e han desarrollado mercados conscientes sobre la calidad y cualidad de la misma, permitiéndole competir con las carnes más tradicionales.
El interés tiene su origen con la industria de las Ratites (avestruz y emú) a partir de la demanda de pluma y cuero.
El descubrimiento de las cualidades nutritivas de la carne asegura en la actualidad, el aprovechamiento del resto de los derivados (grasa, aceite, huevos) optimizando y potenciando el mercado. La calidad de la carne depende del músculo y no de la especie, sexo y/o peso vivo de faena. El peso del músculo de la res varía, al igual que se observa en otras especies, con relación al peso vivo del animal y por ende de la res. El porcentaje de músculo es mayor en los machos que en las hembras.
Si correctos criterios de cría, manejo, nutrición y selección son aplicados en la producción intensiva, ya sea del ñandú pampeano o del choique patagónico, el porcentaje de rendimiento de la res en la faena será mayor; y fluctuará de acuerdo al peso vivo y edad que cada una de estas especies tenga al momento de la faena.
El sexo y el peso vivo de faena van a determinar el rendimiento carnicero de la res. Los porcentajes hasta ahora obtenidos muestran tendencias similares con un promedio de rendimiento del 63%; 10 a 12 Kg de músculo y 2 Kg de grasa. Los estudios realizados a la fecha constituyen un antecedente fundamental para profundizar las investigaciones que permitan definir con exactitud los factores (peso, edad, sexo, nutrición, etc.) que contribuyan a obtener una determinada composición corporal y peso de res.
Sitio Argentino de Producción Animal