Los ñandúes son aves no voladoras de gran porte que han evolucionado en el continente sudamericano, es decir que los actuales ñandúes y sus ancestros llevan millones de años en Sudamérica y particularmente en Patagonia. En nuestros días existen dos especies de ñandú: Ñandú común o moro (Rhea americana), de la cual se consideran cinco subespecies (R.a. americana; R.a. intermedia; R.a. nobilis; R.a. araneipes; R.a. albescens). Su área natural de distribución abarca las regiones Pampeana; Chaco y Mesopotámica de la Argentina; Uruguay; centro-sur de Brasil y este de Paraguay y Bolivia. Ñandú petiso de la Patagonia o Choique (Rhea pennata, syn. Pterocnemia pennata): de la cual se consideran
subespecies (R.p. pennata; R.p. garleppi- tarapacensis). Su área natural de distribución comprende la Región Patagónica de Argentina y Chile - excepto Tierra del Fuego-, y sur de Mendoza. En Chile se encuentra en la XIº (Aysén) y la XIIº Región (Magallanes). En tanto el Suri o Ñandú cordillerano o de la Puna (R.p. garleppi/tarapacensis) que constituye una subespecie del choique se distribuye al sur de Perú y Bolivia; nordeste de Chile (Iº Región) y noroeste de Argentina. Donde se lo puede encontrar hasta alturas de 3.800-3.900 m.
Éstas comprenden el conjunto de acciones y conocimientos que se utilizan para la cría, reproducción y producción de choiques en cautividad con fines comerciales y que de acuerdo a las peculiaridades de los productores y de las condiciones existentes en sus establecimientos se pueden ordenar a manera de sistemas intensivos, mixtos o extensivos.
Es el proceso por el cual se transfiere a un huevo fértil la temperatura (calor) necesaria para estimular el normal desarrollo del embrión. La incubación puede realizarse artificialmente (a través de incubadoras) o naturalmente. El macho es el encargado de transmitir el calor a los huevos, como también de la posterior crianza de los charitos en su vida silvestre.
Las variables recomendadas para esta técnica son:
El peso promedio de los Charitos al nacimiento es de 422 gramos (máx. 530 g; mínimo: 321 g). Este peso equivale al 65.2% (máx. 74.1%; min. 57%) del peso inicial del huevo.
Cuando los Charitos tienen su plumaje seco se los traslada de la nacedora a las criadoras (previa desinfección del ombligo y colocación de una caravana). Las criadoras consisten en un espacio cercado (0.75-1 m), con una "cama" de arena (o cáscara de arroz), una fuente de calor sobre la base de lámparas infrarrojas (150/250 W; a una altura de 45-50 cm.) o campanas de gas semejantes a las utilizadas en avicultura. Esta fuente de calor debe brindar una temperatura de 33-35 ºC durante las 3 o 4 primeras semanas, especialmente de noche. Por último, los comederos y bebederos.
Cada criadora debe tener acceso a un corral de cría donde los charitos puedan pastorear, tomar sol y ejercitarse (correr, saltar, etc.) para desarrollar una óptima coordinación psico-motriz.
La alimentación durante esta etapa debe ser de la mejor calidad posible y administrada sin restricciones (ad libitum, a voluntad). Así los animales crecen y se desarrollan lo mejor posible. Durante la primera y segunda semana de vida los charitos se nutren del saco vitelino (yema) que se encuentra en el interior de su abdomen.
Durante la primera semana de vida aprenden a comer; primero ingieren alimento verde (trébol blanco picado), luego comienzan a consumir el alimento balanceado.
El Sexado de los Charitos es recomendable realizarlo entre los 3 a 5 meses de edad. Esta tarea puede realizarse a través de la técnica de examen de cloaca o una alternativa es a través del método de análisis de ADN.
Una vez identificado el sexo de cada animal debe colocarse una caravana o marca, con un color diferente para cada sexo.
Entre los problemas sanitarios más frecuentes en esta fase podemos mencionar:
Es aconsejable que los porcentajes de mortandad hasta los 3 meses de edad no superen el 10% aunque es aceptable una pérdida de hasta el 20% en los primeros años del criadero. Si la mortandad supera el 20% hay algún problema de manejo o sanitario a corregir.
Es la etapa que comprende la vida de los animales ("charos") entre los 3-5 meses de edad hasta la madurez sexual, que acontece entre los 20-24 meses de edad. En caso de los animales destinados a faena la recría dura hasta los 10-12 meses de edad.
Los requerimientos proteicos para esta etapa se encuentran alrededor del 18 %; en tanto el consumo es de 500-600 gramos / día/ animal es decir un consumo del 2-2.2 % de su peso vivo, con índice de conversión estimado en 5-6: 1 Kg., que se podrá reducir través de una controlada selección.
Brindando a los animales una correcta nutrición, manejo y aplicando buenos criterios de selección desde la etapa de cría, se pueden generar animales de faena con las siguientes características: 8 meses de edad con un peso vivo de 22/24 Kg.; 10 meses edad con un peso vivo de 24/26 Kg., 12 meses de edad con un peso vivo de 26/32Kg.
