Los seguros de rendimiento son la clave para estabilizar al sistema, dijo Alma Aznárez de Agroterra

Agroterra y Seguros Sura avanzan en coberturas para soja y maíz, la iniciativa comenzó hace tres años y se basa en el historial que tiene cada chacra que opera con la empresa

Los seguros de rendimiento son la clave para estabilizar al sistema, dijo Alma Aznárez de Agroterra
A

groterra y Seguros Sura comenzaron hace unos tres años con la implementación de un seguro de rendimiento de soja y maíz. “Se genera a partir del conocimiento que Agroterra tiene de los productores y de las diferentes zonas productivas. Es una herramienta muy sencilla de utilizar, un seguro de rinde chacra a chacra, que asegura kilos por hectárea y está disponible para los clientes de la empresa”, dijo la gerente general de Agroterra, Alma Aznárez.

Agregó que es una herramienta que “hace la diferencia, y eso lo muestra su evolución. “Hemos venido creciendo año a año y la respuesta del productor es muy buena. Pero entiendo que todavía hay muchísimo por trabajar, y estamos avanzando con herramientas para los cultivos de invierno”, anunció.

Señaló que “en un año como este la demanda se incrementa aún más. Hay muchas consultas, porque la amenaza de que las lluvias estén por debajo de los promedios o de lo esperado es algo latente”.

De todos modos, planteó que “debemos pensar un instrumento que se utilice siempre, que al productor le cierre, y que pase a ser parte de sus costos para poder seguir en actividad a lo largo del tiempo. En eso creo que todavía tenemos un debe, en el que tenemos que seguir trabajando”.

Recordó que “hace mucho tiempo que veíamos como fundamental trabajar en la generación de alguna alternativa que permitiera contar con un seguro de rendimiento. El objetivo estaba en poder contar con previsibilidad y lograr ese piso de rendimiento que se necesita para poder seguir trabajando a lo largo de los años. Es importante atenuar el efecto serrucho que se genera al pasar de un año espectacular a uno más difícil”.

La inclusión de seguros de rendimientos, además de aportarle más sostenibilidad al sistema, ofrece otro respaldo al momento del financiamiento. A propósito, Aznárez explicó que “ya sea utilizando nuestra línea de financiación, o la de instituciones financieras, el hecho de contar en el esquema de negocios con un seguro de rinde, ya nos brinda otra seguridad, otorga una robustez que es fundamental”.

Señaló que muchas veces, desde afuera, la agricultura se percibe débil, por la gran variabilidad de resultados. “Por eso creo que es relevante generar sistemas sanos”, insistió.

En Uruguay “los productores trabajan muy profesionalmente, utilizan las últimas tecnologías y realizan un manejo que busca el mayor rendimiento por hectárea, con lo cual al sumar un seguro de rinde obtienen una estabilidad muy bien valorada por todo el sistema. Estamos en un momento bisagra y los seguros vinieron para quedarse”.

 

El momento

“Nadie hubiera pensado que podríamos tener en este momento el precio de la tonelada de soja por encima de U$S 400, y al maíz arriba de U$S 200 por tonelada. La expectativa de precios pone al productor en un panorama más alentador”, destacó.

Señaló que luego de los problemas productivos en Estados Unidos, “se comienza a salir de una cómoda relación de stocks-consumo, con China absorbiendo granos de forma importante y un panorama climático desafiante para Latinoamérica, que motivan esta fortaleza de los precios”.

Además, hay un ajuste a la baja en los costos para el cultivo de soja y maíz. “Han bajado los fertilizantes y el tipo de cambio ha mejorado, lo que nos da una mano. En la teoría el escenario es muy interesante, veremos si se puede capitalizar en resultados”, planteó.

Toda esa expectativa generada encuentra al productor trabajando en maximizar la rentabilidad, partiendo de sistemas estables y más diversos. “El productor agropecuario es un empresario muy resiliente, con empuje, innovador, que busca permanentemente alternativas de manejo para poder seguir trabajando y adaptándose a los múltiples desafíos que tiene la actividad. Tiene una visión de mediano plazo”, resaltó Aznárez.

