquica de los animales”, indican.

Por todo ello promover “una cría responsable en estándares de bienestar, mantenimiento, espacio e instalaciones, y posibilidades de interacción intraespecifica de manada. Afianzar la unión del sector ecuestre y ganadero de equino. Proponer la separación documental y en categoría ganadera desde nacimiento del caballo de silla al de abasto, siendo el primero considerado como especie no apta para el consumo por defecto con todas las facilidades que da esto al sector por un lado y los riesgos para la salud pública que evita por otro”.

Por último, apuntan a la necesidad de “vetar cualquier intento de animalistas radicales advenedizos sin ninguna experiencia en hipología o equitación y con un lenguaje claramente manipulado y sesgado el tomar responsabilidad alguna en legislar sobre un sector tan serio económicamente y tan arraigado socioculturalmente en nuestro país”.

 

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