esde elevadas montañas hasta extensos cañones, China alberga una variedad de maravillas naturales. Sin embargo, actualmente el gigante asiático lucha contra sí mismo y se debate entre sus planes modernizadores que afectan el altiplano tibetano y la preservación del “techo del planeta”.
En un esfuerzo por proteger estos diversos paisajes, junto con una rica biodiversidad, funcionarios chinos están decididos a contener el crecimiento en esta región a través de un sistema de parques nacionales. Inspirados en los parques nacionales de los Estados Unidos, políticos y científicos de China analizan la creación de un proyecto unificado con el objetivo de limitar el desarrollo y proteger los ecosistemas del país.
China ya alberga áreas protegidas de parques, pero muchas son simplemente “parques en papel”, administrados por varias agencias y sin pautas exigibles. El nuevo sistema se está rediseñando por completo como una entidad unificada.
Funcionarios chinos han visitado los parques nacionales de los Estados Unidos, incluidos los de Yosemite y Yellowstone, considerado el primer parque nacional del mundo.
En 2016, el país asiático comenzó a trabajar para establecer su primer parque nacional piloto: Sanjiangyuan, ubicado en la provincia de Qinghai, que se extiende a través de la meseta tibetana.
Sanjiangyuan abarca las cabeceras de tres grandes cuerpos de agua: los ríos Amarillo, Yangtze y Lancang, todos reducidos debido a las actividades de construcción en la zona. Por este motivo, y con la esperanza de preservar el patrimonio natural, los funcionarios han dejado de emitir permisos de explotación minera y energética hidroeléctrica en la región.
El área cubierta por el nuevo parque nacional también alberga a unos 1.500 leopardos de las nieves, una especie icónica, vulnerable y en peligro de extinción. En este sentido, su protección será uno de los principales objetivos del parque.
De hecho, la conservación de especies será una prioridad para todos los parques nacionales planificados, que abarcarán áreas que albergan pandas y tigres siberianos, entre otros animales. “Un país enorme como China determina el destino de las especies”, dice Stuart Pimm, ecologista de la Universidad de Duke.
El gran interrogante es si China será capaz de combinar la promoción del turismo preservando, al mismo tiempo, el sustento y la cultura de las 128.000 personas que habitan la región.
En los últimos años, se han reubicado a las poblaciones para dar paso a proyectos de infraestructura, como la presa de las Tres Gargantas, pero el objetivo ahora reside en trabajar con grupos locales para la gestión de los nuevos parques. En Sanjiangyuan, el programa “Una familia, un guardabosques” contrata a una persona de cada una de las familias locales para contribuir en tareas como la recolección de basura, patrullas para cazadores furtivos y el monitoreo de la vida silvestre.