Si bien es cierto que al analizar año a año, “vemos momentos duros, se han ido buscando diferentes caminos, como la diversificación, tanto en cultivos como rubros”.

Remarcó que “hoy existe una diversificación consolidada”, que incluye colza, cebada, trigo, soja, maíz, además aparece el girasol y la interacción agrícola-ganadera.

“Los números ganaderos pueden ayudar a la producción agrícola cuando hay precios bajos o una dificultad climática; pero también al contrario, ya que la agricultura suma a la empresa cuando los valores del ganado se resienten. La base está en buscar la estabilidad de los sistemas de producción, para que nos permitan trabajar a mediano plazo, maximizando la rentabilidad”, analizó.

Aznárez consideró que al mencionar elementos como el mediano plazo, rotaciones y sustentabilidad, “la rentabilidad tiene que estar. Eso no puede perderse de vista porque es el factor clave. Es fundamental que se sigan ajustando los costos, conseguir mercados para los diferentes productos, para tener más estabilidad y que aporte rentabilidad”.

Sostuvo que “en Agroterra estamos cerca del productor, acompañándolo y tratando de buscar soluciones innovadoras, que apunten a la seguridad y a mayores rendimientos. Al productor le tiene que ir bien para que a nosotros nos vaya bien. Esa es nuestra visión y es la estrategia que tenemos como empresa”.

“Estamos transitando un año muy excepcional, de pandemia, observamos como todas las economías del mundo están sufriendo pérdidas de producción, empleo, cierre de empresas, crisis sociales sin antecedentes en 100 años. También en Uruguay hay muchos sectores que lamentablemente la están pasando muy mal, pero el agro uruguayo, productor de alimentos, ha demostrado ser muy competitivo, manteniendo su nivel de actividad y de empleo; y nuevamente será un pilar fundamental para la esperada recuperación, una vez superada la pandemia”, acotó.

 

Maiz y soja

Aznárez consideró que el maíz se ha transformado en un cultivo relevante dentro de la rotación agrícola y de la diversificación que plantea el agricultor. “Es un cultivo que en los últimos años ha dado un buen resultado económico”, destacó.

“Cuando planificamos el año preveíamos un área estable o con un leve crecimiento del cultivo. El maíz de primera está todo sembrado. La planificación que tenía el productor se cumplió, se sembró y los maíces están bien implantados (la nota se realizó el 19 de noviembre). Ahora esperamos precipitaciones para no perder potencial”, comentó.

De cara a la campaña de segunda, analizó que “pueden haber oportunidades para el maíz, porque si falta el agua, luego de mediados de diciembre el productor posiblemente se vuelque más a una siembra de este cultivo que a una siembra de soja. Si bien los precios de la oleaginosa son interesantes, los del maíz también son muy buenos, y en esa fecha brinda otra estabilidad”.

Aznárez explicó que los materiales de Dekalb que están en el mercado “brindan una muy buena  sanidad, atributo fundamental para los cultivos de segunda, tolerancia al quebrado y vuelco con excelente caña. Esos aspectos le dan su característica estabilidad y lo destacan en rendimiento, transformándose en una excelente alternativa cuando nos vamos a una siembra tardía o de segunda, de fines de diciembre. Estamos muy entusiasmados, porque tenemos una muy buena propuesta para esa campaña de segunda que está comenzando”.

Para soja, en tanto, comentó que se estimaba un área similar a la del año anterior, entorno a 1 millón de hectáreas. “Habrá que ver las decisiones que irá tomando el productor, en función de su sistema y del clima. La soja de primera viene atrasada, en algunas zonas se sembró muy poco, también se ha sembrado en seco y en otros casos estuvo paralizada la siembra”, comentó.