Al manejar esta categoría con destino a faena sobre la base de pastoreo se debe considerar la capacidad de carga animal de la pastura y su constitución en especies vegetales.
Como valor orientativo en una pastura de 5.000 Kg. de Materia Seca/ ha/ año sería de 32.1 animales juveniles por hectárea durante un lapso de 4.3 meses (130 días), 22 animales en 6.3 meses (190 días) o 11.5 animales durante un año.
La actividad reproductiva se inicia normalmente entre los 20-24 meses de edad, a fines del segundo invierno de vida. En menor proporción surgen animales que maduran sexualmente entre los 12-14 meses de edad.
Normalmente las actividades reproductivas se inician a mediados de otoño, cuando los machos comienzan a exhibir sus primeras conductas reproductivas (rezongos, cantos y conatos de pelea) y finaliza hacia fines de diciembre en Patagonia Norte; en Patagonia Sur estas fechas pueden retrasarse aproximadamente un mes.
Las cópulas ("pisadas") se producen en julio y la postura de huevos comienza generalmente a principios de agosto y finaliza a fines de diciembre.
Los grupos reproductivos sean chicos o grandes, en corrales de 1000 m2 o de 1 hectárea o más deben estructurarse en otoño, generalmente sobre la base de una relación de un 1 macho: 3 hembras. En caso de utilizar la Técnica de Incubación Natural debe aumentarse el número de hembras por macho.
El consumo de alimento no es constante a lo largo del año, sino que presenta ciclos de aumento (fines verano principios de otoño) y descenso (principios de primavera es mínimo) debido a la actividad reproductiva.
La diferencia entre las dos épocas puede ser del 40 al 50%. Después de la temporada reproductiva los animales deben recuperar el peso perdido (entre el 15 -20% de su p.v.) por tal motivo es el aumento del consumo.
El consumo anual promedio de un adulto es de 650-700 g/día de alimento balanceado, durante el pico de aumento puede llegar a 900-1000 g/ día y en su máximo descenso llega a 350-400 g/día.
El alimento Balaceado para reproductores está constituido por: Proteína Bruta 20%; Fibra Cruda 14%: EM 2.408 Kcal. (10 MJ); Calcio 2.2%; Fósforo 0.55%, más núcleo vitamínico-mineral.
El peso vivo (p.v.) promedio de adultos registrado en esta experiencia fue: machos 41.7 Kg.; Hembras 35.2Kg.; siendo las hembras alrededor de un 15% más livianas que los machos. El peso promedio de los adultos (machos y hembras) fue de 38.4 Kg.
El plantel mínimo de reproductores necesario para constituir un criadero, cuya meta sea producir animales para faena, deberá ser de 10 a 15 hembras adultas y de 3 a 5 machos adultos.
La postura de huevos en los ñandúes es estacional, en el caso del Choique se inicia a principios de agosto y finaliza a fines del mes de diciembre en años con clima normal; en los años en que los inviernos son extremadamente rigurosos su inicio se retrasa y cuando los inviernos son muy benignos su comienzo se adelanta; estas oscilaciones pueden ser entre 30-40 días (en Patagonia Sur este retraso es habitual).
La duración de la estación de postura de huevos ha sido en promedio (INTA-Bariloche) de 136.7 días (máximo 186 días; mínimo 77 días), equivalente a 4 ½ meses.
El peso promedio de los huevos de Choique está entre los 620-650 g (máx. 790 g; mín. 385 g) y su color es verde "manzana" con manchas blancas (fosfato de calcio, Cremona 2004).
Normalmente las hembras están receptivas al cortejo y copula ("pisada") en julio. La capacidad de postura de cada hembra en base a un estricto control durante la estación reproductiva y a la identificación de la forma de los huevos puestos por cada Hembra, debido a que la forma es propia de cada hembra y se mantiene a lo largo de toda
su vida.
Para determinar la forma es necesario considerar: silueta; color; peso; largo; ancho; cicatrices o marcas; forma, ubicación, tamaño de las manchas blancas; corral de origen; día y hora de postura. Para hacer el seguimiento de cada hembra es adecuado manejarlas en grupos reproductivos de no más de 5 ó 6 hembras en corrales chicos.
El tiempo promedio de postura individual de una hembra, es decir el tiempo que pasa entre su primer y último huevo puesto en una temporada, ha sido de 107 días (min. 74; máx. 145).
Es importante hacer el control de producción de cada hembra para detectar y seleccionar aquellas de mejor capacidad productiva no sólo en el número de huevos puestos, sino también de su fertilidad e incubabilidad y de la sobrevivencia y crecimiento de los charitos nacidos de ellos durante la etapa de cría y engorde.
Las buenas hembras son capaces de poner en una sola temporada hasta el 70 o 85 % de su peso vivo en huevos (total de kilogramos de huevos puesto/ peso vivo de la hembra). Normalmente el peso vivo de las hembras de buena capacidad reproductora y en buen estado corporal se sitúa al alrededor de los 35 Kg. Se considera que una hembra es de "buena postura" cuando es capaz de producir 30 o más huevos en una temporada.
Sitio Argentino de Producción Animal