Agregó que “el productor ahora está esperando, no se va a apurar, intentará aprovechar el agua que pueda caer, y de esa forma alejar el periodo crítico de enero”. En ese cultivo Agroterra ofrece las variedades Asgrow, “que han tenido un excelente resultado, destacándose particularmente la AW 5815 IPRO”.

De todas formas, la gerente general de Agroterra consideró que “el área final en ambos cultivos va a estar determinada principalmente por el factor climático”.

 

Siembras de segunda

De cara a las siembras de segunda, el ingeniero agrónomo Gonzalo Reynoso, gerente comercial de Agroterra, señaló que “cuando uno piensa en siembras de maíz tardío o de segunda, la principal variable a tener en cuenta es la sanidad, porque es la que permite discriminar los híbridos que pueden ser sembrados en esta secuencia o que deben de ser descartados”.

Remarcó que en ese tipo de siembras “la presión de hongos sobre las etapas de floración o llenado de grano son muchísimo más altas” y, por lo tanto, “elegir materiales resistentes a tizón pasa a ser fundamental, sobre todo en las condiciones de producción de Uruguay”.

Agregó que la marca siempre insistió en que “tampoco se puede descuidar el Mal de Río IV, así como el resto de las enfermedades, como roya, enfermedades de espiga y de caña, que son muy importantes a tener en cuenta, sobre todo en los maíces que no solo se siembran tarde sino que también se cosechan tarde y deben de permanecer muchísimo tiempo en pie”.

La fortaleza de caña, así como la tolerancia al quebrado y al vuelco, “son importantísimos en la elección de los híbridos”, enfatizó.

Y agregó que para esta campaña “los cinco materiales que tenemos disponibles pueden avanzar sin ningún problema para esta secuencia de siembra. Ellos son: DK 6910 VT3Pro, DK 7210 VT3Pro, DK 7220 VT3Pro, DK 7227 VT3Pro y  DK 7320 VT3Pro”.

Reynoso aseguró que “todos ellos tienen esa condición de sanidad en su máxima expresión, por lo que la protección del rendimiento está y eso es lo que les confiere la gran estabilidad que tienen para los distintos ambientes. Siempre asociados a nivel de rendimiento, son híbridos que se destacan, superadores a los materiales que veníamos manejando antes”.

Para soja, en tanto, el gerente comercial de Agroterra señaló que se cuenta con tres variedades disponibles en el mercado, con grupos de madurez que van desde el 5.7 al 6.2.

“Son variedades sumamente probadas comercialmente, estables y de excelente rendimiento, destacándose ampliamente la AW 5815 en las distintas situaciones productivas de Uruguay. Es una variedad que nos da la posibilidad de siembra de primera como de cerrar siembras de segunda, sobre todo a fin de año. Se adapta muy bien a esas condiciones, y tiene un porte de planta excelente, así como una sanidad muy buena”, afirmó.

Por otra parte, sostuvo que “tenemos una propuesta apoyada fundamentalmente en ajustar la densidad de siembra. Trabajamos con densidades objetivo, entorno a las 280.000 plantas, y eso desde el punto de vista de la productividad nos permite estar en los máximos rendimientos alcanzados”.

A propósito, remarcó que “al productor le significa un costo muy competitivo, ya que en muchos casos la siembra queda entre 50 y 60 kilos por hectárea”.

Y, por último, Reynoso destacó que “toda la semilla sale al mercado curada e inoculada y con seguro de reposición en caso de malas condiciones de implantación”.

 

Revista Verde

¡Envianos tus Contenidos!

Difundí tus Ideas, Conocimientos, Experiencias, Opiniones y Proyectos.


¡Juntos el Campo es más fuerte!











¡Juntos por la eliminación
de las Retenciones!

Te invitamos a contarle a todos los argentinos por qué es bueno eliminar las Retenciones.

¡Sumá tu Stand!

Publicá tu marca en la plataforma líder del agro y aumentá tus ventas hoy.

Recibí los mejores contenidos

Suscribite a nuestro Newsletter y sigamos agregando valor.

Agroempresrio

¡Contenidos que agregan valor!